Una gotera, una tubería rota, un grifo o un radiador que pierden agua, un fallo en el sistema eléctrico o la avería de un electrodoméstico son situaciones cotidianas que hasta que comenzó la crisis se solventaban, casi siempre, con la sustitución del elemento estropeado. Sin embargo, desde hace siete años, cada vez son más las familias que intentan alargar la vida útil de los elementos de su vivienda a través de su reparación. De hecho, como consecuencia de la crisis, el 58% de los españoles prefiere arreglar las instalaciones y aparatos de su hogar antes que reemplazarlos por unos nuevos, mientras que la media europea se sitúa en un 54%. Por ello, conviene conocer qué resulta más rentable hacer en cada caso, tal y como se desglosa en el siguiente artículo.
Se repara más por la crisis
En un momento de dificultades económicas como el actual, en el que el ahorro de cada euro cuenta para cuadrar el presupuesto familiar, los españoles optan cada vez más por realizar las reparaciones en su vivienda, en lugar de reemplazar los grifos estropeados, las tuberías y desagües obstruidos o los electrodomésticos obsoletos. Eso es, al menos, lo que se desprende del informe elaborado por Reparalia, empresa especializada en el cuidado del hogar y en la gestión integral de siniestros y arreglos, en el que se atestigua que las reparaciones en los hogares han aumentado más de un 10% en los dos últimos años, con un gasto medio por vivienda de 209 euros al año.
Antes de acudir a una empresa de reparaciones, se debe contactar con el seguro de hogar para determinar si su póliza cubre la avería
Las principales causas de estas incidencias son los problemas de fontanería (sobre todo en tuberías, con un 39% del total) y las roturas de cristales (14,5%). Asimismo, destacan las reparaciones en el hogar relacionadas con humedades, filtraciones y daños causados por los fenómenos atmosféricos (entre el 3% y el 8% del total), que son casi siempre las más costosas. De esta forma, los fontaneros, los pintores y los albañiles son los profesionales que realizan casi un 60% de las reparaciones en las casas.
La crisis ha modificado los hábitos de consumo de los españoles, como certifica una encuesta encargada por el fabricante alemán Henkel. Mientras hace unos años los aparatos e instalaciones domésticos se cambiaban o renovaban cuando se habían estropeado, en la actualidad, los consumidores se decantan por concertar una cita con empresas de venta de repuestos, de suministros de piezas o con los servicios de asistencia técnica, con el fin de repararlos para alargar su vida útil. De hecho, los técnicos pueden asesorar al cliente sobre si merece la pena hacer el arreglo de la instalación o conviene más su sustitución.
Cómo actuar en caso de avería si se opta por la reparación
Aunque el 6% de los españoles nunca arregla los elementos de su hogar cuando se estropean y prefiere comprarlos nuevos, otro 58% se decanta por la reparación. De cualquier forma, hay componentes de la vivienda que conviene reemplazar si se averían, pues el coste del arreglo es habitual que sea más alto que adquirirlos nuevos. Es el caso de los pequeños electrodomésticos, como los hornos microondas, las planchas, las tostadoras, los secadores de pelo, etc.
Aún así, en la mayoría de las ocasiones, es más rentable reparar la avería del aparato o elemento de la casa que sustituirlo por uno nuevo. Para que el arreglo sea satisfactorio, se deben seguir ciertas pautas:
Verificar si el seguro del hogar cubre la avería
Algunas de las averías más frecuentes en las viviendas pueden no estar cubiertas por un seguro multirriesgo tradicional, como es el caso de los atascos en las tuberías, las roturas de enchufes, la sustitución del cuadro eléctrico o la pérdida de agua. Por ello, antes de acudir a una empresa de reparaciones, el afectado debe ponerse en contacto con su seguro de hogar para determinar si su póliza cubre la contingencia, al objeto de que le indiquen lo que debe hacer (llamar a un determinado profesional, remitir la factura al seguro, etc.).
En ocasiones, el seguro contratado incluye los servicios de cerrajería, electricidad o fontanería. Asimismo, hay pólizas que cubren las urgencias y las aseguradoras ponen a disposición del cliente un equipo de profesionales para obras de reparación.
Desconfiar de los profesionales que se anuncian solo con un número de teléfono
Algunas empresas no tienen un domicilio físico, se anuncian en Internet ofreciendo varios números de teléfono y se amparan en un anonimato que les permite cobrar tarifas abusivas o cometer fraudes. Asimismo, es habitual que estas compañías reparen las averías con piezas usadas o de mala calidad. En estos casos, si el arreglo no es satisfactorio, el cliente se ve incapaz de presentar una reclamación.
Los consumidores han de tener en cuenta que las instalaciones eléctricas, la calefacción, la climatización y el gas requieren de una correcta instalación y mantenimiento, que debe llevarse a cabo por firmas autorizadas y registradas que emiten un certificado reglamentario al realizar su trabajo.
Comparar tarifas y presupuestos aproximados de varias empresas
Las administraciones públicas y las organizaciones de consumidores aconsejan que antes de contratar un servicio de reparación se solicite a varias empresas un presupuesto, aunque sea aproximado, del importe de la mano de obra y del desplazamiento o transporte. De hecho, las compañías están obligadas a explicar sus tarifas en concepto de gastos de desplazamiento y mano de obra, tanto si el trabajo se realiza dentro del horario laboral, como si se hará con carácter de urgencia.
Aunque hasta que el profesional no revisa a fondo la avería no se conoce la gravedad del problema, ni los materiales que serán empleados o sustituidos, sí tiene que especificarse, en la página web de la empresa o por teléfono, el precio que se cobra por desplazamiento o transporte, la mano de obra y por la elaboración de un presupuesto.
En el caso de que un consumidor deje un electrodoméstico en un servicio de asistencia técnica (SAT) para arreglarlo, tiene que recibir un resguardo donde se incluya la descripción técnica del aparato, la fecha de recepción, el plazo previsto de entrega del aparato ya reparado, etc.
Solicitar un presupuesto detallado
Una vez que el profesional acude al domicilio, se debe solicitar un presupuesto en el que se detallen todos los conceptos, las tarifas y los posibles recargos. El presupuesto deber estar por escrito, tiene que ser gratuito, su validez no ha de ser mayor de 30 días y solo se debe pagar por él si el cliente decide no aceptarlo. En ese último supuesto, el profesional cobrará únicamente el servicio por desplazamiento, que ronda los 50 euros. Cuando el consumidor renuncia a un presupuesto, debe firmar una orden de trabajo en la que escribirá de su puño y letra la frase «Renuncio al presupuesto previo y autorizo la reparación».
Asimismo, el técnico ha de llevar consigo una hoja informativa con las tarifas en la que tienen que especificarse los precios de la mano de obra y los gastos de desplazamiento o transporte, todos ellos con el IVA incluido. Las empresas de reparaciones cuentan con unas tarifas especiales según la relevancia de la avería, la urgencia y el horario en que se realiza la reparación. Así, el coste medio de la mano de obra por hora de trabajo en jornada laboral ordinaria es de unos 56 euros y en horario de urgencias se eleva hasta los 72 euros.
Exigir una factura desglosada
Las facturas tienen que expedirse con todos los datos de la compañía, además de otros conceptos:
Nombre, domicilio y CIF de la empresa prestadora del servicio, junto con el nombre y el DNI del técnico que realiza la obra o reparación.
Breve descripción de los trabajos que se ejecutarán.
Desglose del precio de la mano de obra, del desplazamiento o transporte, los gastos de material y el IVA.
Si es un electrodoméstico, tiene que incluir la marca, el modelo y el número de serie del aparato.
Fecha de finalización del trabajo.
Precio total de la obra o reparación.
Periodo de garantía.
Firmas del técnico y del cliente.
Tener en cuenta los plazos de garantía
El periodo de garantía del servicio prestado es el que facilita la empresa y el tiempo de garantía de las piezas o materiales utilizados. Será de dos años si son nuevas y de un año si son usadas.
Hay que tener en cuenta que, en las reformas, pueden emplearse materiales usados con la conformidad del consumidor. Para ello, el cliente tiene que firmar junto a la frase «Autorizo el empleo de materiales usados».
Comprobar que la empresa de reparaciones está adherida al Sistema Arbitral de Consumo
Pertenecer al Sistema Arbitral de Consumo supone una garantía para el consumidor con respecto a la solución de conflictos que pudieran surgir durante las reparaciones en el hogar. El Sistema Arbitral de Consumo es un órgano extrajudicial de resolución de conflictos entre consumidores y profesionales a través del cual, sin grandes formalidades y con carácter vinculante y ejecutivo para ambas partes, se resuelven las reclamaciones de los usuarios. Tiene la misma eficacia que una sentencia judicial.
Si la empresa está adherida a este organismo, debe acatar sus decisiones, que son vinculantes para usuarios y profesionales.
Solicitar la hoja de reclamaciones.
Si el consumidor no está conforme con la obra o arreglo, debe exigir la hoja de reclamaciones. Aunque, en muchas ocasiones, los técnicos no las llevan consigo, las empresas y los profesionales de reparaciones están obligados a poner a disposición de los clientes las correspondientes hojas de reclamaciones, para poder solicitarlas ante cualquier queja, y que los inspectores de Consumo determinen si existe algún tipo de irregularidad.
Acudir a la OMIC.
Las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMIC) son departamentos dependientes de los ayuntamientos a los que los ciudadanos pueden dirigirse para plantear demandas relacionadas con el consumo, que se resuelven directamente o se remiten al organismo competente.