Entrevista

Miguel Costa Cabanillas, director del Centro de Promoción de Hábitos Saludables del Instituto de Salud Pública de Madrid Salud

Más del 50% de los fumadores recaen al cabo de un año
Por Clara Bassi 7 de agosto de 2012
Img miguel costa entrevista
Imagen: CONSUMER EROSKI

Fumar o no fumar. Esa es la terrible decisión a la que se enfrentan a diario los exfumadores, pues “dejar de fumar es fácil. Lo he hecho más de 100 veces”, decía Mark Twain, el mítico autor de Tom Sawyer. Pero mantenerse alejado de los cigarrillos es difícil. Más del 50% de los fumadores recaen al cabo de un año y el verano, época de vacaciones, relajación y distensión, crea contextos que propician las recaídas. Para evitar la reincidencia, hay que alabar el logro del exfumador, servirle de ejemplo e invitarle a realizar actividades alternativas en ambientes saludables y lejos del tabaco. Así lo cuenta en esta entrevista Miguel Costa Cabanillas, director del Centro de Promoción de Hábitos Saludables del Instituto de Salud Pública de Madrid Salud y uno de los autores del DVD “Discutir o dialogar”, presentado por el Ayuntamiento de Madrid con el apoyo de Pfizer, dirigido al profesional para conseguir que los fumadores se comprometan a abandonar el tabaco y no recaer.

¿Se fuma más en verano que en invierno?

Desconocemos estudios que analicen la prevalencia del tabaquismo de forma estacional, pero le puedo plantear alguna hipótesis. Es viable, según el perfil de la persona. El verano es un periodo de vacaciones, de relajación, de distensión, en el que es posible que se pierda más el control y se propicien contextos sociales desinhibitorios donde se tienda a beber y fumar más. Además, la ley de tabaco no supone un problema, ya que se puede fumar al aire libre. Por eso, hay indicios de que la época estival es un contexto estacional propicio para que se reactive el hábito de fumar.

¿Se puede afirmar entonces que es una época propicia para que los exfumadores recaigan?

Sí, los exfumadores pueden reengancharse al tabaco en verano, debido a este contexto propiciatorio, que los hace vulnerables y por el cual personas que han dejado de fumar empiezan de nuevo, sufren recaídas.

¿Qué consejos se les puede dar a los exfumadores para que no reincidan?

“El verano es un contexto propicio para que se reactive el hábito de fumar”

El primer consejo es que nadie puede sustituir a un exfumador en tomar una decisión sobre su vida. Nosotros planteamos la recaída como una toma de decisiones entre mantenerse sin fumar o volver a fumar. Debemos enfatizar que es capaz de hacer una cosa u otra. De esta forma, se le implica más. También en verano es importante rellenar el tiempo libre con actividades que le faciliten comportamientos alternativos. Algunas posibilidades son hacer deporte y mantener una vida activa y saludable, es decir, propiciar o generar contextos en los que el tabaco esté ausente.

¿Es preferible, pues, ir a la playa, la piscina o una excursión que a una fiesta nocturna?

Por ejemplo. Pero podemos decirle a esa persona que, ‘si usted decide ir a una fiesta nocturna, debe estar preparado e, incluso, puede formar una piña con amigos que no fumen’. Si lo tiene muy claro y no quiere fumar, debe evitar el tabaco, que es un riesgo.

¿Cómo pueden motivar la familia y los amigos a un fumador para que deje el tabaco o a un exfumador para que siga abstinente?

“Nunca hay que decirle a un fumador que deje de fumar, sino ofrecerle ayuda”

Una manera de motivarle es con el ejemplo personal. Nunca hay que decirle a un fumador que deje de fumar, no hay que darle la tabarra, sino hacerle ver que se trata de una decisión importante. Solo ofrecerle ayuda. No hay que tener tabaco en casa, que debe estar poco accesible, ni ofrecerle un cigarro ni favorecer los contextos que propicien su consumo. En su lugar, hay que invitarle a otras actividades, como acompañarle a un paseo o a correr. Hay que reforzar y expresar reconocimiento por los logros que haya obtenido y mostrar admiración con expresiones como ‘quiero decirte algo, me he quedado sorprendido de cómo te las arreglas sin fumar. Ya llevas dos semanas’.

Así, ¿son muy habituales las recaídas?

Sí, las recaídas son muy frecuentes. Se han hecho muchos estudios y más del 50% de los fumadores recaen al cabo de un año e, incluso, algunos cifran este porcentaje entre un 50% y un 70%. Nosotros hemos realizado una encuesta al cabo de doce meses y los resultados muestran que entre un 42% y un 43% de las personas se mantienen sin fumar.

