La epilepsia es un trastorno del cerebro que causa convulsiones en todo el cuerpo o en una parte del mismo. Incluso puede mermar mucho la calidad de vida de quien la padece. Ahora, además, numerosas investigaciones señalan que la depresión es un problema muy frecuente entre las personas que sufren epilepsia, sobre todo, entre quienes no responden bien a los fármacos antiepilépticos. En este artículo se explica la relación entre epilepsia y trastornos depresivos.
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España sufren epilepsia unas 300.000 personas y cada año se diagnostican 20.000 nuevos casos. La SEN estima que entre un 25% y un 30% de los afectados no responden bien a los fármacos. Y, por desgracia, no todos ellos pueden ser operados.
Por los datos publicados por esta sociedad científica, con motivo del Día Nacional de la Epilepsia celebrado el pasado 24 de mayo, se sabe que la epilepsia farmacorresistente supone «una enorme carga para el paciente y su familia». De hecho, por su enfermedad, el 44% de los pacientes no trabajan, el 37,5% de las familias ven afectada su economía de forma considerable y, además, un 32,9% de los pacientes farmacorresistentes necesitan un cuidador.
Las personas que no responden bien a los fármacos antiepilépticos tienen más riesgo de sufrir depresión
Otros aspectos importantes que merman la calidad de vida de los pacientes y de sus familias quedaron patentes durante el Simposio Bial-Eisai de la 64ª Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología, el pasado noviembre en Barcelona. En el encuentro se llegó a la conclusión de que «el 35% de los pacientes que padecen epilepsia en España presentará trastornos depresivos a lo largo de su vida«. También se destacó en este evento que «la depresión está infradiagnosticada en los pacientes epilépticos y casi no se trata». Aparte de los trastornos depresivos, se señaló que los problemas de ansiedad también son muy frecuentes.
Cuatro tipos de depresión en personas epilépticas
Algunos especialistas coinciden en catalogar la depresión en la epilepsia en función de cuándo surgen los síntomas. De este modo, se pueden describir cuatro tipos de depresión:
- Preictal: los signos depresivos preceden unas horas o unos días a las convulsiones. En niños, los más típicos son irritabilidad, mala tolerancia a la frustración y conducta agresiva.
- Ictal: los síntomas constituyen el signo único o predominante del ataque, por lo tanto puede ser difícil reconocerlos como fenómenos epilépticos. Sin embargo, es mucho más frecuente la ansiedad.
- Postictal: los indicios depresivos se dan después del ataque. Pueden durar unas horas o, como mucho, dos semanas. Son frecuentes en pacientes con epilepsia poco controlada.
- Interictal: se producen entre episodios. Es la más frecuente y, aunque los síntomas varían en función de la persona, suelen ser más graves.
Más resistencia a los antiepilépticos, más depresión
Las personas que no responden bien a los fármacos tienen más riesgo de padecer depresión, ya que pueden ver muy mermada su calidad de vida. Además, como señala la Asociación Española de Afectados por Epilepsia Grave (APEMSI), la epilepsia es, todavía hoy, una enfermedad incomprendida que genera miedo, rechazo o temor a quien la padece, debido a las manifestaciones clínicas de las crisis, en especial, las convulsiones. Y, en ocasiones, se traduce en aislamiento, baja autoestima y depresión que afectan de manera muy negativa a la calidad de vida del paciente. En algunos casos, el binomio epilepsia y depresión podría deberse a que las mismas alteraciones cerebrales que provocan la primera también causan la segunda.
Por otro lado, según la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA), algunos fármacos antiepilépticos podrían estar asociados con un pequeño riesgo de comportamiento y pensamientos suicidas. En contraposición, una investigación del Centro de Investigación Biomédica en Red en el Área de Salud Mental (España), publicada en 2010, aseguraba que los antiepilépticos son seguros y no se ha demostrado esta relación.
La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que afecta a personas de todas las edades. Su principal característica son las convulsiones, que se producen cuando grupos de células del cerebro provocan descargas eléctricas excesivas y causan contracciones musculares. Estos espasmos pueden afectar a una parte o a todo el cuerpo. En ocasiones, las personas que sufren los ataques pierden luego la consciencia. Hay afectados que tienen unas pocas convulsiones a lo largo de un año, mientras que otras padecen varias al día. Asimismo, estos ataques pueden ser muy breves y poco intensos, o largos y graves.
En muchos casos no se puede identificar la causa de este trastorno. Algunas patologías, como los tumores cerebrales o los traumatismos craneoencefálicos severos, así como el daño cerebral generado por problemas durante el nacimiento, pueden ser la causa de un trastorno epiléptico.
La mayoría de las personas que sufren epilepsia controlan sus ataques gracias al tratamiento con un grupo de medicamentos conocidos como “antiepilépticos”. Aunque, en ocasiones, se realiza cirugía cerebral, cuando se tiene bien identificada la zona del cerebro responsable de las convulsiones y la persona no responde a los fármacos.