Ahora que la crisis económica ha cambiado los hábitos de muchas personas en España, es el momento de considerar si el sentimiento de la amistad puede beneficiarnos en la vida diaria. Y no solo en el sentido idealista del término, sino como origen de importantes pautas para ahorrar dinero todos los meses, a través de unos comportamientos solidarios que apuntalen este lazo entre las personas, pero sin aprovecharse de ellas. En este artículo se señalan algunas estrategias de ahorro entre amigos, como prestar pequeños importes sin intereses o hacer compras en grupo.
Ayuda entre amigos como estrategia de ahorro
La amistad es uno de los mayores regalos que hay, sin ninguna duda. Los amigos ayudan en los momentos malos, se alegran de tus triunfos y siempre están contigo, en las adversidades y en los momentos dulces de la vida. Ahora que la crisis económica está cambiando los hábitos de muchas personas, es el momento de considerar si este sentimiento puede beneficiar en la vida diaria, pero no para aprovecharse de otros, sino para compartir las necesidades del entorno personal o familiar y generar importantes pautas que hagan ahorrar dinero todos los meses.
Prestar pequeños importes sin intereses o hacer compras en grupo son algunas formas de ahorro entre amigos
Puede que parezca una postura utópica, pero en realidad no lo es. Si se aprovechan estos lazos humanos, basándose en un sentido solidario de la amistad y en aportar cada uno su granito de arena, se pueden minimizar algunos gastos. Así, en el caso de que se disponga de un vehículo, se puede beneficiar a amigos que no lo tengan. La estrategia pasaría por llevarlos en el coche si hay coincidencia de intereses (para hacer las compras, ir al trabajo o trasladarse al centro de la ciudad para realizar cualquier gestión personal). Y como esta, hay cientos de situaciones que requieren de la solidaridad de las personas más próximas. La crisis económica puede enseñar a mirar más por quienes están más cerca.
¿Cómo ayudarse entre amigos?
Son diversas las acciones que se pueden llevar a cabo dentro del grupo de amigos que incidan en un incremento del ahorro que afecte a todos sus miembros: desde prestar un pequeño importe para sus mayores necesidades, a optimizar los viajes para las labores cotidianas. He aquí algunas propuestas para que la solidaridad sea un valor al alza entre los amigos:
Podrán solicitarse pequeños préstamos, que serán sin intereses, y que en todo caso se podrán regularizar a través de un contrato en el que se indiquen el periodo de devolución, la cuantía de los pagos o, si hubiese, los meses de carencia. Los préstamos entre particulares pueden ser una opción muy ventajosa, pero requerirá de la colaboración de los amigos de mayor confianza y que dispongan de cuentas personales saneadas.
Se pueden hacer compras en grupo en los supermercados para aprovechar las ofertas que bonifican un mayor consumo. Cuanto mayor número de artículos se adquieran, más baratas salen las unidades (refrescos, cervezas, conservas, mantenimiento del hogar, etc.). De esta forma, se pueden agrupar las adquisiciones de varios usuarios para que la compra salga más barata.
Es muy efectivo pasar unos días de descanso con otras personas del círculo íntimo. Se puede viajar en solo un vehículo y repartir todos los gastos. Además de ahorrar, será una experiencia muy gratificante disfrutar en esas jornadas con personas del entorno familiar o amigos con los que charlar, divertirse y compartir emociones.
Acudir a los vecinos de confianza cuando se necesiten algunas cosas para el hogar (un destornillador, alicate o cualquier aparato para el bricolaje) o algún ingrediente para hacer la comida (sal, pimienta, nata…). No se trata de ser un aprovechado, sino de dar solución a una urgencia que puede aparecer en cualquier momento.
Pedir dinero para pagar un pequeño gasto ante cualquier imprevisto que precise una reparación y la presencia de un fontanero o un electricista.
Ante un fallo en el suministro telefónico o de Internet, se puede acudir a casa de un amigo para realizar las operaciones necesarias, y así evitarse las tarifas de un locutorio para hacer una llamada, mandar un correo electrónico o informarse del estado de la cuenta corriente o las inversiones.
Si algún amigo íntimo dispone de tiempo libre, puede cuidar a los niños de otro en circunstancias puntuales, y ahorrar así el gasto de pagar a una persona o un centro que lo cuide.
Si surgen problemas en las cañerías, con el ordenador o algún tipo de instalación eléctrica, se puede recurrir a algún amigo «manitas» que pueda solventar estas circunstancias.
Celebrar una amena reunión en el hogar puede ser un excelente plan para pasar una velada los fines de semana, pero también para contener los gastos que se derivan de las salidas por la noche y que suponen una parte muy importante dentro del presupuesto mensual. El ahorro alcanza al desplazamiento, el restaurante, las copas y la entrada a la discoteca, entre otras actividades para compartir la noche. Si este momento tan especial es reemplazado por una reunión en casa, cada vez en la de uno de los partícipes, se puede llegar a ahorrar en torno a 250 euros todos los meses. Solo hay que coger papel y bolígrafo y calcular.
A ello se le une el clima emocional que generan estas reuniones y que permiten reforzar los lazos de unión entre sus miembros. Se constituye como alternativa más que efectiva para rellenar los ratios de ocio durante los fines de semana acompañado siempre de las personas más allegadas y con un efecto inmediato sobre la cuenta corriente de sus partícipes. Incluso en los meses de invierno sirve para cobijarse de las bajas temperaturas que tienen que soportarse en los desplazamientos.