La prima de riesgo es un parámetro económico que desde hace años está en boca de todos, desde los expertos financieros hasta el más común de los usuarios. Es un dato que convive ya con las cotizaciones de renta variable, metales preciosos y deuda pública. Pero lo que pocos conocen es que a través de su evolución se puede ganar dinero en las inversiones. Solo hay que aplicar la tecla en el activo adecuado. ¿Cómo hacerlo? En este artículo se desvelan las claves para obtener dinero con la prima de riesgo.
Obtener dinero con la prima de riesgo
No está de más recordar qué es la prima de riesgo para poder canalizar de manera correcta las inversiones a través de esta variable macroeconómica. Es el margen de rentabilidad entre un país (que bien pudiera ser España) y el de referencia (Alemania). Mientras el bono alemán (bund) a 10 años paga hoy un interés cercano al 1,637%, el español está en un 3,736%. El diferencial resultante de esta operación daría en torno a 210 puntos básicos, que es la prima de riesgo que cotiza la deuda pública española en estos momentos. A mayor amplitud en este diferencial, más difícil será colocarla en los mercados, ya que habrá que pagar más por obtener financiación pública.
Los analistas apuntan que quizás sea el momento de decantarse por renta fija de otros países periféricos, como Portugal
Pero, a medida que el bono español baja en su rentabilidad, tiene un reflejo inmediato en los productos financieros que basan su estrategia en este activo, cuyas carteras se verán revalorizadas de forma proporcional. Esta fórmula está destinada sobre todo a la contratación de fondos que utilizan estos instrumentos para formar su cartera de inversión, pero también resulta útil si el ahorrador se decanta por invertir parte de su capital en bonos de estas características de manera directa. Si este es alguno de los casos en que se encuentran los pequeños ahorradores, a medida que la prima de riesgo vaya bajando, sus plusvalías crecerán, y viceversa.
¿Cómo se puede hacer?
A través de fondos:
Si los ahorradores españoles quieren rentabilizar los movimientos de una prima de riesgo a la baja, que según los expertos puede llegar a 150 puntos básicos e incluso menos durante el año, la solución residiría en contratar bonos españoles a 10 años. Una alternativa todavía mejor sería la contratación de algún fondo de inversión cuya cartera esté basada en estos activos financieros (o gran parte de ella). Además, tienen la ventaja de que se pueden suscribir a un plazo de permanencia no dilatado en exceso, no superior a 12 meses.
Si, por el contrario, la evolución del bono nacional no fuese la esperada, la operación no saldría conforme a las expectativas creadas y es probable que el fondo cerrase el ejercicio con minusvalías. En este hipotético escenario la mejor solución sería elegir el bund germano, que actuaría como refugio.
Bonos de otros periféricos:
Varias casas de análisis apuntan a que el bono español tiene ya poco recorrido y, por tanto, puede ser el momento de inclinarse por renta fija de otros países periféricos, como Portugal o -solo los más arriesgados- Grecia. Ambos bonos, si sus economías no tienen más problemas durante este año, disponen de un mayor recorrido para obtener beneficio a través de un fondo de inversión, al estar en el 5% y el 8,10%, respectivamente.
Al ser más complicada la contratación directa de estos productos, la mejor opción sería formalizarlos a través de fondos de renta fija que estén posicionados en estos países.
Fondos mixtos:
También se puede suscribir a través de modelos más diversificados que estén expuestos a la deuda pública de los periféricos (España, Italia, Francia, Grecia y Portugal), que permiten complementar la propuesta con más activos. Incluso se puede añadir una parte de renta variable en función de los riesgos que desee asumir el partícipe.
La relación de la prima de riesgo con las inversiones en renta variable no es directa, ya que no guarda relación con su evolución. Ahora bien, el hecho de que el diferencial de un país se vaya estrechando con su punto de referencia es una buena noticia para su economía, que, en teoría, debería recoger la evolución de sus índices bursátiles, al ser una economía más competitiva, y justamente lo contrario en el supuesto opuesto.
Una mejora en este parámetro debe ayudar a que los mercados bursátiles muestren un mejor aspecto y los precios de sus acciones suban. Entre otras cosas, porque indica que hay mayor confianza en la economía nacional y ello se puede trasplantar a las empresas cotizantes.
Pero no siempre es así, ya que también se regirá por otras variables ajenas al mercado de renta fija, y en este caso más dependientes del estado real de las empresas. Desde este punto de vista, no sería lo más aconsejable posicionarse en Bolsa, si la rentabilidad del bono español a 10 años bajase en los próximos años, sino que la actuación adecuada sería decidirse por compras en este tipo de productos de renta fija, bien de forma directa o a través de fondos de inversión.