Un desperfecto en casa, goteras en la habitación de los niños o un electrodoméstico que, sin previo aviso, se estropea. Son tan solo algunos de los escenarios que pueden darse en la vivienda en cualquier momento y que obligan a recurrir al seguro del hogar para afrontar los gastos que suponga solventar el problema en cuestión. Pero es habitual que, al comentar lo que ha sucedido a la aseguradora, la respuesta sea que ese desperfecto no corre a cargo de la póliza. Tras un primer momento de lógico disgusto, conviene analizar si el fallo puede residir en no haber contratado el seguro adecuado ni haber revisado las coberturas que incluye el producto. Para evitar esta situación, se debe contratar una póliza que contenga las coberturas más necesarias y básicas para la casa, pero, como se explica en este reportaje, también otras específicas que hoy en día pasan por la protección de electrodomésticos, aparatos tecnológicos y ordenadores.
¿Cómo debe ser un seguro del hogar?
En un seguro del hogar no pueden faltar cláusulas que incorporen incendios, robo o actos de vandalismo
Los seguros del hogar, por lo general, incluyen más de 30 garantías que es preciso conocer con anterioridad, para elegir las esenciales o insertar otras especiales que puedan proteger mejor a sus habitantes ante alguna adversidad en la vivienda. No pueden faltar las que incorporen incendios, robo y actos de vandalismo, entre otros. Deben incluirse también las situaciones más molestas en la vivienda: rotura de cristales, daños producidos por agua, etc. Y para rematar la propuesta aseguradora, también deben estar los temas legales, como todo lo relacionado con la responsabilidad civil, protección jurídica integral, etc. Hasta se puede dotar a estos productos de coberturas para el mantenimiento, que se formalizan a través de la garantía de asistencia del hogar. Se trata, en definitiva, de preservar mejor la casa ante cualquier incidencia que pueda ocasionarse, y que puede generar un fuerte desembolso para su solución.
Para conseguir que la póliza para la vivienda sea lo más funcional posible y poder sacarle todo el partido, es preciso atender a una serie de recomendaciones que protegerán más a sus usuarios ante cualquier incidencia:
1. Buscar y analizar mucho antes de elegir:
Aunque todos los seguros para la casa son muy parecidos entre sí, no son iguales e incluyen coberturas, limitaciones y hasta exclusiones diferentes. Por eso, es muy importante leer sus cláusulas antes de contratar el producto, para al final elegir el modelo que ofrezca mayor protección y garantías.
2. Leer la letra pequeña:
No debe olvidarse, además, de dar un repaso a la letra pequeña del contrato, ya que muchos de los problemas surgidos frente a un siniestro se deben a una mala información de las coberturas.
3. Pedir información ante cláusulas complejas:
Es más que factible que los usuarios se encuentren con alguna cláusula que sea más enrevesada que otra, o que no queden claras todas las coberturas para el hogar. Este problema puede solucionarse, a través de reclamr más información a la aseguradora para decantarse o no por su contratación.
4. Clarificar la inclusión de coberturas:
Hay que fijarse en qué coberturas están introducidas en los contratos, ya que no todos los seguros incorporan la responsabilidad civil, y en función de las ofertas varían de unas pólizas a otras.
5. Prestar atención a las indemnizaciones:
Con toda seguridad habrá que informarse de lo que conllevan estos productos y, en especial, de las modalidades de indemnización frente a la aparición de un siniestro, ya que puede generarse por reemplazo (sustitución del objeto o artículo siniestrado), reposición o con dinero en efectivo.
6. Presencia de los aparatos tecnológicos:
No conviene olvidar que las pólizas para el hogar deben tener presente los aparatos de última generación que se tienen en las casas, desde los aparatos audiovisuales a los informáticos y sus periféricos.
7. Ampliar las coberturas:
Es probable que no sea suficiente para la protección del hogar las coberturas básicas de buena parte de los seguros y, por tanto, sea necesario ampliarlas con otras más especializadas.
Las contingencias en el hogar pueden afectar a cualquier objeto, por inimaginable que parezca, sobre todo a los de más valor. Y si no se indica nada en el contrato, no estarán protegidos ante los incidentes que puedan desarrollarse en la casa. Para evitar este escenario no deseado, los usuarios deberán mencionarlos de forma expresa para que queden incluidos en el seguro. Esto hará subir el presupuesto del seguro, pero no en más de 200 o 300 euros al año, y a cambio se tendrá una óptima protección sobre ellos.
Pero, ¿cuáles son estos objetos que deberán incluirse en la póliza? Son los denominados objetos de valor especial, en los que estarían incluidos:
- Colecciones de cualquier tipo.
- Tapices o cuadros con valor artístico o histórico.
- Prendas de piel.
- Joyas.
- Bienes propiedad de terceras personas que, por cualquier motivo, se encuentren en la vivienda.