La crisis económica se deja notar también en los centros de formación de conductores. El número de aspirantes a nuevos conductores se ha desplomado y cumplir 18 años ya no implica poder inscribirse en un centro de formación para obtener el permiso de conducir. A pesar de ello, entre los propósitos que se hacen los españoles al comienzo de cada año aún figura de manera invariable apuntarse a una autoescuela para sacarse el carné de conducir. Sin embargo, las clases prácticas siempre entrañan un riesgo. Por ello, en el siguiente artículo, se explican los seguros con los que deben contar los centros de formación de conductores y se recuerdan los cambios que desde hoy se aplican en los exámenes prácticos.
Qué debe cubrir el seguro de una autoescuela
La actual situación económica ha provocado que sean menos las personas que se sacan el carné de conducir o, en caso de que se animen a obtenerlo, se vean obligadas a esperar para hacer las prácticas por no poder costearlas. El número de nuevos conductores se ha desplomado con la crisis, y cumplir 18 años ya no implica poder inscribirse en una autoescuela para obtener el permiso de conducir. Según los datos de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), en los últimos cinco años, el número de conductores noveles ha descendido un 45,2%.
Si la culpa es del alumno en prácticas, el responsable es el profesor de la autoescuela al encontrarse a los mandos del vehículo
De cualquier modo, si se decide matricularse en una autoescuela con la intención de obtener el permiso de circulación, hay que tener presentes ciertas cautelas. Todos los centros de formación de conductores han de contar con seguros con cobertura para profesores, alumnos e instalaciones.
Además, deben tener un seguro de responsabilidad civil, para el desempeño de su actividad, que cubra los daños que se puedan producir en las prácticas de conducción y circulación, así como durante la celebración de exámenes. De esta forma, cada vehículo debe estar asegurado por una póliza que cubra la responsabilidad civil ilimitada del aspirante a conductor y los daños causados a su persona.
El seguro de responsabilidad civil debe disponer de coberturas frente a robo, paralización de la actividad o defensa jurídica, entre otras. La cobertura de este seguro ampara los daños a terceros que pueden producirse en el desarrollo de la actividad dentro de las aulas o durante las actividades organizadas fuera de la autoescuela e, incluso, las ajenas a la práctica de la circulación (una visita a un circuito, unas clases de mecánica en otras instalaciones, etc.).
La garantía de defensa jurídica debe incluir la reclamación de cobro a clientes de la autoescuela que incurren en impagos y cubre también los costes de la reclamación judicial.
Como alumno matriculado en una autoescuela, el aspirante a conductor está cubierto por el seguro de responsabilidad civil del centro ante cualquier percance que se produzca durante las clases o el examen: gastos médicos, hospitalarios, farmacéuticos y de rehabilitación, en caso de accidente.
Asimismo, el seguro de responsabilidad civil cubre al profesor, que es el conductor del vehículo, en caso de accidente durante las prácticas o el examen.
Además, la autoescuela ha de tener un seguro que cubra los daños materiales externos que se puedan producir (rotura de cristales, lunas, destrozo de mobiliario urbano, etc.).
El seguro debe contar con un servicio de gestión de multas, servicio de grúa y de peritación, además de la asistencia en carretera.
Si, ante un accidente, la culpa es del alumno, el responsable es el profesor y con el seguro mínimo (igual que el de cualquier otro conductor), la aseguradora debe pagar todos los daños físicos que reciban terceras personas.
Si la culpa es de otro vehículo, la aseguradora de la autoescuela tiene que encargarse de que el seguro del responsable abone los gastos
Si la culpa es de otro vehículo, con el seguro mínimo se tienen que cubrir los daños físicos de todas las personas involucradas en el accidente. El seguro del culpable ha de hacerse cargo de las facturas médicas, hospitalarias, etc. Por su parte, la aseguradora de la autoescuela tiene que hacerse cargo de que el seguro del culpable abone todos esos costes. Por ello, los involucrados en el accidente tienen que comunicar esos gastos a la aseguradora de la autoescuela para que se los reclame a la compañía del culpable.
Cómo funciona la cobertura del seguro, según el tipo de vehículo
Cuando un vehículo destinado a la enseñanza de conductores sufre un accidente de circulación del que resulta responsable, hay que distinguir si es un turismo, furgoneta o camión, o bien una motocicleta o ciclomotor:
Turismo, furgoneta o camión
Si el alumno se encuentra recibiendo clases prácticas en un turismo, furgoneta o camión, la condición de conductor la ostenta siempre el profesor de la autoescuela, al encontrarse a los mandos del vehículo. Aunque sea el aspirante a conductor quien dirija, se le considera como ocupante del coche. Es obligación de la autoescuela que los alumnos vayan acompañados de un profesor. Además, el vehículo de la autoescuela debe disponer de doble mando de freno y acelerador y de embrague.
Motocicletas y ciclomotores
Al no poder acompañar el profesor al alumno, surge un problema a la hora de determinar si quien se encuentra a los mandos de la motocicleta ostenta la posición de conductor del vehículo de autoescuela, o se le considera ocupante, al no tener aún autorización para llevarlo. La jurisprudencia no ofrece una solución definitiva a esta cuestión, ya que analiza solo los casos en los que, ante un accidente, puede imputarse algún tipo de responsabilidad al profesor de autoescuela que dejó de ejercer sus funciones de control y supervisión del alumno que circulaba solo.
De todas maneras, la mayor parte de las aseguradoras, cuando la causa del accidente es imputable a la conducción de una motocicleta o ciclomotor por parte de los alumnos, les aplican la condición de terceros durante el tiempo en que transcurren las clases de circulación. Así, si sufren un accidente, cuya causa es debida a su propia actuación, los daños sufridos por estos alumnos quedan cubiertos por la garantía que ofrece el seguro contratado.
Hoy se implanta en toda España del nuevo examen práctico de conducir. La prueba tiene una duración mínima de 25 minutos para los permisos A1, A2, B y BTP y de 45 para el resto de licencias. Se valora la realización de una “conducción eficiente” y consta de las siguientes etapas:
- Antes de iniciarla, se solicita al examinando la comprobación de algún componente del vehículo, como verificar el estado del nivel de los líquidos, la presión o el dibujo de los neumáticos, el funcionamiento del limpiaparabrisas, etc.
Durante los diez primeros minutos de la prueba, se realiza un test de conducción autónoma, que será obligatorio para todos los permisos, salvo los de las clases A1 y A2 de motos. En él el examinador solicitará al alumno que inicie la marcha y circule libremente o, bien, se dirija a un lugar determinado (cuando se conoce la localidad).
Si el vehículo dispone de un sistema de navegación por satélite, podrán seguirse sus indicaciones y será el aspirante quien deberá introducir el punto de destino indicado por el examinador.
El resto la prueba será de conducción guiada, como era hasta ahora, con el examinador indicando al alumno qué dirección tomar.
Al finalizarla, el examinador, en presencia del profesor de la autoescuela, comunicará su resultado al aspirante.