Centrales eléctricas con biomasa agroforestal

Podrían generar grandes cantidades de energía renovable en España, pero su uso todavía es mínimo
Por Alex Fernández Muerza 15 de septiembre de 2009
Img biomasa forestal
Imagen: Iberdrola

Aprovechar los residuos forestales para generar electricidad renovable y evitar que causen incendios. Éste es el doble objetivo de la recién inaugurada planta eléctrica de biomasa forestal de Corduente (Guadalajara). Las ventajas ecológicas y económicas de estas instalaciones y el potencial de la biomasa española animan a otras empresas e iniciativas ciudadanas a plantear más centrales de este tipo. No obstante, los expertos recuerdan las dificultades que explican por qué no se han generalizado.

Centrales de biomasa agroforestal en España

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Tras un retraso de dos años, el municipio de Corduente inauguraba a finales de julio una central eléctrica peculiar. Su combustible consiste en residuos forestales provenientes de la limpieza de los montes adyacentes y del Parque Natural del Alto Tajo.

El objetivo de sus responsables, Iberdrola Renovables, es transformar al año unas 26.000 toneladas de estos restos de poda y clareo en dos megavatios (MW) continuos de electricidad, suficientes para abastecer a unos 14.000 habitantes. El 12% de esta energía se destinará al funcionamiento de la propia central. Sus dimensiones son pequeñas y la idea es que sirva de piloto para futuros proyectos. Esta empresa ha previsto instalar otra planta de biomasa forestal en As Somozas (A Coruña), pero se encuentra paralizada a la espera de que se clarifique el plan de energías renovables en la comunidad gallega. Otras empresas de este sector con proyectos de centrales de biomasa en Galicia están en la misma situación.

La central de Corduente generará electricidad con residuos forestales para abastecer a unos 14.000 habitantes

La central es un ejemplo de colaboración empresa-institución-universidad: Iberdrola ha contado con el apoyo de la Junta de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Corduente y la Universidad de Castilla-La Mancha. La instalación ha costado unos ocho millones de euros. Sus impulsores aseguran que es la primera central de este tipo en España. Sin embargo, la empresa Norvento afirma que su planta de Allariz, en Orense, produce 2,5 MW a partir de residuos forestales desde 1998.

En cualquier caso, son una muestra de que la biomasa como combustible para producir energía eléctrica es cada vez más interesante. Otras empresas han informado de planes para instalar centrales similares. Sacyr Vallehermoso, a través de su filial Valoriza, anunciaba el año pasado un proyecto para poner en marcha en Reocín (Cantabria) una planta de energía con biomasa forestal. Esta empresa cuenta en Villanueva de Algaidas (Málaga) y en Puente Genil (Córdoba) con sendas plantas de iguales características.

En el Pirineo, las comarcas de Alto Gállego, la Jacetania y Sobrarbe también han dado a conocer su intención de instalar pequeñas plantas que aprovechen los restos de la limpieza de los montes para producir energía.

Biomasa agrícola y co-combustión

La biomasa agrícola para generar electricidad está más asentada en España que la de origen forestal. En nuestro país funcionan varias instalaciones y algunas de las principales empresas energéticas han dado a conocer proyectos para los próximos años. Una de las más emblemáticas es la central que Acciona tiene desde 2004 en Navarra. Produce 25 MW a partir de paja de cereal y su coste ascendió a 50 millones de euros.

La co-combustión sería otra posibilidad intermedia: las centrales térmicas convencionales sustituyen parte del carbón que utilizan como combustible por biomasa. Según sus defensores, estas instalaciones están preparadas para asumir el cambio sin grandes inversiones, siempre que se cuente con la materia prima.

Potencial eléctrico con biomasa en España

Diversos informes muestran el gran potencial energético de la biomasa en España, frente a su escasa utilización. En un estudio reciente, el Observatorio de la Energía de Castilla y León señala esta situación paradójica. Sus responsables explican que las empresas optan por deshacerse de los residuos de biomasa a través de gestores autorizados, contenedores urbanos o la venta. El informe recuerda que la biomasa también puede aprovecharse en los hogares para generar aire acondicionado, calefacción y agua caliente.

/imgs/2009/09/virutas02.jpgEn Extremadura, estudios de la Junta indican que en esta comunidad se podrían conseguir al año más de 400.000 toneladas de residuos forestales aprovechables. Con esta materia prima, estiman que se generaría electricidad para la mitad de los hogares extremeños. Los responsables de la Junta apostillan que la biomasa también podría ser de otro origen, además del forestal, como el alpechín de las aceitunas, el serrín y restos de carpintería o las cáscaras de frutos secos, sin olvidar los cultivos energéticos para biocombustibles.

