Uno de los principales problemas con los que se enfrentan los estudiantes es cómo pagar la universidad. Si no se cuenta con la ayuda de los padres, hay que emplear otros recursos, como el ahorro y algunos productos bancarios. Pero, ¿cuánto dinero hay que ahorrar para la universidad? Y ¿qué formas hay de conseguir el dinero que se necesita para estudiar? En este artículo se responde a ambas cuestiones.
¿Cuánto cuesta la matrícula universitaria?
¿Cuánto cuesta la matrícula de la universidad? Según los datos de la Unión Europea y el Ministerio de Educación, el precio medio de la primera matrícula de grado se eleva hasta 1.100 euros anuales. De todas formas, su cuantía dependerá del tipo de enseñanza elegida. También tiene mucho que ver si es una universidad privada o, por el contrario, pública. Y, por supuesto, el centro en cuestión también influye en los importes que tendrán que asumir los estudiantes.
Pero la matrícula no será el único gasto que tengan que afrontar, ya que por lo general se añaden otros gastos administrativos, como la apertura de expediente.
Y ¿cómo conseguir el dinero que se necesita para estudiar en la universidad? Existen varias opciones.
Crear una bolsa de ahorro
La forma más factible y eficaz para pagar los estudios es crear una bolsa a corto plazo que se destine a sufragar los gastos de la matrícula. Hay varias estrategias.
Una de las más beneficiosas es ahorrar de forma periódica. Los bancos tienen varios productos de estas características, incluso con aportaciones pequeñas. Además, es posible realizar su rescate, parcial o total, en cualquier momento y sin penalizaciones.
Una hucha para la universidad
Contratar una hucha de ahorro en el banco, sin comisiones de administración ni mantenimiento, es otra de las alternativas. Estos productos no son planes de ahorro sino instrumentos que ponen las entidades bancarias en manos de sus clientes más jóvenes para ahorrar y afrontar una necesidad en plazos muy cortos.
Este tipo de producto no contempla ningún rendimiento, pero se ofrece con una flexibilidad casi total, sin que suponga desembolso económico alguno.
Administrar tu propia cuenta corriente
Las cuentas corrientes para jóvenes son otra opción. Contratarlas es tan fácil como aportar todos los meses una cuota mínima hasta alcanzar el importe deseado. El objetivo es ahorrar hasta poder abonar la matrícula de estudios.
Las cuentas para jóvenes son una forma muy práctica para administrar y gestionar sus ingresos, con la ventaja de que tendrán gratuitamente una tarjeta de débito para realizar casi todas las operaciones bancarias, incluidos los ingresos.
Olvidarse de otros gastos
Por último, queda otra alternativa: obtener el importe de la matrícula a costa de renuncias personales. La forma es destinar parte de los principales gastos (viajes, ocio, vestuario, etc.) a esta necesidad. Será la mayor recompensa que se tenga por el esfuerzo realizado, aunque sea eliminando algunos caprichos personales.
Los estudiantes españoles disponen de una serie de préstamos para sufragar los gastos derivados de la formalización de la matrícula, una amplia gama de líneas de crédito que alcanzan un importe máximo de 30.000 euros. Estos créditos conllevan periodos para su devolución mucho más rápidos: rara vez exceden de 12 meses, pero a cambio de aportar un periodo de carencia que hace más fácil el pago de las cuotas mensuales.
El tipo de interés que aplican estos productos bancarios es menos expansivo que los personales o destinados al consumo, pues oscila entre el 6% y 10%. Pero algunos créditos pueden encarecerse por las comisiones que presentan y llegar al 2% sobre el importe demandado. En todos los casos, el sistema es de cuotas mensuales constantes.