Los perros mayores de 10 años y los cachorros tienen dificultades añadidas para reponerse tras una operación quirúrgica. Pero las claves para una recuperación pronta son muy sencillas para todos: evitar que el can se lama o golpee la zona operada y el reposo tras los primeros días de la intervención. En las siguientes líneas se descubren las claves para que el perro operado se restablezca, pero también se analiza la recuperación de los canes mayores y cachorros tras una operación.
Han operado a mi perro, ¿cómo debo cuidarlo?
El collar isabelino es imprescindible para evitar que el perro se lama y se infecte la herida tras una operaciónUn perro que tiene una herida quirúrgica tiende de manera instintiva a lamerse la herida. La razón es que, de esta forma, el can limpia la herida y alivia el dolor. Sin embargo, este comportamiento instintivo supone para los veterinarios un calvario a la hora de lograr que el perro convaleciente se recupere de una operación. «La saliva tiene cierto efecto antiséptico, pero echa por tierra los puntos de sutura y puede alargar la recuperación del animal«, explica Juan Antonio Aguado, veterinario.
La manera más efectiva de prevenir los daños que un can se puede provocar al lamerse o golpearse una herida quirúrgica es con la colocación del collar isabelino. Este aparato consiste en un plástico que rodea el cuello y tiene apariencia de campana. Resulta incómodo para el animal porque dificulta su movilidad, pero es la única forma de evitar que se lama la herida quirúrgica.
Tras pasar por el quirófano, un perro convaleciente necesita ciertos cuidados para retomar su ritmo habitual. Tarda alrededor de diez días en recuperarse. Pero en casa, los dueños también pueden colaborar a que su mascota vuelva a la normalidad tras una operación con unas sencillas pautas.
1. El apetito del perro operado puede disminuir
El apetito del perro convaleciente de una operación puede disminuir. Pero en el mercado alimentario existen variedades de pienso y latas para canes que tras la intervención quirúrgica precisan un alimento muy energético. De esta forma, aunque ingiera menos alimento, se sentirá saciado.
2. Perros operados: cuidado con los vómitos
Durante el proceso de recuperación de la anestesia, el perro puede presentar vómitos. Por ello, la veterinaria Ana Megías aconseja no darle alimento durante las 24 horas posteriores a la operación. «Lo más recomendable es ofrecerle solo agua para evitar vómitos, debido a la eliminación de la anestesia el día siguiente a la operación», añade la especialista.
3. Perros operados con herida: collar isabelino
El uso del collar isabelino durante los diez días posteriores a la operación es fundamental para evitar que el can se lama la herida. Esta circunstancia es la principal causa de que la herida quirúrgica se infecte y se suelten los puntos de sutura.
Otros problemas que pueden surgir durante el postoperatorio son fiebre, vómitos durante la recuperación de la anestesia o la infección de la cicatriz quirúrgica. «Alrededor del 20% de las cirugías en perros tienen problemas en la fase del posoperatorio y la mayoría de ellos se deben a los lamidos en la cicatriz», explica Aguado.
4. Limpiar la herida del perro en casa
La limpieza de la herida del can en casa con un antiséptico dos veces al día ayudará a que la cicatriz no se infecte. El veterinario determinará los días que es necesario continuar con esta limpieza de la herida.
Por otro lado, hay perros que a cualquier edad pueden tener problemas de coagulación. En estos casos, el animal tendrá más dificultades para que cicatrice la herida quirúrgica. Así que el veterinario optará por recetar vitamina K, que fomenta las propiedades coagulantes en la sangre.
5. Evitar el ejercicio físico al perro operado
Evitar el ejercicio físico tras la operación ayuda al can a asentar los tejidos blandos donde se sitúa la cicatriz y a prevenir que los puntos de sutura se suelten.
Los perros mayores de diez años y los cachorros son grupos que pueden tener dificultades añadidas en su recuperación tras pasar por el quirófano. La razón es que un can muy mayor no tiene la misma capacidad de regeneración en sus tejidos que un perro joven. Si son cirugías de articulaciones, como la rodilla o la cadera, la recuperación del perro mayor será lenta y dificultosa. En el caso de un cachorro, al ser muy activo, le cuesta estar en reposo. Por ello corren más riesgo de golpearse, de que la sutura quirúrgica se rompa y haya que volver a coser la cicatriz.