Veraneo en casa, ¿cuánto me ahorro?

Una familia que pase sus vacaciones sin salir de su ciudad gastará menos de la mitad de lo que le costaría veranear fuera de casa
Por Blanca Álvarez Barco 7 de agosto de 2013
Img termometro

A estas alturas del verano, algunos ya han disfrutado de sus vacaciones. Otros deben esperar a la segunda quincena de agosto, o incluso a septiembre. Pero este año, numerosos ciudadanos tienen algo en común: las vacaciones son días libres, pero para estar en casa. Un poco más de la mitad de los europeos (54%) tenía previsto descansar este verano fuera de su entorno, la proporción más baja desde 2000, según un estudio francés de Ipsos-Europ Assistance. En nuestro país, el porcentaje se reduce hasta el 42%, un mínimo histórico. Esta decisión permitirá a los españoles ahorrar bastante dinero, más de la mitad de los entre 1.000 y 2.000 de media que implica salir un mes de vacaciones, como recuerda el informe ‘Hábitos vacacionales de los españoles en 2013’ realizado por Fotocasa.es. Así, como se indica en el siguiente artículo, comer y dormir en casa, ir a la playa o la piscina natural de nuestra localidad, o descubrir los museos más interesantes, puede suponer un gran ahorro y proporcionar una relajación que, al final, no siempre se encuentra en las poblaciones escogidas para veranear.

Veraneo en casa, ahorro seguro

Las maletas preparadas, el coche o los billetes de avión a punto… ¡Empiezan las vacaciones! Pero este año, son menos los españoles que cogerán su equipaje y se marcharán fuera a disfrutar de los días de asueto. De hecho, a un español de cada dos en 2013 le toca veranear en casa.

Al salir de casa se tiende a gastar más, un desembolso que se añade al del combustible, el hotel o la comida

Aunque cambiar de aires, ambiente y rostros conocidos ayuda a desconectar, quedarse a pasar los días libres en casa también proporciona una determinada relajación, y la posibilidad de conocer nuestra ciudad, pueblo o comarca más a fondo… ¡y gastando muy poco!

Las principales partidas en las que se ahorrará, si se pasan las vacaciones sin salir de nuestro entorno, son las siguientes:

  1. En el trayecto:

      Combustible: si se viaja en coche, el ahorro en gasolina será uno de los que más notarán los usuarios. Para un viaje de unas cinco horas, en un coche de gama media, se puede gastar un promedio de 70 euros en combustible (más los desplazamientos en el destino, más otros 70 euros a la vuelta). Para moverse por la propia localidad se puede pasear, aprovechar que en casi todas las ciudades hay menos tráfico para salir en bicicleta, o bien utilizar el transporte público.

  2. Si el viaje planeado que no se realizará era en barco, tren o avión, se ahorrará el importe de los billetes de toda la familia.

  3. Pernoctación:

    Dormir en casa es cómodo y, sobre todo, muy barato. La partida dedicada a un hotel o apartamento de tres estrellas para cuatro personas es una de las más elevadas de todos los gastos vacacionales, y ronda los 700/800 euros por cinco noches en temporada alta. Y si se pasa el verano en el hogar, el dinero dedicado a pernoctar se reduce a cero.

    Además, al irse de vacaciones, se continúan pagando derramas de la vivienda como la comunidad de propietarios, gastos mínimos de agua y luz, etc. Dentro de ella se gastará más que los mínimos, pero nunca se acercará al precio de un hotel o casa de vacaciones en temporada alta.

  4. Comidas:

Comer en casa es otro de los aspectos en donde más se puede apreciar el ahorro de veranear sin salir de la propia localidad. En algunos casos, como en las ciudades grandes donde se come fuera todo el año, se hará aún más evidente la reducción del gasto.

Aunque haya que hacer la compra semanal o mensual, y por tanto no se ahorre el cien por cien de lo que se destinaría a pasar unos días fuera, comer en casa siempre será más barato. El presupuesto mensual puede ser de unos 300 o 400 euros para una familia de cuatro miembros.

Además, en las zonas de veraneo los precios suelen ser más altos, y también es cierto que al estar de vacaciones se gasta más y se permiten más caprichos.

  • Ocio:

    En las zonas típicas de verano se pasa mucho tiempo en chiringuitos, terrazas, discotecas… Un gasto que, día a día, puede parecer pequeño, pero que supone un elevado importe al hacer las cuentas al final de las vacaciones.

    Sin descartar salidas a las terrazas para tomar un refresco o salir por las noches, en la propia localidad se tiende a ser más comedido. Y, además, se puede cenar en la terraza de la vivienda, o aprovechar para pasear por la ciudad sin tanta gente… También resulta muy interesante visitar museos o exposiciones sin necesidad de hacer colas interminables, o acudir a algún concierto.

  • Niños:

    Los niños son una fuente inagotable de gastos. Y, en vacaciones, resulta muy difícil no sucumbir a sus caprichos, más constantes de lo deseable.

    Para que se diviertan y refresquen, quienes vivan en localidades costeras, o con ríos, pantanos y piscinas naturales lo tienen fácil. El resto, puede acudir a las piscinas municipales (con precios asequibles), o hacer una excursión de ida y vuelta en el día a un lugar fresquito y cercano. También cabe la opción, si la economía lo permite, de pasar un día en un parque acuático.

    Ir con los pequeños a las bibliotecas o a los talleres gratuitos que organizan un buen número de museos durante las vacaciones es también una opción muy recomendable, y con la que los niños disfrutan mucho.

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