El número de jóvenes con sobrepeso y obesidad crece de manera continua y, como consecuencia, también los problemas relacionados: el 40% de los adolescentes tiene riesgo de enfermedad cardiovascular. Es previsible que cada vez sean más quienes estén en esta situación y sufran en la etapa adulta este tipo de problemas, a pesar de que varios programas dedicados a la promoción del deporte en la etapa infantil y en la adolescencia intentan reducir las cifras. En este artículo se describe qué papel juega el sedentarismo en el incremento del riesgo cardiovascular, además de la importancia de cambiar los hábitos de vida y de promocionar la actividad física para hacerle frente.
Una gran parte de la población vive en un ambiente obesogénico, es decir, caracterizado por un acceso fácil a alimentos de gran palatabilidad (conjunto de calidades sensoriales) y energía, así como por restringir y desincentivar la realización de actividad física. La Sociedad Española de Cardiología lanza esta advertencia. La falta de actividad física se ha reforzado a consecuencia de la cantidad de horas que los niños pasan sentados en la escuela, el uso del transporte motorizado para desplazarse y la proliferación de actividades de ocio tecnológico, entre otros.
El problema ha llegado a tal punto que datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de finales de 2009 consideraban que la obesidad en los jóvenes es uno de los tres principales problemas de salud de los ciudadanos, junto con el tabaquismo y el dolor de espalda. Un informe realizado por el Centro Cochrane Iberoamericano, del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, asevera que el 40% de los adolescentes tiene ya, a estas edades tempranas, riesgo de enfermedad cardiovascular.
El papel del sedentarismo en el riesgo cardiovascular
Los jóvenes que dedican más tiempo a conductas sedentarias tienen cifras más altas de presión arterial, triglicéridos y glucosa
El abuso del ocio sedentario aumenta el incremento del riesgo cardiovascular, con independencia del ejercicio que se haga. Según el estudio AFINOS, elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con el Departamento de Educación Física, Deporte y Motricidad Humana de la Universidad Autónoma de Madrid y el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Complutense de la capital española, no solo es importante realizar actividad física de forma consciente; lo fundamental es reducir el tiempo sedentario, es decir, el número de horas con bajo consumo energético. El trabajo, publicado en la Revista Española de Cardiología, sugiere que es la única manera de evitar un mayor riesgo cardiovascular global.
Los resultados de AFINOS muestran que los jóvenes que dedican más tiempo a conductas sedentarias tienen cifras más altas de presión arterial, triglicéridos y glucosa, así como mayor riesgo cardiovascular global, del mismo modo que también tienen mayor nivel de acumulación de tejido adiposo, general y abdominal. Además, se ha demostrado que los adolescentes con sobrepeso, y además sedentarios, incrementan todavía más el riesgo cardiovascular.
También detectaron diferencias entre sexos. Las chicas con alto nivel de sedentarismo registraron mayores tasas de colesterol perjudicial, mientras que los chicos destacaron por niveles de presión arterial y concentración de glucosa más altos. Respecto a la grasa, ellas destacan por una mayor adiposidad general y ellos, por más obesidad abdominal.
Los especialistas creen que hay que elaborar recomendaciones para reducir el tiempo que niños y adolescentes permanecen inactivos, así como la importancia de tener en cuenta las conductas sedentarias como parte de la estrategia en la prevención del desarrollo prematuro de riesgo cardiovascular en la infancia y en la adolescencia.
La solución: el cambio de hábitos
La promoción del deporte es otra de las claves para reducir los hábitos sedentarios de niños y jóvenesEn la población española, los datos disponibles dibujan un panorama poco alentador. El ‘Health Behaviour School Children Study’ concluye que cerca del 44% de los adolescentes ve la televisión más de tres horas al día y un 30% dedica entre tres y más horas al ordenador. Otro trabajo de la investigadora Itziar Hoyos Cillero, profesora colaboradora de la Escuela Universitaria de Enfermería de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), analizaba en 2008 el grado de sedentarismo de los universitarios. Las conclusiones fueron rotundas. Casi la mitad de los alumnos dejan de hacer deporte en el paso entre el bachillerato y la universidad. Las razones: falta de tiempo y de ganas. Y, por último, un estudio publicado en la revista Archivos de Medicina del Deporte, llevado a cabo entre 18.000 adolescentes españoles de 13 a 18 años, afirma que el sedentarismo afecta al 41% de los niños y al 52% de las niñas, además de que la hipertensión es un problema para el 40% de los chicos y el 25% de las chicas.
Para hacer frente a este escenario, la clave es potenciar los juegos en espacios públicos a la salida de la escuela, promover la actividad física en familia los fines de semana y dormir lo suficiente. Así se proclama desde el Programa Thao de prevención de la obesidad infantil, que se realiza en el ámbito municipal de todo el territorio español, en colaboración con la Fundación Española de la Nutrición (FEN). Estos mismos objetivos persiguen la Escuela para prevenir la obesidad infantil y la Guía de Salud y Deporte de EROSKI CONSUMER, que proporcionan, de manera on line, herramientas para aprender a alimentarse y a practicar deporte, de forma sana, equilibrada y divertida.
Más deporte, menos sedentarismo
El Programa Thao destaca que, durante los fines de semana, el tiempo dedicado a la actividad física se reduce de manera considerable a menos de una hora al día (hasta un 43% de los jóvenes no hacen ninguna actividad o deporte los domingos). Por el contrario, se incrementa notablemente el tiempo para actividades sedentarias relacionadas, sobre todo, con el uso de consolas y ordenadores, cuya utilización aumenta hasta un 82,5% los sábados y domingos.
La promoción del deporte es otra de las claves para reducir los hábitos sedentarios. En España ya se han llevado a cabo varios programas, como PATH («Physical Activity and Teenage Health»), que informa sobre temas relacionados con la salud, y en educar para conseguir un cambio de hábitos y en fomentar el ejercicio o entrenamiento físico. Por otro lado, según el Programa Thao, hay que ayudar a los niños a descubrir los deportes que más les motiven y fomentar el desarrollo de los espacios públicos donde jugar de manera activa al salir de la escuela.
Es complicado luchar contra los videojuegos e Internet, una de las mayores distracciones actuales de los jóvenes. Son muchas las estrategias que se llevan a cabo en todo el mundo para promocionar el deporte y reducir las tasas de obesidad y sedentarismo. Varios estudios intentan encontrar alternativas para conseguir que más adolescentes se adhieran a hábitos saludables.
Parece ser que cuando la actividad física se estimula con el fomento de máximas como “serás más feliz”, los resultados son mejores que con motivos racionales como “estarás más sano”, según concluye un estudio publicado en el Journal of Health Psychology, que también ha constatado que las estrategias actuales solo explicitan las mejoras para la salud que representa la práctica de ejercicio físico. No obstante, los expertos aún estudian los motivos de tales resultados, aunque una de las hipótesis apunta que los beneficios emocionales son más inmediatos que los racionales.