Piratas, indios y vaqueros, animales… En carnaval la imaginación toma el poder y tanto niños como adultos disfrutan disfrazándose y siendo otras personas por unos días. Pero, como denuncian las asociaciones de consumidores, cada año se detectan problemas de seguridad en casi un 90% de los disfraces y demás artículos en venta. Por ello, en el siguiente artículo se ofrecen algunas recomendaciones para escoger un disfraz seguro y pasar esta fiesta sin sobresaltos.
Disfraces a buen precio, sin descuidar la seguridad
En los días previos al inicio de la Cuaresma, tienen lugar los carnavales. Fiestas en los colegios o con los amigos, celebraciones patrocinadas por los ayuntamientos… Aunque no en todo el país, sí hay numerosas localidades de la geografía española donde el carnaval es una de las fiestas grandes del año. Y, para la ocasión, nadie quiere dejar el disfraz en casa.
Se aconseja comprar el disfraz en establecimientos que exhiban el logotipo de adhesión al Sistema Arbitral de Consumo
Conseguir el atuendo más original y bonito para pequeños y mayores sin salirse del presupuesto establecido puede suponer más de un quebradero de cabeza, sobre todo en los tiempos corren. De hecho, carnaval junto a Halloween y la época navideña son las tres campañas comerciales del año para el sector del disfraz. Sin embargo, la precaria situación económica de muchas familias españolas está haciendo mella en los establecimientos tradicionales y las ventas se han desplazado hacia otros comercios, que cuentan con unos precios más bajos.
De cualquier modo, el ahorro no tiene por qué estar reñido con las normas de seguridad. Así, antes de adquirir un disfraz y sus accesorios, hay que comprobar que sean seguros. En este sentido, las asociaciones de consumidores denuncian que cada año se detectan problemas de seguridad en casi un 90% de las prendas y, por ello, alertan a los usuarios sobre los productos baratos que no cumplen las más mínimas garantías.
Algunas normas que conviene respetar al comprar un disfraz y sus complementos
1. Comprar en comercios adscritos al Sistema Arbitral de Consumo:
Para el momento de adquirir un disfraz u otro accesorio se aconseja acudir a establecimientos que exhiban el logotipo de adhesión al Sistema Arbitral de Consumo. En caso de reclamación o de discrepancia en la compra, a través de este sistema se garantiza que la resolución se realizará de forma gratuita, diligente, imparcial y sin necesidad de llegar a los tribunales.
Además, deben conservarse siempre las facturas, tiques o justificantes de compra como únicas garantías ante un posible cambio, devolución o reclamación. En este sentido, el tique debe contener el nombre del producto, su precio, la fecha de adquisición y el nombre y el CIF (Código de Identificación Fiscal) del establecimiento.
2. El etiquetado de los artículos debe especificar la edad a la que van destinados:
El INC (Instituto Nacional del Consumo) recomienda que se extremen las medidas de prevención en el caso de los menores. Por ello, se aconseja comprar artículos adecuados a la edad del niño, leer bien la etiqueta y comprobar que las instrucciones de uso estén en castellano. En ellas, tiene que aparecer la edad recomendada, los consejos de seguridad y la empresa responsable del producto, en el caso de que surja algún inconveniente.
Cuando estos artículos van destinados a niños menores de 14 años se consideran juguetes, y se les aplica la legislación correspondiente. Es decir, deben llevar la etiqueta CE (conformidad europea), que es el símbolo por el que el fabricante acredita que el artículo cumple todos los requisitos de seguridad. En cualquier juguete fabricado o vendido en la UE, además de la marca CE, debe constar el nombre y dirección del fabricante, las advertencias de uso y un código que permita identificar el juguete, en caso de que haya que retirarlo del mercado por algún problema de seguridad.
Si los productos van destinados a personas mayores de 14 años, no son considerados juguetes, con lo que no han de llevar dicha etiqueta, sino que deben cumplir con el etiquetado general de las prendas textiles (que incluye el nombre, dirección y el NIF del fabricante, comerciante o importador, el número de registro industrial, en el caso de prendas fabricadas en España, y la composición del artículo).
