Durante la Navidad aumenta el gasto en productos de alimentación, juguetes, regalos y fiestas. Pero en estas fechas el bolsillo no solo se resiente por las compras, también el consumo eléctrico es elevado: se sube la calefacción por el frío, se utiliza mucho la cocina para preparar los típicos platos navideños y la casa se llena de luces que adornan paredes y balcones. Cuando ahorrar es más necesario que nunca, las claves que se señalan en el siguiente reportaje pueden ayudar a reducir el gasto en electricidad durante las Navidades.
1. Prescindir de la iluminación navideña
Son numerosas las viviendas que, semanas antes de que lleguen los días festivos, se llenan de espumillón, bolas, muñecos en forma de reno o papanoeles que trepan por las ventanas.
Esta decoración permanece en algunos casos durante un mes y si en ella se incluyen las luces navideñas, el consumo energético sube. Una forma de ahorrar es no utilizar las luces de colores que tanto han proliferado en los hogares en las últimas décadas.
2. Usar luces de Navidad que gasten menos
Las guirnaldas con luces led gastan menos que las incandescentes
Quien no quiera prescindir de ellas puede cambiar las viejas guirnaldas incandescentes por otras que consuman menos, como las led. Aunque son algo más caras, si este año toca renovar las cadenas de luz navideñas, se puede optar por este tipo de bombillas que suponen un ahorro importante y duran mucho más.
Otra posibilidad es tenerlas encendidas durante menos tiempo: solo durante unas horas al día o cuando los niños estén en casa.
3. Belén estático
También es habitual que en los nacimientos haya elementos móviles que funcionan con electricidad: ríos que bajan, norias que giran, personajes que se mueven… Si este año no se ponen en marcha, también bajará algo el consumo de energía.
4. Descongelar en el propio frigorífico
Muchas familias ya se han acostumbrado a comprar con antelación los alimentos que utilizarán en las comidas y cenas navideñas antes de que los precios se disparen. Por regla general, se congelan y se sacan cuando falta un día o dos para ser consumidos.
Hay personas que los deja en un plato sobre una mesa de la cocina para que se descongelen, pero también se pueden pasar a la parte menos fría del frigorífico y subir un par de grados el termostato. Así el refrigerador aprovecha las bajas temperaturas que desprende el alimento y se ahorra electricidad. En el mismo sentido, hay que evitar introducir elementos calientes porque roban frío al refrigerador.
5. Utilizar la discriminación horaria
La Navidad es una época en la que se cocina mucho en los hogares y el gasto energético de las vitrocerámicas aumenta. Quienes hayan contratado una tarifa de discriminación horaria y la empleen de manera correcta pueden ahorrar dinero.
Quien tenga tarifas de discriminación horaria puede ahorrar cocinando en las horas más baratas
Antes existía la tarifa nocturna, que permitía gastar menos energía durante la noche y en las primeras horas de la mañana. En los últimos años se ha sustituido por la discriminación horaria, en la que el precio de la electricidad es mucho más barato entre las 10 de la noche y las 12 de la mañana.
Siempre que sea posible, conviene cocinar durante estas horas aunque se sirva después. Lo mismo sucede con otras tareas domésticas que requieren el uso de energía eléctrica, si se hacen en el horario barato supone un gran ahorro. Pasar el aspirador antes del mediodía o poner el lavavajillas con los platos de la cena de Nochebuena durante la madrugada, hará que el hogar consuma menos.
6. Cocinar de forma eficiente
Para cocinar los platos navideños, funcionan las claves de siempre:
La olla exprés gasta menos que las cazuelas y cocina los alimentos mucho más rápido.
Cuando no se quiera prescindir de las cazuelas porque el plato navideño lo requiera, habrá que taparlas para que no se pierda calor y con él electricidad en las cocinas vitrocerámicas o de inducción.
Los platos al horno son muy tradicionales en esta época y el microondas, que consume bastante menos, no es un buen sustituto. Si hay que usar el horno, es recomendable utilizar más de una bandeja y hacer varias comidas a la vez. La puerta solo se debe abrir cuando sea necesario porque cada vez que se hace, se pierde un 20% del calor acumulado.
7. Lavar los platos en el lavavajillas
Cuando los invitados son muchos, lavarlos a mano puede aguar la fiesta al anfitrión.
Pero además de la comodidad, pese a que mucha gente piensa lo contrario, es más barato utilizar el lavavajillas porque se gasta menos agua y, cuando el termostato es eléctrico, menos electricidad.
8. Bajar la calefacción si se pasa la Navidad fuera
Visitar a la familia en otras localidades es muy típico de estas fechas. Quien permanezca fuera de casa gran parte de las fiestas, puede ahorrar calefacción si baja la temperatura de la vivienda. Si se pone el termostato a 15ºC y se sube al regreso de las vacaciones, no se desperdicia energía.
No es recomendable apagar los radiadores porque, a la vuelta, la casa estaría muy fría y todo el ahorro obtenido se gastaría en volver a calentar la vivienda.
9. La temperatura, en su justa medida
El calor que alcanza la vivienda es un factor que se debe tener en cuenta, si es la propia casa la que albergará las comidas y las cenas navideñas.
Aunque es importante tener una temperatura acogedora, también hay que recordar que un grupo de personas en la misma habitación sube la temperatura. Cuando esto haya sucedido, se puede bajar un poco el termostato porque seguirá haciendo calor.
10. Hacer regalos eficientes permite ahorrar más allá de las Navidades
Dentro de la carta a Papá Noel o a los Reyes Magos se pueden incluir unas bombillas led, cuyo consumo es muy reducido y duran mucho más que las incandescentes, que ya han dejado de fabricarse. Si es hora de sustituir la cocina eléctrica, la placa de inducción es un buen regalo, ya que gasta bastante menos.
Junto con esto, si en vez de pedir juguetes eléctricos, los niños eligen otros que no lo sean, se puede ahorrar energía durante todo el año.