Tomarse una onza de chocolate negro al día puede ser una dulce y placentera forma de cuidar el corazón. Diversos expertos lo han aconsejado en los últimos años. ¿Pero tiene esta recomendación una buena base científica? Una investigación sobre numerosos estudios relativos a los beneficios del cacao del chocolate no solo ha demostrado que sí la tiene, sino que ha aportado un dato destacado: previene en un 37% el riesgo de episodios cardiovasculares, una excusa perfecta para caer en la tentación.
Alegrar el pastillero, lleno de píldoras de distintos colores que consumen muchas personas con riesgo cardiovascular para prevenir los infartos y otras dolencias cardiacas, es posible con la más dulce pastilla que se pueda imaginar: una onza de chocolate al día. Esta placentera forma de prevención cardiovascular no solo es apta para pacientes con cardiopatía, sino para cualquier persona que quiera preservar la salud del corazón.
Aunque el alimento en sí no es milagroso, sino que funciona en el contexto de un estilo de vida saludable, se le pueden atribuir directamente algunas propiedades beneficiosas para el organismo.
Pero, ¿hasta qué punto tiene base científica esta recomendación dietética? ¿De verdad es tan cardiosaludable como se ha difundido en los últimos años? Una amplia investigación llevada a cabo por Oscar Franco, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y que ha publicado «The British Medical Journal» (BMJ) ha hallado más de 4.576 referencias de estudios sobre el cacao del chocolate y sus potenciales beneficios sobre la salud, de los cuales ha analizado siete, que en total incluyen a 114.000 participantes.
El consumo de chocolate se asocia a una disminución de un 37% del riesgo de eventos cardiovasculares y de un 29% de ictus
Tras el análisis, ha constatado que el consumo de chocolate se asocia a una disminución de un 37% del riesgo de sufrir episodios cardiovasculares y a una reducción de un 29% del riesgo de ictus o accidentes cerebrovasculares (ACV). Estos resultados sobre los efectos cardiosaludables del cacao para el organismo confirman los de estudios anteriores, aunque los especialistas admiten que aún será necesario realizar otras investigaciones.
¿Por qué es beneficioso?
Se cree que los beneficios del chocolate y, en concreto, del cacao con el que se elabora, se deben a que este apetecible alimento contiene sustancias antioxidantes (flavonoides), a las cuales se suponen distintos tipos de propiedades: efectos antihipertensivos, hipolipemiantes y antidiabéticos. La suma de todas estas características logra ese beneficio cardiovascular, para prevenir la cardiopatía isquémica (infartos agudos de miocardio y anginas de pecho) y los infartos cerebrales, según información de Petra Sanz, cardióloga del Hospital Fundación Alcorcón, de Madrid, y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
«Mejora el control de los factores de riesgo cardiovascular que podrían hacer que enfermaran las arterias del corazón y del cerebro. Controla la arterioesclerosis, los niveles de colesterol y la hipertensión. De esta forma, se consigue que las arterias estén sanas y que rieguen mejor este órgano, ya que se daña por la progresiva obstrucción de estos vasos sanguíneos. Por lo tanto, el chocolate no causa un efecto directo sobre el corazón, sino sobre sus arterias», explica Sanz.
Esta cardióloga aconseja mantener la prevención a lo largo de toda la vida, desde la infancia, ya que la arterioesclerosis -obstrucción de las arterias- se inicia en la infancia, pero se manifiesta en la edad adulta.
“El chocolate negro es beneficioso en cantidades moderadas, pero siempre que forme parte de una dieta cardiosaludable y equilibrada y que se realice ejercicio físico. No es una medida aislada para controlar la enfermedad cardiovascular o para prevenirla”, aclara Petra Sanz. Es más beneficioso que el chocolate con leche, puesto que este último pierde sus características provechosas en el proceso de manufacturación. El producto que incorpora frutos secos, que en su mayoría contienen grasas poliinsaturadas -también buenas para el corazón- es otra opción para la salud cardiaca, añade Sanz.
No obstante, su consumo siempre debe ser moderado. La cardióloga española recuerda que tanto el chocolate como los frutos secos -si los lleva- engordan. “El problema de este alimento es su contenido muy alto en grasas, por lo que su consumo en exceso puede conducir a un aumento del peso corporal y la obesidad puede contrarrestar los efectos útiles”, advierte Sanz, en consonancia con los autores del estudio publicado en BMJ, que afirman que debería reducirse el alto contenido de azúcar y grasas de los productos de chocolate.
En el mercado ya hay algunos casos, como el chocolate sin azúcar para diabéticos, que permite que estas personas puedan disfrutar de una dulce forma de prevenir las enfermedades cardiovasculares.