Cuando un Estado miembro de la UE localiza un artículo que presenta riesgos para la seguridad de las personas, lo comunica al Instituto de Consumo de su país que, a su vez, transmite la información a la Comisión Europea para localizar el producto, retirarlo y destruirlo.
3. Escoger un disfraz y sus complementos acordes con la edad y estatura del niño:
Con el fin de evitar caídas y traspiés, el disfraz no debe arrastrarse por el suelo o ser demasiado grande, sino que tiene que adaptarse bien al cuerpo del menor.
Hay que comprobar que los disfraces de los más pequeños de la casa no incluyan piezas diminutas que se puedan desprender y ser ingeridas. Además, cuando el disfraz va destinado a un menor de siete años no debe contener puntas o bordes cortantes, ni cordones en la zona del cuello, a fin de evitar un posible estrangulamiento.
Otros accesorios del disfraz, como cuchillos, espadas o bastones, han de ser blandos y flexibles para prevenir lesiones.
Asimismo, las pelucas, máscaras y caretas deben estar hechas de materiales transpirables y han de tener una ventilación adecuada y orificios suficientes en ojos, nariz y boca, con el fin de evitar asfixias.
4. Verificar que los disfraces no contienen materiales inflamables:
Las asociaciones de consumidores recomiendan estudiar el etiquetado de los disfraces, máscaras, pelucas y demás complementos, para comprobar que no contengan materiales inflamables. Estos artículos deben estar fabricados con componentes de baja combustibilidad. En este sentido, tejidos como el nailon y el poliéster son los más adecuados, pues son bastante resistentes al fuego.
5. Prestar atención especial a maquillajes y postizos que actúan sobre la piel:
En el etiquetado de los cosméticos debe aparecer, como mínimo, el nombre del producto, el del fabricante o importador y su dirección, la fecha mínima de caducidad, el número de lote y los componentes. Asimismo, los maquillajes deben ser hipoalergénicos.
Postizos como narices, verrugas, barbillas, bigotes, barbas, etc. deben estar testados dermatológicamente para no producir alergias.
6. Vigilar los artículos que se colocan en boca y ojos:
- Los objetos que se introducen en la boca no pueden contener elementos químicos contaminantes, como el plomo.
Por su parte, algunas lentillas de fantasía pueden ocasionar daños irreparables en los ojos. Hay que tener en cuenta que estos accesorios solo deben adquirirse en un establecimiento de óptica y han de ser adaptados y supervisados por un óptico u optometrista. Asimismo, hay que tener cautela con los pegamentos de ciertas pestañas postizas, pues pueden provocar irritaciones en ojos y piel.
Con el fin de evitar quemaduras, los menores deben situarse alejados de fuentes de calor como estufas, velas, cigarros, petardos o fuegos artificiales.
Son noches de humedad y bajas temperaturas, por lo que si en el espacio donde se celebra la fiesta se utilizan medios de calefacción por gas (butano, propano, etc.), hay que asegurarse de que la ventilación está garantizada. Por ello, conviene que haya alguna puerta o ventana abierta para que circule el aire fresco.
En toda fiesta de disfraces es conveniente que haya un adulto que se responsabilice de cada tres o cuatro niños.
Hay que cerciorarse de que el local donde tiene lugar la fiesta cuenta con los permisos oportunos o licencias para su celebración. Es importante tener en consideración la seguridad del local, tanto en lo que respecta a las instalaciones (salidas de emergencia, extintores, ventilación, aforo, etc.), como a la actuación de los vigilantes privados. Además, de cara a una posible reclamación, conviene guardar la entrada y la publicidad del evento, pues tienen valor contractual.
Para disfrutar de una fiesta de disfraces sin sobresaltos, los adultos deben tomar en consideración una serie de recomendaciones: