Entrevista

Adrián Revello, miembro de la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC)

Las mujeres con apneas del sueño tienen un riesgo aumentado de sufrir enfermedades cardiovasculares
Por Clara Bassi 10 de julio de 2012
Img adrianrevello entrevista
Imagen: CONSUMER EROSKI

Las mujeres, igual que los hombres, también pueden desarrollar apneas del sueño. Un reciente estudio, publicado en ‘Annals of Internal Medicine’, ha permitido saber que las féminas con el síndrome de apneas/hipoapneas del sueño (SAHS) tienen 3,5 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular respecto a las que no sufren el síndrome; en los hombres, este riesgo es entre 4 y 5 veces mayor. A raíz de este trabajo, se constata la necesidad de prestar más atención a la población femenina que también puede estar afectada por la apnea del sueño, pero que como se manifiesta de forma distinta al hombre, puede pasar desapercibida. Los cambios en el estado de ánimo y el cansancio son algunas señales de la alteración del sueño “femenina”, mientras que los ronquidos y la somnolencia diurna lo son en los hombres. Detectar esta enfermedad es crucial para disminuir el riesgo cardiovascular, explica en esta entrevista Adrián Revello, cardiólogo del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe, en Bormujos (Sevilla) y miembro de la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

¿El síndrome de la apnea del sueño afecta a muchas personas?

Sí, es una enfermedad que tiene una alta prevalencia. En España, se estima que entre el 2% y el 4% de la población adulta sufre apnea del sueño, es decir, que hay unos 2 millones de afectados. Y, a la vez que es muy prevalente, está muy infradiagnosticado; de este total de afectados, solo entre un 10% y 15% están diagnosticados.

¿Cómo se reparten este porcentaje hombres y mujeres?

“A la mujer se le diagnostica menos la apnea del sueño”

Se estima que los más aquejados son los hombres, ya que habría entre un 2% y un 3% de mujeres afectadas, mientras que el porcentaje de hombres se sitúa entre un 4% y 6%. Se dice que por cada mujer con apnea del sueño, hay entre 2 y 3 hombres enfermos.

¿Se sabe el porqué?

Cuando la mujer aún no ha entrado en la menopausia, está protegida por las hormonas frente a esta enfermedad, al igual que frente a otras muchas, como la cardiopatía isquémica, el infarto, etc. No obstante, al entrar en la menopausia, se pierde esta defensa y se empieza a igualar. En los hombres, la apnea del sueño es más común porque tienen una mayor tendencia a un tipo de obesidad que se acumula en el abdomen (obesidad central) -que es uno de los factores de riesgo para desarrollar apneas del sueño-, que se asocia al consumo de alcohol, más frecuente en hombres.

¿De qué manera definiría la apnea del sueño? ¿Qué síntomas la caracterizan?

“Solo entre un 10% y un 15% de los afectados por apnea del sueño están diagnosticados”

Se puede sospechar del síndrome cuando las personas dejan de respirar en una hora varias veces, de forma parcial (hipoapneas) o total (apneas). Cuando estas interrupciones intermitentes de la respiración ocurren más de 5 veces en una hora (un punto de corte establecido arbitrariamente), se considera que se tiene apnea del sueño; entre 5 y 15 interrupciones de la respiración por hora se considera leve; entre 15 y 30, moderada; y, por encima de 30, la enfermedad es severa.

¿A qué se debe el bajo diagnóstico de la enfermedad?

A que la persona que sufre apneas no lo sabe, pero sí quien duerme con ella. Por lo general, los afectados son roncadores, algo que conocen quienes conviven con ellos, quienes escuchan los ronquidos y a quienes les llama la atención la presencia de periodos en los que deja de respirar. Los familiares suelen hacer referencia a estos episodios cuando acompañan al afectado a la consulta médica.

¿Por qué la apnea del sueño se relaciona con las enfermedades cardiovasculares?

“Los altibajos de presión arterial secundarios a las apneas provocan daños importantes en el cerebro, el corazón y las arterias”

En distintos estudios, desde hace tiempo se ha observado que las personas con apneas del sueño tienen más incidencia o prevalencia de hipertensión arterial, problemas coronarios y accidentes cerebrovasculares. También se cree que, en los periodos en que dejan de respirar, que son muy frecuentes, hay una falta de oxígeno en sangre que provoca que se disparen ciertos mecanismos de liberación de hormonas o sustancias que elevan la presión arterial de forma aguda. Estos picos de tensión, con subidas y bajadas intermitentes, y estos mecanismos se podrían definir como un estrés cardiovascular que, a largo plazo, noche tras noche, provocan daños importantes en distintos órganos, como el cerebro, el corazón y las arterias.

