Las picaduras y mordeduras de insectos y serpientes son un problema de salud muy importante en algunos países, sobre todo en zonas tropicales. Aunque España no tiene una fauna venenosa de especial riesgo, hay determinadas especies que por su picadura dolorosa y por su peligrosidad potencial, merecen ser conocidas y evitadas. La naturaleza es una fuente de placer pero, tal y como se describe a continuación, no está de más tener en cuenta algunos consejos para prevenir picaduras y mordeduras de determinados animales y para saber cómo actuar en caso necesario.
Mordeduras de serpientes: las que tienen peor fama
En los paseos por el campo o la montaña, no es raro tropezarse con alguna serpiente, la mayoría de ellas inofensivas. De las 2.700 especies que hay en el mundo, en la península ibérica viven 13 y, de estas, solo hay cuatro cuya mordedura puede ser potencialmente peligrosa: tres clases de víboras (pirenaica, hocicuda y europea) y la culebra verde.
A las víboras se las reconoce por ser de pequeño tamaño (de 25 a 50 centímetros) y tener un dibujo en forma de zigzag en el dorso. La víbora pirenaica suele encontrarse en zonas abiertas, como campos de cultivo o márgenes de camino, mientras que la hocicuda prefiere las áreas rocosas y los matorrales y es aficionada a trepar por los árboles. En general, la víbora es un animal tranquilo y las mordeduras suele ser accidentales y responder a una defensa, ya que solo atacan a pequeñas presas. No es extraño que se produzcan al caminar descalzo o al trepar por un paraje rocoso.
La gravedad de una mordedura de serpiente depende de su tamaño y de la edad de la víctima
Tras la mordedura, se origina un dolor intenso con inflamación que puede afectar de forma progresiva a toda la extremidad. En algunas ocasiones, se produce también malestar general, náuseas y dolor abdominal. En los casos más graves, el afectado manifiesta dificultad respiratoria y hemorragias. Esto es debido a que el veneno que inoculan las víboras contiene elementos que ponen en marcha los mecanismos de coagulación sanguínea y que destruyen los hematíes. Estas sustancias son las responsables de los fenómenos trombóticos y hemorrágicos que pueden llegar a producir la muerte en los casos de accidentes graves.
La gravedad del cuadro depende de varios factores: del tamaño de la serpiente (en la península son pequeñas y, por tanto, inoculan poco veneno) y de la edad de la víctima (en niños y ancianos suelen revertir mayor gravedad).
Otra de las serpientes venenosas de la península es la culebra verde o bastarda, que puede llegar a medir más de dos metros. Su veneno es neurotóxico; en los casos en que logra inocularlo puede producirse hormigueo, calambres y parálisis progresiva. Sin embargo, se hace difícil que lo introduzca a un humano, ya que los colmillos que lo inyectan están situados en la zona posterior de la boca (habría que meter la mano en la boca de la serpiente).
Cinco consejos ante una mordedura de serpiente
- Mantenerse quieto y en calma, ya que el ejercicio y la ansiedad aumentan el riego sanguíneo y hace que el veneno se difunda con mayor rapidez.
- Pedir ayuda a los servicios de emergencias (teléfono 112).
- Inmovilizar el miembro afectado y dejar el área atacada por debajo del nivel del corazón para reducir el flujo del veneno. Presionar con suavidad la herida para hacer brotar la sangre. Se recomienda no hacer torniquetes.
- Identificar si se trata de una especie venenosa. Si no conlleva ningún peligro, puede ser útil capturarla y llevarla al centro hospitalario.
- Trasladar al afectado al hospital más cercano en donde se valorará la necesidad de administrar el antídoto correspondiente y se preverán las posibles complicaciones.
- Es recomendable tener a mano el teléfono del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses: 915 620 420, disponible las 24 horas para urgencias toxicológicas, para pedir información ante mordeduras (o picaduras de otros animales).
