La salud mental se ha convertido en uno de los campos de batalla de las administraciones encargadas de velar por la salud en los países desarrollados. Casi 165 millones de europeos sufren algún tipo de trastorno psiquiátrico o neurológico, como depresión, insomnio, ansiedad o enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, solo un tercio de ellos recibe el tratamiento adecuado, un dato que dispara las estadísticas de absentismo laboral y lastra la economía.
Cada vez más personas resultan afectadas por una enfermedad mental o psiquiátrica (que se manifiestan como trastornos del pensamiento, las emociones o el comportamiento) o neurológica (enfermedades del sistema nervioso central y periférico), como Parkinson, esclerosis múltiple y tumores cerebrales, entre otros. Por este motivo, es necesario dedicar importantes recursos económicos y humanos para dar asistencia a millones de personas, un aspecto delicado, sobre todo en tiempos de crisis económica. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que el 12% de la población española sufre algún trastorno neurológico y que uno de cada cuatro ciudadanos padecerá una enfermedad psiquiátrica a lo largo de su vida.
Tratamiento adecuado para la salud mental
Como afirma Hans Ulrich Wittchen, autor de un estudio de la Universidad de Dresde (Alemania) sobre la salud mental de los europeos, el principal escollo en la recuperación de los afectados es «el inmenso desfase en el tratamiento». Según este investigador, los tratamientos, cuando llegan, no siempre son los adecuados: «Los pocos pacientes que reciben tratamiento lo hacen con considerable retraso de varios años y rara vez con las terapias apropiadas y actualizadas».
Otro de los problemas añadidos es que, según asegura este especialista, las compañías farmacéuticas cada vez invierten menos sumas de dinero en investigar el funcionamiento del cerebro y su relación con la conducta. Por tanto, serán los gobiernos y las entidades benéficas quienes deberán asumir cada vez más responsabilidades económicas en el campo de la investigación neurocientífica.
Un grave problema de salud
Las enfermedades mentales más frecuentes entre los ancianos españoles son los trastornos neuróticos, la depresión, la ansiedad y las demencias
Para realizar el estudio, el equipo de la Universidad de Dresde analizó aproximadamente cien enfermedades mentales o neurológicas en los 27 países de la Unión Europea (UE), además de Suiza, Islandia y Noruega. En total, una población de más de 514 millones de personas. De este modo, analizaron las implicaciones para la salud de patologías tan comunes como la depresión, la ansiedad, las adicciones o la esquizofrenia y de trastornos neurológicos como la epilepsia, la esclerosis múltiple y el Alzheimer.
Según apuntan en sus conclusiones, los problemas que generan más incapacidad y, por tanto, restan más calidad de vida en las personas que los sufren son: la depresión, la enfermedad de Alzheimer, el alcoholismo y los accidentes cerebrovasculares o ictus.
Coste anual de los trastornos mentales
A pesar del alcance de estas afecciones, una cantidad considerable de investigaciones alertan de la necesidad de dedicarles más fondos y recursos humanos. Un estudio del Consejo Europeo del Cerebro (EBC), hecho público el pasado mes de octubre, señalaba que patologías como la depresión o la ansiedad y los problemas neurológicos, como las demencias, se convertirán «en el principal desafío para la atención médica europea». Y ponía una cifra al coste anual de los trastornos mentales en Europa: 798.000 millones de euros.
Esta cifra tan abultada incluye tanto los costes directos derivados de las consultas médicas o el gasto en medicamentos, como los costes indirectos que causa el absentismo laboral. Este estudio recoge, a modo de ejemplo comparativo, el coste que suponen enfermedades crónicas como las cardiopatías o el cáncer. En 2008, la Red Europea del Corazón aseguraba que el coste de la enfermedad cardiovascular fue ese año de 192.000 millones de euros.
Por último, hay que destacar que dos de los problemas que aumentan de manera considerable son la depresión y la demencia senil, que acaparan buena parte del citado coste anual, ya que cada uno supone un gasto cercano a 100.000 millones de euros anuales en la UE. Debido a la crisis económica, además, los casos de depresión han aumentado de forma acelerada, lo que implica un mayor gasto farmacéutico. En los dos últimos años, el coste en antidepresivos ha subido un 10% en España.
España es cada vez un país con mayor proporción de personas ancianas. Se calcula que la esperanza de vida alcanzará 87,5 años: 84,3 años en los varones y casi 90 años en las mujeres (en la actualidad, es de 78,9 años y de 84,9 años, respectivamente, con una media de 82 años). Según las estadísticas, hacia 2049, el 30% de la población española estará integrada por personas de la tercera edad. Por ello, será necesario atender de forma específica los problemas mentales y neurológicos de este grupo de población.
En España, tal y como señalan las conclusiones de un trabajo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Almería, los problemas de salud mental más frecuentes entre los mayores son las neurosis secundarias al estrés y las alteraciones somatoformes; los trastornos afectivos, como la depresión y la ansiedad; y, por último, los orgánicos, como las demencias. Además, los hombres registran más dificultades asociadas al consumo de drogas, como el alcohol, mientras que las personas separadas o divorciadas sufren más trastornos de la personalidad.