El aumento del número de hogares, la disminución de las personas que los habitan y la incorporación de la mujer al mundo laboral han traído consigo una modificación en los hábitos de compra y consumo de los ciudadanos. Se ha reducido el tiempo disponible para la preparación de los alimentos y ha cambiado la frecuencia con la que se realiza la compra principal, la cantidad de establecimientos que se visita y el tiempo que se dedica a hacer la compra. Sin embargo, según la modalidad de familia de que se trate, hay que tener en cuenta si resulta más rentable comprar los productos de alimentación cada semana o con una periodicidad mensual, tal y como se explica en el siguiente artículo, donde se analizan las ventajas y los inconvenientes de cada frecuencia de compra.
Con qué frecuencia se hace la compra
En términos generales, la mayoría de los hogares españoles hace algo más de dos compras a la semana. Así, el 85% de las familias realiza, al menos, una cada siete días (que suele coincidir con la compra principal), solo el 14% adquiere a diario y únicamente un 6% lleva a cabo su gasto en alimentación una vez al mes. Aunque la compra diaria ha sido el hábito tradicional durante muchas décadas, el modo de vida actual está imponiendo la compra semanal de productos, de acuerdo con una planificación previa. Según el modelo de familia, las costumbres en este sentido difieren. ¿Cada cuánto tiempo hacen la compra?
Hogares con un solo miembro entre 18 y 44 años
En los hogares de jóvenes independientes ha aumentado el consumo de productos de alimentación. Sin embargo, son los que realizan menos compras a diario y tienen una mayor tendencia a la compra semanal, quincenal y mensual. Además, los lugares preferidos para hacerla son los supermercados y los hipermercados.
Familias con niños menores de edad
En los últimos años ha descendido el consumo en los hogares con hijos y en los de las parejas sin hijos. Pese a ello, las familias con niños suelen hacer la compra de alimentos con una periodicidad semanal y acuden a supermercados e hipermercados.
Parejas mayores sin hijos en el hogar
En los hogares formados por jubilados y por parejas adultas sin hijos que conviven con ellos se está observando un aumento en las adquisiciones de productos de alimentación. Son quienes compran con una frecuencia diaria y semanal y se decantan por las tiendas tradicionales de barrio y los mercados y supermercados.
Qué es más rentable: ¿compra semanal o mensual?
Lo más recomendable, sea cual sea la modalidad de familia, es realizar una compra mensual de productos no perecederos, ya que garantiza tener en casa provisiones de arroz, legumbres, leche, latas y alimentos en conserva, bebidas, patatas, aceite, artículos de higiene y limpieza, etc.
De cualquier forma, al hacer la compra hay que prever qué cantidad de cada alimento se consume durante el mes, para no comprar más de la cuenta. Cuanto más duradero es el producto, más propensión hay a su almacenamiento, incluso aunque se tengan grandes existencias del mismo en casa. Si se adquiere de más, de manera continua, es fácil llegar a almacenar en la despensa productos caducados, lo que conviene evitar cuando se pretende ahorrar en la compra.
La compra mensual incita a gastar más, pues cuanto más lleno está el carro, menos reparos pone el comprador en añadir nuevos productos
Asimismo, la compra está condicionada por las características y posibilidades de conservación del alimento y por la facilidad de almacenamiento. Si no se dispone de una nevera grande o de una amplia despensa, es mejor hacerla más a menudo, que adquirir grandes cantidades para intentar ahorrar, y tener después que tirar comida.
Cuando se trata de la compra diaria o semanal, el consumidor debe aprovechar para hacerse con los productos frescos o perecederos, como el pan, la fruta y la verdura y las carnes y los pescados.
Compra mensual
Ventajas
Se ahorra tiempo y combustible del vehículo, porque en un solo viaje se adquieren todos los productos de alimentación.
Se puede aprovechar las ofertas de 2×1, de 3×2, de 20% más de producto al mismo precio, etc. El comprador que puede acumular género en su despensa consigue un ahorro de dinero al servirse de ellas.
Inconvenientes
- Las ofertas en determinados productos pueden incitar a comprar más de lo que se necesita o a la adquisición de artículos innecesarios.
En la compra mensual es frecuente incluir más caprichos y realizar más compras por impulso (como postres, dulces, productos de picoteo, frutos secos, etc.), puesto que se sabe que no se volverá al establecimiento hasta el mes siguiente. Por ello, hay que planificarla, con el fin de reducir el gasto en alimentación, y tener disciplina para evitar las adquisiciones por impulso.
Algunos productos pueden caducar en la despensa o en la nevera por haberlos comprado en exceso. Lo más apropiado es congelar en pequeños paquetes los alimentos perecederos que se hayan adquirido, para ir consumiéndolos poco a poco.
Aunque se lleve una lista, al hacerse con tantos productos y de tan diversas secciones, es más fácil olvidar la compra de alguno. Muchos consumidores coinciden al señalar que, con la compra mensual, acaban acudiendo cada semana al supermercado para adquirir los alimentos frescos que van necesitando.
Pese a que los envases grandes pueden parecer más económicos, a menudo resultan menos rentables, pues se desperdicia más producto al gastarse más «alegremente». Como ejemplo, los expertos señalan que dura menos un envase de un litro de gel, que dos de medio litro.
La compra mensual induce a más gasto, pues cuanto más lleno está el carro, menos reparos se pone en añadir nuevos productos.
Compra semanal
Ventajas
- Los productos frescos y perecederos (carnes, pescados, fruta, verdura, etc.) suelen tener unos importes más fluctuantes que los no perecederos.
Es más fácil conseguir un ahorro comprando productos de temporada o los alimentos que esa semana estén a mejor precio.
Es más difícil que los productos adquiridos caduquen en la nevera o despensa.
Si se ha olvidado la compra de algún alimento, a menudo se puede esperar hasta la semana siguiente en que se vuelve al establecimiento.
Inconvenientes
- Cuando se acude al supermercado cada semana se gasta tiempo, además de combustible del vehículo si va en coche.
Si se hace la compra a través de Internet, no se puede ver el género, ni escoger los productos.
Aunque, en líneas generales, es más rentable realizar la compra de alimentos cada semana, las asociaciones de consumidores aconsejan probar a hacer una compra mensual durante un mes, anotando todos los gastos, y hacer compras semanales a lo largo del mes siguiente, para verificar qué resulta más económico a cada usuario.
La crisis económica ha provocado una contención en el gasto que lleva a los españoles a un consumo más racional. El precio es el factor fundamental a la hora de elegir el establecimiento y los productos de la cesta de la compra, y un porcentaje del 62,7% de los españoles es lo primero que mira. Al coste sigue la calidad de los alimentos, algo que tiene también en cuenta el 51,9% de los consumidores.
Además del precio y la calidad, a la hora de elegir un producto de alimentación, el comprador se fija en su marca y el tamaño del envase. Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el gasto medio por persona en alimentación fue de 1.468 euros en 2012, lo que equivale a que el año pasado cada español se gastó en comida unos 28 euros a la semana o unos 122 euros al mes, de media.