El acceso a depósitos con mayor remuneración, cuentas con más prestaciones y otra serie de servicios bancarios en mejores condiciones de suscripción son las principales ventajas que conlleva el cambio de banco. Si se está descontento por el incumplimiento de algunas condiciones pactadas al abrir una cuenta, antes de dejar una entidad conviene intentar renegociar. Hay que tener en cuenta que, al pasarse a otra, se renuncia a un trato familiar y personalizado. También es importante pactar con el nuevo banco todas las condiciones y leer bien la letra pequeña.
Ofertas a cambio de dinero nuevo
El hombre es un animal de costumbres… Al menos, en lo que respecta a sus finanzas. Son numerosos los usuarios que mantienen su contrato con el banco o caja de ahorros durante muchos años, en ocasiones, de por vida. Sin embargo, aunque de modo lento, cada vez más clientes se decantan por cambiar de entidad financiera cada cierto tiempo para aprovechar las ofertas que lanzan al mercado, destinadas a nuevos clientes: depósitos, planes de pensiones, cuentas-nómina u otros productos financieros. ¿Es aconsejable hacerlo? No hay una sola respuesta. Tanto la opción de mantenerse fiel a una entidad como la de cambiar en busca de mejoras tienen defensores y detractores.
Mientras que mantener fidelidad a una marca durante varios años implica conocimiento mutuo y la tranquilidad de que el banco intentará buscar las mejores condiciones para el dinero allí depositado, cambiar puede suponer el acceso a productos nuevos e interesantes en condiciones inmejorables.
Es importante pactar con la nueva entidad todas las condiciones y leer bien la letra pequeña
La oferta de ventajas a cambio de dinero nuevo es una estrategia destinada para clientes de perfil agresivo, a quienes gusta mover su dinero en función de las ofertas que les propone cada entidad en un momento puntual. Si bien puede ser una alternativa rentable y beneficiosa a corto y medio plazo, no es tan aconsejable para largo plazo, ya que la relación personal con la entidad desaparece.
También hay que tener en cuenta que limita la información sobre el historial como cliente y que la nueva entidad puede ser más selectiva al conceder una hipoteca o un crédito personal. Además, al abrir una nueva cuenta corriente, puede haber gastos extra por cerrar o finiquitar las posiciones en el anterior banco o caja de ahorros.
Una solución intermedia es optar por un modelo mixto: depositar la mayoría del capital de forma fija en un banco y mover una parte de los ahorros con completa libertad en función de las ofertas y promociones exclusivas de las entidades.
Los inconvenientes
Aplicar una u otra estrategia en el cambio de entidad financiera conlleva una serie de ventajas. Pero, como estas ya las exponen las entidades, conviene incidir en los aspectos negativos de cada opción:
Fidelidad a una entidad:
No se puede acceder a determinados productos (depósitos, cuentas-nómina, ofertas promocionales…) que solo están destinados a nuevos clientes o dinero «nuevo», el procedente de otras entidades.
Implica un probable estancamiento en nuestros movimientos bancarios debido a que la oferta que generan las entidades financieras suelen ser las mismas, con pocas novedades con respecto a su oferta tradicional.
La posibilidad de que el banco no brinde al usuario de siempre atenciones que sí presta a un posible nuevo cliente.
Conviene diversificar el capital en más de una entidad y aprovechar las ventajas de cada estructura bancaria (hay bancos más útiles para inversiones, otros para domiciliar la nómina, etc.).
Siempre es positivo comparar y acudir a la entidad que mejores condiciones proporcione, sin encasillarse de por vida. Más aún, si las prestaciones no satisfacen por completo al cliente.
Cambio de banco
No permite que el banco tenga un seguimiento regular del historial como cliente, así como una relación fundamentada en sus muchos años.
No se accede a préstamos, hipotecas o depósitos en forma preferente, como se hace con los usuarios que llevan muchos años como clientes.
La oferta a la que se acoge el nuevo cliente es casi siempre una estrategia coyuntural, no la forma de trabajar habitual de la entidad.
Las promociones son a corto plazo y no debe constituirse como único motivo para cambiar o traspasar el dinero a otra entidad.
Otra estrategia pasa por el traspaso de fondos de inversión y planes de pensiones. Esta operación puede reportar entre 1.500 y 3.000 euros. No obstante, estas promociones tienen algunos límites en su operativa, que reducen su efectividad.
- Son ofertas promocionales que no están operativas en todo el año, sino solo en un período determinado.
Implican un importe mínimo del traspaso -en función de cada entidad, puede oscilar entre 3.000 y 5.000 euros de media-. La bonificación máxima que se anuncia está destinada para grandes cantidades, ya que solo se abona el 1% bruto de media.
Requieren un periodo de permanencia -de entre 18 y 24 meses-, durante el cual no se admite la realización de ningún traspaso externo hacia otra entidad ni reembolsos.