Algunos informes financieros son optimistas sobre como evolucionará la economía en 2013, en especial en su segundo semestre. Esto supondría que, por fin, la Bolsa podría dar más de una alegría a los inversores españoles, sobre todo si se hacen compras selectivas. Sin embargo, conviene ser cautos y seguir unas pautas, como las que se explican en el siguiente artículo, ante posibles contingencias que puedan darse en los próximos meses.
Probable mejora bursátil en 2013
El año 2012 no fue un buen ejercicio para invertir en Bolsa, ya que la evolución de los principales índices selectivos fue negativa. En concreto, el Ibex 35 sufrió un descenso de casi el 10% en este periodo, con valores que incluso cayeron más del 20%. La complicada situación de la economía internacional, los problemas con el rescate a Grecia, la financiación de las economías del sur de la Unión Europea y las dudas que genera la economía de los Estados Unidos son algunos de los parámetros por lo que se ha movido la Bolsa en este año.
La Bolsa anticipa la evolución de la economía y podrían darse los primeros síntomas de recuperación en los índices bursátiles
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía española crecerá un 1% en 2014, poniendo fin así a dos años consecutivos de contracción del Producto Interior Bruto (PIB). Así lo recoge en su informe de análisis de la reforma del sector financiero español.
De concretarse estos vaticinios podría significar que en 2013, sobre todo en su segundo semestre, la renta variable podría arrojar resultados positivos. Y la Bolsa anticipa la evolución de la economía, por lo que podrían darse los primeros síntomas de recuperación en los índices bursátiles. Además, se espera que para los últimos meses de este nuevo año hayan concluido los problemas del sector bancario.
Puede ser el inicio para que los mercados empiecen a dar más de una alegría a los inversores. Pero estos deben mostrar precaución en sus operaciones de compra, porque pueden aparecer problemas en el nuevo orden económico internacional (euro, inflación, tipos de interés, etc.) que hagan descabalgar estas expectativas.
Pautas para operar en Bolsa
El ejercicio 2013 puede ser el momento oportuno para volver a la Bolsa tras los malos resultados de años precedentes. Eso sí, con cautela y protegiendo la inversión de posibles contingencias que puedan darse en los próximos meses. La mejor manera de actuar sería la siguiente:
Limitar las aportaciones: no es prudente realizar grandes inversiones en Bolsa esperando resultados espectaculares, que puede que no lleguen. Conviene que sean más bien modestas, para una vez constatado que el ejercicio bursátil se desarrollará en terreno positivo, ir incrementado las posiciones.
Seleccionar los mejores valores: es fundamental realizar un proceso selectivo sobre en qué empresas poder depositar los ahorros. Las más fuertes son las que saldrán mejor de esta situación, mientras que las aquejadas por deudas o problemas empresariales podrían dar más de un disgusto a sus accionistas.
Entrar en el sector bancario: uno de los sectores que peor han salido parados de la actual crisis económica es el bancario, que ha visto como sus integrantes han perdido mucho valor en sus cotizaciones. De solucionarse sus problemas, será uno de los sectores que habrá que tener en cuenta para este nuevo ejercicio. Pero la labor de selección resultará fundamental para optimizar la inversión, y se ha de apostar por las entidades que salgan reforzadas de la crisis.
Cuidado con los rebotes: un problema que acarreará este nuevo año puede ser entrar en los rebotes, pensando que es un cambio de tendencia. Esta estrategia es muy peligrosa para los inversores que vayan al medio y largo plazo, ya que siempre podrán comprar más baratas las acciones en los próximos meses. De ahí que la mejor estrategia sea esperar a que los mercados den síntomas nítidos de que la tendencia alcista es un hecho firme, y no precipitarse en compras estériles.
Olvidarse de movimientos especulativos: para desterrar problemas en el año que comienza no estaría de más olvidarse por completo de entrar en los valores más especulativos del mercado, esos que en una sola sesión bursátil suben hasta un 10%, pero que de igual forma bajan con la misma intensidad o incluso más. No son terreno abonado para los pequeños inversores.
Diversificar la cartera de valores: en vez de invertir todo el dinero en un solo valor bursátil, lo mejor será repartirlo a través de una cartera de valores integrada por diferentes títulos y sectores que pueda contrarrestar los efectos negativos de una mala decisión personal. Esta «cesta» de acciones estará compuesta por los sectores con mejores perspectivas en este ejercicio.
Optar por los valores más defensivos: una forma de protegerse ante los movimientos bruscos de la renta variable es seleccionar los valores de corte más conservador. No son proclives a grandes revalorizaciones, pero sí los más seguros. En este caso, sería una estrategia que se tendría que emplear para formar una cartera de valores destinada al medio y largo plazo.
Aprovechar los títulos calientes del mercado: optar por los títulos de los mercados bursátiles que más propensos son a una continua subida, bien por una clara tendencia alcista o por movimientos corporativos que animen a sus precios al ascenso. Quienes se aprovechen de esta estrategia, estarán en una posición aventajada para terminar el próximo ejercicio con ganancias.
Para quienes no estén convencidos de entrar en Bolsa, hay otras alternativas que puede satisfacer sus expectativas. No olvidan la renta variable, pero brindan una mayor seguridad e integridad para su capital ante movimientos adversos.
Fondo de inversión de renta variable, que puede recoger los movimientos alcistas de los mercados bursátiles por medio de índices bursátiles, sectores o por una cartera de valores.
Depósito basado en una “cesta” de acciones procedente de Bolsa. Se han diseñado muchos productos de estas características, que eliminan los riesgos de una inversión directa pero -si se cumplen las expectativas- genera una revalorización más que interesante y está por encima de la media que las que ofrecen otra clase de imposiciones. Se puede llegar hasta el 10% en función de los modelos contratados por el cliente.
En ambas formas de inversión se mitigan los riesgos, pues están diseñadas para los ahorradores más conservadores, los que tienen miedo a que la evolución de los mercados bursátiles no sea tan positiva como se anuncia.