Por comunidades autónomas, Andalucía es la principal generadora de electricidad con biomasa. En su territorio funcionan 15 plantas (ocho de ellas en Córdoba) que producen 164,2 MW (el 44% del total en España) y son capaces de abastecer a 246.300 viviendas. El combustible proviene de restos de invernadero, orujo, orujillo y madera.

Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha registran también importantes consumos de biomasa. En estas comunidades autónomas están previstos varios proyectos de plantas eléctricas con biomasa agroforestal.

Planes para aprovechar la biomasa

Extremadura podría generar electricidad con biomasa para la mitad de los hogares de esta comunidad

Ante este potencial, las instituciones tratan de impulsar este tipo de producción eléctrica. El Plan de Energías Renovables (PER) fijaba que para 2010 algo más del 6% de la electricidad en España proviniera de la biomasa en sus diferentes formas. El nuevo PER se plantea para el periodo 2011-2020 un objetivo más ambicioso, al igual que la Directiva Europea sobre renovables. La finalidad es lograr un parque eléctrico con una potencia instalada de 1.695 MW.

El Ministerio de Industria ha diseñado diversas medidas. Sus responsables han duplicado para este año el presupuesto del Plan de Activación del Ahorro y la Eficiencia Energética 2008-2011. Esta iniciativa, que gestiona el Instituto para la Diversificación de la Energía (IDAE), propone entre sus objetivos el aprovechamiento de la biomasa, por lo que las nuevas instalaciones eléctricas podrían beneficiarse de interesantes ayudas.

El Ministerio también pretende modificar la retribución eléctrica de los proyectos de biomasa y biogás, incorporar la combustión y desarrollar una normativa específica para el uso térmico de la biomasa.

Ventajas y desafíos de estas centrales

Las ventajas medioambientales de una instalación de biomasa forestal no sólo residen en su capacidad de generar electricidad de origen renovable. La utilización de estos residuos evita que acaben amontonados en algún vertedero o que sirvan de pasto a los incendios que todos los años asolan los bosques españoles. La idea de crear la central de Corduente surgió tras el grave incendio del verano de 2005 que afectó a la zona y causó once muertos.

/imgs/2009/09/bosque-rio01.jpgLa lucha contra el cambio climático es otro elemento positivo de estas instalaciones. La materia orgánica retiene durante su crecimiento más dióxido de carbono (CO2) del que libera en su combustión.

La biomasa puede ser mejor que el etanol para producir electricidad, según un reciente estudio publicado en la revista Science. Sus responsables, un equipo de la Universidad de California-Merced (EE.UU.), han comprobado que un vehículo propulsado con la electricidad generada de forma directa con la biomasa llega más lejos que otro que utilice etanol.

La utilización de estos residuos evita que acaben amontonados en algún vertedero o que sirvan de pasto a los incendios

Las centrales térmicas convencionales también pueden resultar beneficiadas al utilizar biomasa. Sus responsables explican que aprovechan de forma más eficiente y barata la biomasa que las pequeñas plantas exclusivas. Si se quedan sin esta materia prima, pueden seguir con el carbón.

Desafíos de las centrales

Los expertos señalan diversos desafíos que estas instalaciones tendrán que superar si quieren generalizarse:

  • Falta de ayudas y de una legislación que las incentive: a pesar de los esfuerzos del Ministerio de Industria, se echa de menos una normativa que no sólo regule de forma adecuada a este sector, sino que lo promocione a todos los niveles, desde los generadores de estos residuos hasta las empresas eléctricas.
  • Desarrollo tecnológico insuficiente: las instalaciones tienen que mejorar más si quieren aprovechar de manera óptima este recurso. Los distintos tipos de biomasa rinden de diversas formas y hay que tener en cuenta otros elementos para evitar problemas. Es posible que un residuo rociado con herbicida cause averías. La mecanización de la recogida de estos residuos también es otro elemento que necesita un mayor avance.
  • Abastecimiento constante de materia prima y agua: estas instalaciones requieren miles de toneladas de residuos forestales como combustible y un suministro de agua para su funcionamiento. Los expertos señalan que el problema no es la biomasa en sí, ya que hay cantidades ingentes en España, sino su disponibilidad para estas centrales. La ubicación en Corduente no se ha elegido al azar: los restos de los bosques cercanos y el río Gallo garantizan su continuidad.
  • Posibles impactos ambientales: estas instalaciones generan a su vez residuos en forma de cenizas que se deben gestionar. Los expertos explican que tampoco conviene abusar de este recurso. En teoría, las necesidades energéticas mundiales podrían cubrirse con toda la biomasa disponible en el planeta. Esta explotación a gran escala reduciría la capacidad de regeneración y conduciría al agotamiento de los recursos. En consecuencia, aumentarían las emisiones de CO2 y el problema de la deforestación.

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