La atención primaria pediátrica en España y, en particular, en Madrid, Andalucía, Cataluña y Murcia, tiene deficiencias que se deben resolver. La falta de especialistas en pediatría, de enfermeras con dedicación exclusiva a los niños y la asignación (cupos) de demasiados pequeños para un único pediatra, entre otros problemas, ha propiciado la creación del Observatorio de Pediatría de Atención Primaria. Esta iniciativa, nacida en Madrid, pretende velar por la atención que se presta a la población infantil. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) apoya su extensión al resto de autonomías, explica Concha Sánchez Pina, presidenta de la Asociación Madrileña de Pediatría de Atención Primaria (AMPap).
El Observatorio de Pediatría de Atención Primaria es una iniciativa promovida por el Sindicato Amyts y convocada por la Asociación Madrileña de Pediatría de Atención Primaria (AMPap). También se han involucrado en él la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y la Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla-La Mancha (SPMyCM). Nuestro objetivo es realizar estudios y encuestas periódicas a los profesionales que trabajamos en el primer nivel de atención y aportar ideas para contribuir a que la asistencia a niños y adolescentes sea la mejor posible.
La asistencia pediátrica en la Comunidad de Madrid está peor que en otras comunidades autónomas en tres temas fundamentales: tiene más plazas de pediatría de atención primaria sin cubrir por un pediatra, faltan enfermeras de pediatría y los horarios dificultan a los profesionales conciliar la vida familiar y laboral. Narcisa Palomino, pediatra de primaria de Andalucía, Elisa de Frutos, pediatra de primaria de Cataluña, y yo misma hemos publicado en la “Revista de Pediatría de Atención Primaria” una encuesta comparativa llamada “Puntos Negros de la Asistencia a la Población Infanto-Juvenil en la Atención Primaria de España”, que reflexiona sobre las importantes diferencias en la asistencia infantil entre comunidades.
“La asistencia pediátrica es peor en Madrid y en Andalucía, seguida de Murcia y Cataluña”
El estudio compara, en distintas comunidades autónomas, la asistencia a la población infanto-juvenil y desvela dónde consideramos que es mejor y peor. La asistencia pediátrica es peor en Madrid y en Andalucía, donde le hemos adjudicado tres puntos negros, seguida de Murcia y Cataluña, que ha recibido dos puntos negros.
En nuestro estudio, están mejor Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y La Rioja, ya que en ellas no hemos hallado deficiencias reseñables.
Los que hemos identificado son la existencia de plazas cubiertas por profesionales que no tienen la especialidad de pediatría, la falta de enfermeras con dedicación exclusiva a los niños, los horarios que hacen difícil la conciliación de la vida familiar y laboral, la accesibilidad restringida a Internet desde las consultas y el hecho de que los salarios sean diferentes en las distintas comunidades autónomas.
“Una enfermera pediátrica conoce mejor las necesidades y problemas de la población infanto-juvenil y puede dedicarle todo su tiempo”
Sí, porque si el personal que atiende a los niños no es el apropiado, la asistencia no es tan buena como debería. En Madrid, sabemos que hay amplias zonas en el centro de la capital, en Alcalá de Henares y en Torrejón de Ardoz, donde las enfermeras que atienden a la población infantil también lo hacen a adultos y ancianos. Esto implica que los niños deben compartir, entre otras prestaciones, la sala de espera con todo tipo de enfermos. Lo idóneo es que sean atendidos por enfermeras que se dediquen de forma exclusiva a ellos.
Porque una enfermera que se dedica todo el tiempo a atender a niños y a adolescentes conoce mucho mejor sus necesidades y problemas: lactancia materna, calendario de vacunación, asma y obesidad infantil, la alimentación más adecuada para el lactante y, sobre todo, puede dedicarles todo su tiempo. Si una enfermera se dedica todos los días, de forma exclusiva, a atender a este grupo de población, conoce y aprende más de recién nacidos, lactantes, niños y adolescentes que si ha de repartir su tiempo en formarse y atender también a adultos y ancianos. Queremos pedirles a los padres que elijan y exijan que sus hijos sean atendidos por los profesionales mejor formados: pediatras y enfermeras pediátricas, que son los mejor preparados para ello.
Con la Administración hemos hablado muchas veces y nos ha escuchado. Uno de los cambios que se han producido es que se ha puesto en marcha en la Comunidad de Madrid, en las últimas semanas, una nueva figura, que es el coordinador de pediatras.
“El coordinador de pediatras va a ser un elemento de mejora y estímulo para la asistencia a los niños”
Va a ser un elemento de mejora y estímulo para la atención sanitaria de los niños, que va a acabar con el aislamiento de estos profesionales en los centros de salud, donde son minoritarios. El coordinador va a defender sus intereses y a intentar que la asistencia infantil sea homogénea en su zona. En Madrid habrá siete coordinadores de pediatría, uno por Dirección Asistencial.
Así es. Será una función muy importante porque el talón de Aquiles de la asistencia es la coordinación entre la atención primaria pediátrica y la especializada.
Es una iniciativa nacida en Madrid, pero se va a extender. La AEPap ya ha emitido un comunicado en el que afirma que respalda la generalización de esta iniciativa a todas las comunidades autónomas.
La recopilación de numerosos datos tan preocupantes de la Comunidad de Madrid, descubiertos gracias a un informe elaborado por la doctora Reyes Hernández, secretaria del Sector de Atención Primaria del Sindicato Amyts, pediatra de Atención primaria y promotora del Observatorio, han servido de punto de partida al Observatorio de Pediatría de Atención Primaria.
Entre los datos de Madrid que comprometen la buena asistencia infanto-juvenil, el informe de Hernández cita los siguientes: el número de especialistas con más de 1.500 niños asignados (cupos) se ha doblado, uno de cada diez pediatras debe asumir la consulta completa de otro colega durante un mes entero, uno de cada tres se encuentra solo en su turno y tres de cada cuatro tienen un desgaste profesional medio-alto, y uno de cada cinco especialistas en pediatría confiesa que ha tomado medicación por problemas relacionados con la sobrecarga de trabajo y la presión asistencial que sufren. “Necesitamos más de cinco minutos por niño, ya que en ese tiempo es imposible desnudar, tranquilizar y explorar de manera adecuada a un niño”, explica Concha Sánchez Pina.