¿Es diferente la asociación entre apneas del sueño y enfermedades cardiovasculares en mujeres y hombres?

La mayor parte de los estudios que se han hecho hasta ahora se han centrado en los hombres. Este último estudio, publicado en ‘Annals of Internal Medicine’, ha realizado un análisis en mujeres. Y se ha visto que aquellas que sufren apneas del sueño, como los hombres, también tienen un riesgo aumentado de enfermedades cardiovasculares. Cuando se compara a las mujeres enfermas con las sanas, se observa que las primeras tienen 3,5 más probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular y, los hombres, un riesgo entre 4 y 5 veces mayor respecto a la población masculina no enferma.

¿Hay alguna otra diferencia entre hombres y mujeres?

“La mujer con apnea del sueño manifiesta síntomas de alteración del estado del ánimo”

A la mujer se le diagnostica menos la apnea del sueño que a los hombres, porque tiene síntomas distintos y atípicos que no se relacionan con el síndrome. Manifiestan una disminución del estado de ánimo o ansiedad y se orienta más a la depresión; apenas se piensa que pueda sufrir este síndrome y se demora el diagnóstico hasta que está en estadios muy avanzados. En el hombre, los síntomas más frecuentes son: que sea roncador, que se duerma de día y que esté irritable. La mujer suele acompañarle al médico y explica que ronca y deja de respirar. En cambio, cuando la mujer va a la consulta, no suele ir acompañada de su pareja y, si esta acude, no se ha fijado en que durante un periodo no respira.

¿Es cierto que el cansancio provocado por la falta de descanso nocturno es otro de los síntomas de la apnea del sueño?

Sí, de manera tradicional se ha considerado que uno de los síntomas de la apnea del sueño es dormirse de día, ya que de noche no se descansa. Es una situación anormal dormirse en el metro, en el autobús, en el tren, que es lo que le ocurre de forma habitual a los hombres que no duermen. Son víctimas del sueño, el cansancio, la irritabilidad; además, tienen pérdida de atención y de memoria y, en aquellos cuya actividad profesional es la conducción, se ha asociado a accidentes de tráfico. Este síntoma también pueden tenerlo las mujeres, aunque en ellas la apnea del sueño se manifiesta de manera diferente: a través de los cambios de estado de ánimo y ansiedad, síntomas que se suelen atribuir a un problema psicológico o psiquiátrico, cuando en realidad tienen un origen orgánico. Asimismo, este déficit de sueño se ha notado más en los hombres que han acudido al trabajo, mientras que ha pasado desapercibido en las mujeres amas de casa, ya que si han tenido sueño a media mañana, han estado en casa. Hoy en día, con la incorporación de la mujer a otros trabajos, todo esto está cambiando.

Cuando se trata este síndrome de apneas/hipoapneas del sueño, ¿baja el riesgo cardiovascular?

Uno de los aspectos destacables de este último trabajo es que, ante un síntoma atípico, hay que pensar siempre que una paciente mujer puede sufrir esta enfermedad y lo más importantes es que, si se trata de forma adecuada, se iguala el riesgo cardiovascular al de una mujer en condiciones normales.

Combatir el riesgo cardiovascular provocado por la apnea del sueño

La Fundación Española del Corazón (FEC) advierte de que las medidas clave para combatir la apnea del sueño y, de esta forma, reducir el riesgo cardiovascular son varias, pero, entre todas, la fundamental es evitar la obesidad y mantener un peso adecuado, con actividad física y dieta cardiosaludable. También es crucial no fumar y, en especial, “a partir de media tarde no se deben tomar bebidas alcohólicas, porque deprimen la respiración, ni tampoco ansiolíticos, porque pueden provocar una disfunción de la vía aérea”, explica Adrián Revello.

Solo con estas medidas es posible controlar muchas apneas leves. Sin embargo, en ocasiones, cuando estas son más severas, son insuficientes. Entonces hay que añadir el uso de un aparato, la CPAP (siglas de aire en presión positiva continua) a la que el afectado se conecta durante toda la noche y que impide que la vía aérea se obstruya.

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