Picaduras de insectos: abejas, avispas, abejorros, mosquitos y hormigas
Las picaduras de insectos son un suceso muy habitual al que, a menudo, consideramos tan solo como un hecho molesto, sin saber que, en ocasiones, puede llegar a convertirse en un problema serio. Abejas, avispas, abejorros, mosquitos y hormigas suelen ser los principales implicados. El veneno que inoculan contiene diversas sustancias irritantes que provocan una reacción local en forma de escozor y picor, muy molesta pero, en general, sin trascendencia.
Si la picadura se ha producido en la zona de la boca o la garganta, la inflamación podría ocasionar dificultad respiratoria
No obstante, hay casos en que una simple picadura puede dar lugar a problemas importantes, sobre todo, si se ha producido en la zona de la boca o la garganta, ya que la inflamación que provoca puede ocasionar dificultad respiratoria por obstrucción de las vías aéreas. Con el fin de prevenir estas circunstancias, es aconsejable inspeccionar los vasos o latas que contengan bebidas azucaradas antes de beber, así como evitar comer frutas caídas del árbol antes de haberlas examinado.
Hay también casos en los que la toxina provoca una especie de alergia en la zona, con reacciones inflamatorias exageradas, incluso con cuadros generales similares a los provocados por las alergias a medicamentos. Con un poco de suerte, si la picadura es única la cosa no irá a mayores, pero si se producen varias al mismo tiempo puede surgir náuseas, mareo y dificultad respiratoria. Se considera que a partir de cinco ya pueden empezar los problemas y que con más de 40, el cuadro puede revestir gravedad.
Por otra parte, algunas personas presentan cuadros alérgicos de extrema gravedad con la picadura de abejas o avispas. En estas situaciones, puede estar indicado un tratamiento desensibilizador y, en caso de picadura, la autoadministración de adrenalina.
Picaduras de arañas
Las arañas son otros artrópodos temidos por su picadura. En la península hay representantes de las temidas viudas negras, fáciles de reconocer por su cuerpo negro con manchas rojas. Con frecuencia vive en los campos de cultivo, aunque también puede encontrarse en las casas, con especial predilección en los cuartos de baño. La variedad americana es mucho más peligrosa que la ibérica, ya que su veneno puede llegar a producir la muerte.
La especie española de la viuda negra es menos temible, aunque también puede causar molestias de relativa importancia. El veneno es neurotóxico. La picadura no suele ser muy dolorosa y suele provocar una reacción local más o menos importante, con síntomas generales poco específicos.
La tarántula es también otra araña con mala fama, cuando lo cierto es que su picadura, a pesar de ser dolorosa, no provoca por lo común mayores reacciones de las que pueda producir una abeja o una avispa.
Otra representante es la araña marrón, también conocida como «araña de los rincones» por su predilección por estas zonas de la casa. Su picadura es bastante intensa y, en algunos casos, pueden ocasionar un leve malestar general.
En España hay dos tipos de escorpiones. El de mayor tamaño es el escorpión amarillo, que tiene en el extremo de su abdomen un aguijón con el que inocula el veneno a sus víctimas. Su picadura es muy dolorosa y con reacción local pero no conlleva riesgo. La otra especie que habita en la península es el escorpión de cola amarilla, de menor tamaño y más abundante. Los escorpiones suelen preferir los lugares secos, escondiéndose en oquedades y debajo de las piedras.
Al igual que con los insectos, en caso de picadura hay que intentar extraer el aguijón si todavía permanece clavado y aplicar frio para bajar la inflamación. No es aconsejable presionar la zona con la idea de intentar extraer el veneno, ya que esto puede hacer que se extienda más y que la reacción inflamatoria sea mayor. Para calmar el dolor puede ser útil aplicar algun producto antiinflamatorio comercializado para tal fin. En caso de no disponer de ellos, una compresa fría con vinagre puede aliviarlo. Si hay antecedentes de reacciones alérgicas importantes, se deberá consultar con un médico.