Aprender idiomas aumenta las posibilidades de comunicación, mejora las opciones de encontrar un trabajo, agiliza la mente… Las ventajas son varias y variadas, por eso la oferta de cursos, también. Aunque el aprendizaje de una lengua extranjera se relaciona sobre todo con niños o jóvenes, la realidad es que no hay límite de edad. En este artículo se destacan las características de los cursos de idiomas en el extranjero para mayores de 50 años, que atienden una demanda específica relacionada con intereses laborales, educativos u otros, y que reportan ventajas, incluso de salud.
Propuestas a la medida de los interesados
Cualquier momento es bueno para aprender, retomar o perfeccionar un idioma. Estudiar una lengua extranjera adquiere valor cada día y, por ello, se diseñan cursos para todas las edades, incluidas las personas mayores de 50 años. Las propuestas se establecen a partir de esta edad, porque es un momento oportuno para reciclarse y mejorar las competencias profesionales o las habilidades personales.
Los programas para mayores de 50 años se organizan en grupos de personas de las mismas edades y motivaciones
Se puede estudiar inglés, francés, alemán, italiano e, incluso, chino mandarín. Las personas interesadas tienen la opción de organizar por su cuenta el traslado y estudio o contratar los servicios de una agencia especializada. No obstante, aunque las agencias y escuelas no pongan límite de edad, algunas carecen de una oferta ideada para personas mayores de 50 años.
La Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero, ASEPROCE, explica que los «programas 50+» son cursos «diseñados específicamente para mayores, dando respuesta a sus distintas motivaciones y circunstancias». Por ello conviene buscar esta opción para sacar el máximo rendimiento a la estancia en el país extranjero.
Clases matinales y excursiones por la tarde durante dos semanas.
La combinación de estudio y ocio es la tónica en los cursos diseñados por la mayoría de los centros de idiomas. Se plantean clases matinales con una duración de 45 minutos y excursiones por la tarde para que alumnos y profesores se relacionen en inglés en un ambiente distendido. En cuanto a la duración de los programas, lo habitual es que se extiendan durante dos semanas y que comiencen en fechas determinadas, por lo que se debe comprobar que las fechas se adaptan a la disponibilidad de los interesados.
ESL Club 50+ propone una «mezcla sutil de turismo, aprendizaje y placer, orientada hacia el descubrimiento de la cultura local». Los países de destino son Inglaterra, Malta, Francia, Nueva Zelanda, Alemania y China.
InterWay plantea una propuesta similar, con clases de contenido general de inglés, actividades de medio día y excursiones de día entero «para conocer la ciudad y sus alrededores, atracciones y zonas turísticas».
Alojamiento con familias autóctonas o en residencia.
El alojamiento es un aspecto importante en el momento de realizar un curso en el extranjero. Las dos opciones frecuentes son: convivencia en familia o en una residencia.
En el primer caso, se tiene la oportunidad de conocer las costumbres locales y de practicar el idioma en el hogar con la familia de acogida. Además, en caso de que se alojen en la vivienda dos o más estudiantes, se garantiza que estos tendrán distintas nacionalidades. Otra característica de la convivencia en familia es la necesidad de cumplir las normas que marque o, al menos, unos requisitos básicos.
Optar por una residencia es, con frecuencia, más caro. No obstante, el estudiante tiene mayor libertad e intimidad, si bien en ocasiones es posible compartir habitación para reducir gastos.
Lub Idiomas ofrece ambas alternativas, con diferencias en el tipo de manutención. Mientras la convivencia en familia supone que esta se encargue de las comidas, en una residencia es el alumno quien afronta este coste.
Vacaciones, aprendizaje e idiomas.
La misma idea, pero al revés. The Georgian Manor House, consultoría especializada en estudios en el extranjero, lanza el reto de «planificar las vacaciones desde otro punto de vista». Anima a visitar los destinos deseados y aprovechar la estancia en ellos para apuntarse a un curso que no sea de idiomas, pero permita «adquirir soltura, práctica y experiencia en el idioma del país que se visita». En su opinión, de este modo, las vacaciones se aprovechan «para vivir experiencias».
El destino se fija en función de las prioridades personales. Es posible viajar a Londres y aprender inglés en los museos; practicar italiano en Sicilia mientras se asiste a clases de cocina; iniciarse en el cine o en la interpretación en un programa de tres semanas en Manhattan; estudiar pintura o fotografía en el sur de Francia; o aprender y practicar deportes acuáticos en Australia o moda en Milán.
Ventajas de estudiar un idioma a partir de los 50
Aprender un idioma siempre reporta beneficios, pero en el caso de las personas mayores estos afectan incluso a la salud. Además de las ventajas de comunicarse en otra lengua y en distintos países, el hecho de estudiar ejercita el cerebro y permite manejarse mejor en diversas situaciones o proyectos al mismo tiempo. Incluso influye en el retraso del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Otras ventajas de estudiar un idioma extranjero a partir de cierta edad son:
- Un mayor disfrute de los países extranjeros que se visitan, mejor conocimiento de las costumbres y más posibilidades de contacto con la población local.
- Relación con alumnos de otras nacionalidades y ampliación del círculo de amistades con personas de todo el mundo.
- Posibilidad de conocer otro lugar, a la vez que se aprende el idioma.
- Mejora de la memoria, de las habilidades intelectuales y de la atención, al «obligar» al cerebro a estudiar y ejercitar la capacidad de retención.