Un terremoto, un tsunami, huracanes devastadores… Tras un desastre natural en zonas desfavorecidas, las donativos. Es posible utilizar los medios tradicionales (ingreso en oficinas, transferencias) o ayudar a través de Internet o mediante mensajes solidarios. Los donantes deben abonar una comisión cuyo coste oscila entre un 0,25% y un 0,40%, con mínimos que van de 2,25 a 5 euros. Son las mismas comisiones que se cobran de manera habitual por realizar una transferencia desde una oficina a una cuenta de otra entidad, a no ser que el banco las elimine. Ser donante no sólo aporta beneficios a quienes reciben las ayudas. Los donativos y las aportaciones a las entidades recogidas en el ámbito de la Ley 49/2002 dan derecho al 25% de deducción en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Ayuda urgente
En caso de catástrofe o desastre natural, actuar con rapidez es esencial. También en el plano económico. Por ello, numerosas ONG cuentan con fondos de emergencias o abren diferentes cuentas bancarias para recibir donaciones y, de este modo, recaudar dinero que se enviará de manera urgente a las zonas o países afectados. Los donativos se destinan a la adquisición de productos de primera necesidad y a las posteriores labores de reconstrucción.
Parten de premisas diferentes, pero todas las ONG tiene por objeto ser elementos activos para canalizar las ayudas
Estas aportaciones se realizan por diversos medios. Bien mediante transferencia o ingreso bancario, con tarjetas de crédito o con la entrega directa en las oficinas bancarias, organizaciones no gubernamentales o entidades colaboradoras. Las ONG que ponen en marcha estas líneas de ayuda humanitaria son, en general, las que cuentan con más recursos. Destacan entre otras, UNICEF, Acción contra el Hambre, Aldeas Infantiles, Asamblea de Cooperación por la Paz, Ayuda en Acción, Cáritas Española, Cesal, Cruz Roja, Entreculturas, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Mensajeros de la Paz, InteRed, Intermón Oxfam, Manos Unidas, Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras, Movimiento por la Paz, Save the Children y Solidaridad Internacional. Parten de premisas diferentes, pero un objetivo común: ser elementos activos para canalizar las ayudas de todos los ciudadanos. Las hay de carácter religioso, humanista o filantrópico. Los ciudadanos pueden volcar su ayuda económica a través de la organización más próxima a su ideario o a su forma de concebir la solidaridad entre los pueblos.
Comisiones bancarias
Al colaborar con una ONG, el banco aplica una comisión al donante. En ocasiones, surge la duda sobre la legalidad de este cobro así como sobre las repercusiones fiscales de prestar ayuda económica. Lo cierto es que las comisiones son legales. Se cobran las habituales por hacer una transferencia desde una oficina a una cuenta de otra entidad (entre el 0,25% y el 0,40% del importe, con mínimos que van desde 2,25 euros a 5). Los usuarios tienen dos opciones frente a este pago: abonarlo o descontarlo de la aportación que preveían.
No obstante, a pesar de su legalidad, la Asociación Española de Banca (AEB) prevé que las entidades devuelvan las comisiones cobradas a los usuarios por las transferencias realizadas a Haití, el último desastre de estas características, que ha movilizado a todo el mundo. El pasado 15 de enero, el presidente de la AEB remitió a los bancos asociados una misiva para recordarles “la práctica tradicional del sector de no cobrar comisiones por transferencias de dinero que tengan por objeto la ayuda humanitaria”.
Aunque es legal cobrar comisión, es frecuente que los bancos no lo hagan cuando la donación se destina a ayuda humanitaria
Para evitar abusos, los usuarios deberán indicar al banco o caja de ahorros destinatarios de la ayuda si les han aplicado alguna comisión por este concepto. Por su parte, las entidades financieras deberían adoptar el método de donación con tarjeta, dar a este tipo de mensajes la máxima visibilidad en las páginas web, facilitar la opción de escoger a qué ONG donar, evitar que los datos personales facilitados para realizar la operación se utilicen para otro fin y proporcionar a través de Internet un justificante a efectos fiscales del donante. Los donativos y aportaciones realizados a entidades incluidas en el ámbito de la Ley 49/2002, dan derecho al 25% de deducción de los mismos al realizar la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Tecnología aplicada a la solidaridad
Durante los últimos años, con el impacto de las nuevas tecnologías, las posibilidades de colaboración han crecido y cada vez son más frecuentes los mensajes solidarios a través de los móviles o Internet. En ambos casos, basta con indicar la cantidad que se desea destinar para ayudar a paliar los efectos devastadores que haya causado el desastre en cuestión. Desde 2005, el Ministerio de Economía permite a las operadoras telefónicas no ingresar el IVA de estos sms, para que no lo cobren a los consumidores que desean dar un donativo.
Para canalizar las donaciones tras el terremoto que ha asolado Haití, las operadoras han habilitado números 280 (las tres primeras cifras se corresponden con los números solidarios). A través de ellos se reciben sms solidarios, una ayuda para los haitianos que distribuirán después varias organizaciones no gubernamentales. La ley española permite un máximo de 1,20 euros, una tarifa establecida para proteger a los usuarios de este servicio en otros casos distintos a la ayuda humanitaria. Otras operadoras permiten establecer llamadas gratuitas con personas que estén en Haiti y enviarles mensajes, o aplican una tarifa cero para los mensajes que se envíen desde el país caribeño.
Uno de los canales más utilizados para aportar ayuda son los mensajes solidarios a través del móvil
Otra vía para que la ayuda llegue a las zonas de emergencia son las compras en cadenas de distribución, que destinan una parte del importe a una causa solidaria. Algunas permiten que sus clientes aporten, de manera voluntaria, una cifra ya establecida por cada compra en la línea de caja del establecimiento; otras se decantan por los donativos, que se depositan en las cuentas que hayan dispuesto las ONG con las que colabore la empresa.
Las donaciones también se pueden canalizar a través de organizaciones religiosas y humanitarias que, sin ser organizaciones no gubernamentales, se constituyen como receptoras de estas ayudas. Después las hacen llegar a las ONG más próximas a su ideario. Los donativos se efectúan, en este caso, en sus sedes u oficinas, pero también a través de ingresos en cuentas corrientes. Entidades culturales, deportivas, colegios profesionales o medios de comunicación también se convierten en receptores de dinero, cantidades que después entregan a diferentes organizaciones para su reparto en la zona siniestrada.
Posibles fraudes
En toda desastre, hay lugar para demostrar lo mejor de las personas, pero también para sacar a relucir lo peor del género humano. Uno de los problemas que lleva aparejado este tipo de ayudas -y del que advierten las asociaciones de consumidores- son los posibles fraudes a través de Internet o por teléfono. Entidades falsas que se hacen pasar por ONG aprovechan la coyuntura para obtener beneficios. Conviene seguir unas medidas de seguridad básicas antes de aportar la donación:
- Verificar que la ONG sea reconocida y esté registrada. Hay que comprobar la dirección a través de su web oficial y, en caso de duda, consultar con el Ministerio de Asuntos Sociales u organismos competentes de cada comunidad autónoma.
- Bajo ningún concepto se debe responder a estos correos o llamadas con datos privados y contraseñas de tarjetas o cuentas bancarias.
- Nunca utilizar intermediarios para entregar una donación. Hay que colaborar a través de una ONG reconocida o de instituciones gubernamentales.