Aprovechar los residuos para fabricar nuevos materiales. En esta doble jugada ecológica participa Margarita Calafell (Barcelona, 1946), responsable del Laboratorio de Catálisis Enzimática de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Su equipo ha patentado un material único en el mundo: resistente a la compresión, al agua o al fuego, aislante acústico y térmico y producido a partir de cualquier tipo de residuo de papel. Calafell explica que su trabajo se basa en la naturaleza, un factor que resultará clave si se quiere lograr en el futuro una industria sostenible. Para ello, la investigadora catalana reclama más apoyo institucional, de manera que científicos y empresas puedan desarrollar más proyectos como el suyo.
“Nuestra tecnología obtiene un producto de igual forma a como se hace en la naturaleza”Hay diferentes materiales que se hacen con residuos celulósicos, sobre todo compuestos, conglomerados, algunos tipos de cartón y papel reciclado. Sin embargo, se debe seleccionar muy bien el tipo de residuo. En nuestro caso, se puede utilizar cualquier tipo de residuo de papel, no importa la procedencia ni las cargas o las tintas que contenga. Vale incluso el que no tiene ninguna posibilidad de ser reciclado y que acaba en vertedero o incineradora.
Supongo que alguna cosa semejante habrá, pero no hay en la actualidad ninguna patente sobre un proceso y material parecido al nuestro.
“El proyecto tiene un presupuesto de 185.000 euros y está subvencionado por fondos públicos”Se fabrica por un método biotecnológico que está protegido, al igual que el material, por una patente de la UPC. Este material tienen una buena resistencia a la tracción y a la compresión, así como propiedades de resistencia al fuego y al agua. Es un buen aislante del ruido tanto aéreo como de impacto y como aislante térmico se puede comparar a la lana de roca.
La biotecnología es un vocablo que incluye muchas tecnologías, algunas más arriesgadas que otras. Una de ellas es la ingeniería genética, quizá la que tiene más detractores, aunque se tendría que ver la objetividad de estas críticas. La biotecnología que nosotros aplicamos a los residuos no tiene nada que ver con las técnicas de modificación genética de organismos vivos. Para decirlo de manera muy simple, nuestra tecnología aprovecha parte de microorganismos para obtener un producto de igual forma a como se hace en la naturaleza.
El proyecto tiene un presupuesto de 185.000 euros y está subvencionado por fondos públicos.
“Ha sido necesaria una crisis para que la Administración vea la importancia de estos estudios”Sí interesan, pero ha sido necesaria una crisis para que la Administración vea la importancia de estos estudios y se decida a apoyar a los centros de investigación y universidades que hacemos este tipo de investigación aplicada.
Nuestro proceso pretende ser una pequeña aportación al problema de los residuos, sobre todo de residuos poliméricos tipo papel, serrín, plástico, caucho, corcho, etc. La solución posiblemente pase por la aplicación de la biotecnología en el proceso de reciclado de residuos. Hemos de aprender mucho de la naturaleza, en ella está la clave del futuro de muchos procesos, si queremos una industria sostenible.
“La mejor manera de saber si un material es “ecológico” es hacer su análisis de ciclo de vida”El concepto “ecológico” se puede aplicar a diferentes propiedades del material en cuestión. Por ejemplo, si el proceso por el que se obtiene es un proceso “limpio”, es decir, sin generación de residuos ni utilización de energías no renovables. Otro concepto de material ecológico es que sea biodegradable, es decir, que en su eliminación no genera residuo contaminante. La mejor manera de saber si un material (y su proceso de obtención y gestión final) es “ecológico” es hacer su análisis de ciclo de vida (ACV). En nuestro caso todavía no lo hemos hecho, pero está previsto.
Hay muchos estudios para reciclar residuos de papel, cartón, plástico y otros. Lo más usual es el material compuesto o composite que ya se aplica en la construcción, la automoción etc. Sin embargo, todavía se está muy lejos de conseguir dar salida a todos los residuos que se generan cada año. Para ello la Administración debería aplicar una política de ayudas más eficaz a los centros de investigación que hacen este tipo de estudios y a las industrias que aplican estas tecnologías.
“En la naturaleza está la clave del futuro de muchos procesos, si queremos una industria sostenible”No parece éste el caso, ya que varios sectores industriales y diferentes empresas se han puesto en contacto con nosotros y han mostrado su interés. En cuanto a la efectividad del material, se verá en los próximos meses.
Nosotros tenemos la intención de estudiar la aplicación de esta técnica para otros residuos como plástico, caucho, etc.
Se barajan varios nombres, pero estamos abiertos a sugerencias.