¿Cuál es el perfil de las personas que lo consiguen?

“El estrés y los desajustes emocionales pueden conducir a reacciones impulsivas que lleven a las recaídas”

Tienen comportamientos con los que están altamente motivadas para cambiar de estilo de vida, no fumar, hacer deporte, caminar, hacer actividades al aire libre y llevar una vida sana y, además, tienen amigos que no son fumadores. Estos exfumadores tienen menos probabilidades de recaer, igual que quienes son menos vulnerables frente al estrés. El estrés, los desajustes emocionales y determinadas situaciones vitales pueden conducir a reacciones impulsivas que lleven a consumir tabaco. Las recaídas, a menudo, las propician un despido del trabajo, problemas con un hijo, una reyerta familiar o una separación. Pero, en cualquier caso, hay que insistir en que las emociones son transitorias y que los exfumadores siempre pueden decidir.

Entonces, de la misma forma que el verano es una época propicia para recaer, ¿también es idónea para cambiar de estilo de vida y dejar de fumar?

Depende del perfil de persona, esta se planteará si es el momento oportuno para hacer un cambio de estilo de vida y si va a tener menos probabilidades de recaer o va a decidir volver a fumar. Insisto, porque uno de los objetivos de los programas de deshabituación tabáquica es empoderar a la persona. La recaída es un concepto médico que quiere decir que algo tiene nuestro organismo que no se puede controlar, que nos lleva a recaer; debido a ello, cuando se está muy nervioso, no se tiene más remedio que fumar. Pero en los programas insistimos en que el afectado un día decidió dejar el tabaco. Estar nervioso no es el hecho en sí que ha llevado a fumar, porque otras personas también lo están y no fuman. Cuando se tiene esa tentación, hay que dejar reposar un momento las emociones, ver que son transitorias y tomar otra decisión: aislarse, echar una carrera o hacer ejercicio, que es otra forma de combatir el estrés, en vez de fumar.

¿Quiénes tienen más éxito para abandonar el tabaco: los fumadores que piden ayuda y utilizan sustitutos de la nicotina o aquellos que deciden dejarlo por sí solos?

La mayor parte de los fumadores deciden dejar el tabaco por voluntad propia. Los programas multicompetentes ofrecen sustitutos de la nicotina, ayuda para dejar de fumar de manera gradual, apoyo psicológico y son más efectivos que intentar abandonar ese hábito por uno mismo, ya que se planifica la prevención de la recaída. Así, una vez terminado el programa, los afectados saben anticipar los síntomas que constituyen un riesgo para la propia reincidencia. Se ensaya mucho y se les entrena para que sepan qué hacer, decir y decidir si llegan momentos difíciles.

Nueve mensajes para no fumar

Hay algunos mensajes que deben calar en la conciencia del fumador y de su entorno más próximo para que dejar los pitillos, “una droga con un gran poder adictógeno”, sea un éxito. Según Miguel Costa Cabanillas, estos son algunos:

  1. Fumar o no fumar es una decisión importante en la vida y, como tal, conviene meditarla. Hay que invitar al fumador a reflexionar, pero nunca aleccionarle o decirle que deje el tabaco.
  2. Fumar conlleva riesgos, hasta cuando son pocos los cigarros que se fuman; estos se acumulan a medida que se cumplen años.
  3. Solo al fumador le compete decidir si quiere seguir fumando o si le importa dejarlo, buscar ayuda, informarse de los riesgos del tabaco y los programas para abandonarlo.
  4. Si quiere dejar el hábito, no hay que pensar en que se estará sin fumar toda la vida. Hay que decidirse y comprobar que merece la pena día a día.
  5. Tomar parte activa en el rediseño del entorno, de manera que si una persona tiene un disgusto emocional, no vuelva a recaer.
  6. El rediseño del ambiente implica no tener un cigarrillo a mano, en casa, para no facilitar el acceso rápido al tabaco ante una situación de estrés emocional.
  7. Propiciar contextos alternativos al consumo de tabaco como apuntarse a un gimnasio.
  8. Los allegados del exfumador no deben ofrecerle cigarrillos, sino ayuda y reconocer sus logros después de tantos años fumando.
  9. El círculo familiar y de amistades más próximo debe ser un ejemplo y recalcar los beneficios de no fumar, como disfrutar de la respiración o del deporte.
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