Si hace apenas nueve meses un prestigioso economista, un periodista financiero o un experto en negocios hubiera asegurado que el Banco Central Europeo iba a bajar los tipos de interés hasta llegar, en mayo de 2009, al 1%, muchos le habrían tachado de loco, igual que si hubiera pronosticado la bancarrota de Lehman Brothers, la nacionalización de empresas en EEUU o la intervención bancaria por parte de los estados a lo largo y ancho del planeta. Hoy en día es una realidad con la que convivimos, con una gravedad que quizás nadie imaginó, de la que pocos se libran y en la que las predicciones más negativas han sido sobrepasadas con creces. Hasta ahora, las autoridades monetarias no han podido más que atenuar los daños de la crisis y evitar que las economías se colapsen tomando decisiones como aumentar la liquidez de los ciudadanos por medio de medidas como la bajada de los tipos. En Estados Unidos ya se sitúan entre el 0% y el 0,25%, y en los círculos financieros se especula con la posibilidad de que esto mismo suceda en Europa, pues el Banco Central no ha descartado nuevas bajadas. ¿Qué consecuencias tendría esta decisión para la economía doméstica de los españoles?
Efecto limitado
La lógica que dominaba el mundo económico hasta hace poco más de un año haría pensar que la bajada de los tipos hasta cotas próximas al 0% repercutiría en la concesión, por parte de los bancos, de créditos más baratos. Esto a su vez incidiría en un mayor consumo, porque los ciudadanos podrían contar con liquidez y devolver el dinero sin tener que pagar unos intereses muy elevados. El aumento de las compras generaría una mayor producción de artículos que incentivarían la creación de empleo. Pero estas fórmulas ya no son válidas, entre otras cosas porque fue ese modelo el que contribuyó a crear la crisis que ahora sufrimos. La gran facilidad con la que se obtenía un crédito o una hipoteca hace unos años fomentó un consumismo voraz que, si bien fomentó un crecimiento económico histórico, hoy ha mostrado su cara más amarga: el endeudamiento familiar.
Por mucho que el Banco Central Europeo acercara los tipos al 0% -un pronóstico que no es descabellado, pues la entidad que dirige Jean Claude Trichet ya anunció la posibilidad de que siguieran descendiendo- si los bancos y cajas de ahorro siguen reticentes a dar créditos esta bajada tendría un efecto muy limitado. De hecho, desde octubre de 2008 los tipos han caído en Europa desde el 4,5% hasta el 1% de este mes de mayo, pero el recorte no ha repercutido en los créditos al consumo en los que se sigue pagando un interés similar, superior al 10%. Esto se debe, en parte, a la cautela con la que las entidades financieras otorgan los créditos, así que los requisitos para obtenerlos se han endurecido. Además, la elevada morosidad -con miles de familias en la cuerda floja y la incertidumbre de no saber hasta cuándo mantendrán su trabajo- y el consiguiente temor a que el cliente no responda, ha hecho que suban el diferencial que antes cobraban a los titulares -el porcentaje que piden además del Euribor-. De esta forma, quienes accedan a un préstamo estarán pagando, de alguna manera, su potencial morosidad y de la de otros clientes.
Un interés al 0% haría descender aún más la rentabilidad de los depósitos
En lo que sí podría repercutir una hipotética caída de los tipos hasta el 0% es en la rentabilidad de los depósitos, como ya ha sucedido en los últimos meses. Si hasta principios de 2009 era aún frecuente ver cómo las entidades financieras se peleaban por captar el dinero de los clientes con una remuneración cercana incluso al 5% TAE (Tasa Anual Equivalente), en la actualidad esta cifra se ha reducido mucho. La bajada de tipos que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo no ha beneficiado en absoluto a quienes tenían su dinero en un plazo fijo, porque los réditos que obtienen ahora son notablemente inferiores a los que tenían hace un semestre. Incluso aquellas cajas de ahorro que ponen a disposición de sus clientes intereses más altos son miradas con desconfianza y desde la competencia se les acusa de tener mucha necesidad de dinero para ofrecer intereses tan elevados. Una nueva bajada de tipos, probablemente, no ayudaría demasiado a quienes tienen su dinero en el banco.
Hipotecas
El otro gran sector sobre el que repercutiría la bajada de los intereses hasta el 0% sería en el de las hipotecas, aunque en este sentido también hay que tener en cuenta diversos aspectos como cuándo se contrató, si se hizo a tipo fijo o variable, y, sobre todo, si se firmó un suelo de caída del Euribor. Las familias que contrataron su hipoteca a tipo variable sufrieron la subida del interés hasta el 4,5%, con el paralelo ascenso del Euribor. Ahora que han caído en picado, también se han beneficiado de la bajada del índice europeo -aunque en muchos casos lo han hecho a un ritmo inferior-. Lo lógico es que si los tipos siguieran disminuyendo en los próximos meses hasta el 0%, también lo debería hacer la cuota mensual que pagan los ciudadanos para comprar su piso. Sin embargo, algunos consumidores firmaron en sus contratos un tope de caída de los tipos, según el cual, por mucho que bajara el Euribor, los clientes no rebasarían a la baja el límite fijado. O sea que, aunque los tipos al 0% arrastraran al Euribor a cuotas más bajas, estas personas no pagarían menos por su hipoteca.
Con intereses al 0% habría que tener en cuenta cuándo se contrató la hipoteca, si se hizo a tipo fijo o variable, y si se firmó un “suelo”
También hay que tener en cuenta a quienes intentan conseguir un préstamo para la compra de vivienda. Aunque el Euribor también ha descendido del 4,82% en el mes de octubre al 1,6% en el que se sitúa en mayo, quienes se acercan al banco a pedir una hipoteca no notan una bajada paralela en los intereses. Si en otoño de 2008 había que pagar de media el 5,38%, en abril este porcentaje se situaba en el 3,91%. Así que la bajada no es ni mucho menos equiparable. Al igual que sucede con los créditos al consumo, son estos nuevos clientes los que pagan el temor de los bancos a prestar dinero, es decir, ante la posibilidad de que otros no abonen sus cuotas, quienes ahora firmen una hipoteca costean posibles impagos ajenos.
Así, tampoco parece que una nueva bajada de tipos hasta el 0% pudiera tener unos resultados espectaculares si no se le unen otros factores. En general, serían las entidades financieras, y no sólo las autoridades europeas, las que tendrían que “mover ficha” si lo que se desea es reactivar la economía. Pero bancos y cajas velan por sus intereses económicos y se niegan a correr riesgos que consideran elevados, actitud que repercute en toda la economía, de manera especial en aquellos sectores que dependen en gran medida de la financiación, como los del automóvil o la vivienda.