Cualquiera que navegue con regularidad por páginas webs bursátiles o lea prensa especializada en estos temas encuentra todo tipo de recomendaciones para entrar en los mercados de renta variable. Estos consejos generan un exceso de información que puede ser muy perjudicial para los intereses de los pequeños y medianos inversores. Conviene, por tanto, seleccionar las fuentes de información y diferenciar las opiniones y recomendaciones independientes de aquellas que tienen intereses empresariales. Por ello, en las siguientes líneas se brindan consejos para no depender de opiniones ajenas y acertar en el momento de invertir en Bolsa.
Consejos para no depender de opiniones ajenas sobre inversión en Bolsa
Conviene seleccionar las fuentes de información bursátil y diferenciar las independientes de las interesadas en una empresa
El exceso de información y recomendaciones en temas como la inversión en Bolsa puede a veces ser más un problema que una solución. Al tener en cuenta las opiniones de las numerosas voces que aconsejan sobre cómo invertir, puede suceder que un valor sea recomendable por parte de un analista financiero y esa misma compañía ser objeto de venta en la opinión de otro profesional. Esta disparidad de criterios es la que crea en ocasiones incertidumbre entre los ahorradores, que no saben qué hacer en el momento de conformar su cartera de valores. Es beneficioso tener cierta autonomía en las preferencias bursátiles y solo centrarse en los consejos de unos pocos analistas, aquellos que ofrezcan mayores garantías.
Si se desea cierta independencia, ajena a influencias de intereses empresariales, no cabe más remedio que aplicar una serie de recomendaciones muy prácticas para elaborar una cartera de valores efectiva. Son útiles para valerse por uno mismo en el mercado bursátil y, además, para rechazar las fuentes de información poco convenientes. Son las siguientes:
No hacer caso a todas las opiniones: esta actitud solo incita a la confusión, por lo que hay que centrarse solo en las más válidas, las que hayan ayudado en más ocasiones a rentabilizar los ahorros.
No hay que precipitarse en tomar una decisión: hay que saber esperar, analizar y decantarse cuando se esté seguro de que hay una excelente oportunidad de negocio.
Hay que concentrarse en las recomendaciones de los analistas más fiables y que merezcan mayor confianza: de esta manera, la información no sobrepasará la capacidad de análisis del inversor.
Acudir a los medios de comunicación más rigurosos: hay que consultar las informaciones en las que colaboren los analistas con mayor prestigio profesional y, por tanto, evitar los chiringuitos informativos, en donde se desconoce la trayectoria profesional de los analistas.
Hay que tratar de aprender y aprovechar la experiencia como inversor para tomar posiciones en la renta variable: se debe aprender de los errores del pasado y sacar rendimiento de la experiencia (positiva y negativa) acumulada en los últimos años.
Buscar un consejero profesional, bien en el círculo de amigos o a través del banco, que contará con un servicio de expertos profesionales que pueden ayudar a desarrollar esta tarea en la inversión.
No hay que obsesionarse con lo que dicen unos y otros: los analistas no son adivinos ni tienen una bola mágica, por lo que es probable que no acierten en todas las ocasiones.
Tratar de importar las herramientas necesarias para desarrollar los propios gráficos: a través de ellos se obtendrá un parámetro altamente objetivo para llevar adelante distintas estrategias de inversión.
Los mercados bursátiles son uno de los escenarios preferidos para la constante aparición de rumores, bulos o noticias sin contrastar, que pueden inclinar a un ahorrador a comprar acciones sin ningún fundamento. Esto puede perjudicarle seriamente, si al final las acciones no se constatan en los mercados.
Lo habitual es que se desarrollen en foros, grupos de usuarios y dominios bursátiles, en donde de forma interesada -o no- se incluyen determinados comentarios. En unos casos son ciertos, pero en la mayoría de las ocasiones están difundidos sin ningún fundamento. Propician que las acciones se “calienten” y eleven sus precios, pero cuando se manifiesta su falsedad caen de modo estrepitoso generando acusadas pérdidas.
Por lo tanto, conviene abstenerse de prestar atención a este tipo de comentarios, a no ser que la fuente de información sea del todo fiable y cuente con el apoyo de otros medios de análisis rigurosos.