¿Qué hace que las personas de diferentes culturas se atraigan? ¿Es el contraste que suscita curiosidad? ¿O la huida de la propia cultura? Algunos especialistas apuntan que las motivaciones son de muy distinta clase. Formar parte de una pareja mixta implica tener que superar obstáculos que son bien distintos a los que se enfrentan las parejas que comparten la misma cultura, lengua y religión. En este artículo se explican algunos de los conflictos que hay que aprender a sortear para tener una relación de pareja sana.
En España, el crecimiento de la población inmigrante en los últimos años ha ido al alza. Así lo demuestran los datos del Instituto Nacional de Estadística, que cifra en un 12% la población extranjera en el conjunto de nuestro país. Cada año se celebran más de 200.000 uniones y los enlaces entre oriundo y extranjero suponen ya un 20% del número total de matrimonios. Eso sin tener en cuenta aquellas parejas sin registrar. Pero, ¿qué atrae de una pareja de otra cultura? Y, por otro lado, ¿qué aspectos psicológicos deben sortear? ¿Cómo se sobrellevan los conflictos relacionados con cultura, lengua y religión?
Parejas de distintos países: choque cultural
Ya desde el primer día que se llega a un nuevo país, muchas personas se sienten desorientadas por las costumbres: diferente lengua (incluso distinto tono o entonación), modo de vestir y de relacionarse y dispares normas ciudadanas. Estas diferencias pueden provocar rechazo en varios grados, que los antropólogos denominan el «choque cultural«. Esto puede tener un peso específico dentro de la evolución de la pareja. Distintos puntos de vista de las diversas situaciones que se dan en la vida diaria pueden desembocar en discusiones, roces y malentendidos culturales, si además a ello se le suma el uso de una lengua neutral.
Distintos puntos de vista de las diversas situaciones que se dan en la vida diaria pueden facilitar los conflictos de parejaFernando Pena, psicólogo clínico especializado en el tratamiento de adultos y terapia de parejas en Valencia, explica que, al principio, estas relaciones interculturales son más complicadas que las no mixtas. «Se debe a lo que se llama ‘error de atribución‘: por ejemplo, según la cultura, mirar directamente a los ojos puede ser bien una señal de respeto, como todo lo contrario», apunta. Y así, miles de malinterpretaciones entre dos… y lo mismo en posibilidades de generar un conflicto. Un apunte gráfico: en India se asiente con la cabeza con movimientos de inclinación hacia los hombros.
No obstante, este especialista asegura que «hay un importante componente psicológico que facilita la relación de la pareja mixta: la flexibilidad, que es la capacidad de adaptarse a los cambios. La rigidez en este aspecto lleva inherente la no aceptación de la diferencia y, de por sí, no solo constituye una traba para las parejas de la misma cultura, sino que puede ser el detonante de una separación de las parejas mixtas».
Relaciones de parejas interculturales: más dificultades
Para Patricia Morén, autora del libro ‘Parejas de colores’ (Editorial Océano Ambar) que analiza el fenómeno de interculturalidad en el amor, el quid de la cuestión es crear una relación sana con dos componentes: el respeto y la negociación. Comprender al otro y adoptar sus costumbres, sobre todo cuando ha tenido que superar tantos obstáculos para hacer frente a la nueva realidad.
El recién llegado pasa por un largo proceso de duelo. Algunos autores lo denominan el «duelo del inmigrante» que consta, a su vez, de varios procesos de duelos por: la familia perdida, su lengua materna, la cultura perdida, los paisajes de la infancia, el estatus social, la pérdida del grupo de pertenencia de origen y el riesgo de enfermedad. A veces, el sufrimiento es tan importante que los inmigrantes desarrollan un trastorno psiquiátrico de estrés crónico, múltiple y extremo. Es lo que se llama el síndrome de Ulises, descrito por el psiquiatra y profesor Joseba Achotegui.
Junto al respeto, la otra premisa es no hacer reproches culturales. Las discusiones entre los dos miembros de una pareja, sea o no mixta, es un momento propicio para decir cosas de las que más tarde uno se arrepiente. Por este motivo, en medio de un altercado, lanzar mensajes como «todos los españoles sois…», «qué manía que tenéis los mejicanos-chinos-senegaleses-franceses con…», no es nada recomendable.
Otro punto importante en la relación es aprender a comunicarse. Bien, pero, ¿en qué lengua? Esta tarea puede llegar a ser ardua cuando los dos miembros tienen un idioma diferente y, por norma general, un conocimiento más bien pobre del lenguaje del otro, o cuando se escoge una tercera lengua. Sin embargo, los especialistas sostienen que hay que tener en cuenta que la comunicación va más allá de las palabras y el uso correcto del lenguaje.
El dia 12 de junio se celebra el “Loving Day”, o día de las parejas mixtas, en homenaje a una activista, Mildred Loving, que luchó por la abolición de las leyes que imponían la separación de razas y negaban los matrimonios interraciales en el siglo XX en algunos estados de EE.UU. y en algunos países como Sudáfrica. Mildred Loving, fallecida en 2008, era una mujer de piel negra y ascendencia cherokee y rappahannock, que se atrevió a romper la prohibición del matrimonio entre blancos y negros en el Estado norteamericano de Virginia y se casó con Richard P. Loving en Washington. Al volver a Virginia, los arrestaron y tuvieron que huir y vivir alejados de sus familias. Loving dedicó su vida a luchar contra el impedimento legal de estas uniones, hasta que un 12 de junio de 1967 el Tribunal Supremo lo reconoció como anticonstitucional.