La celebración del Día Mundial contra el Cáncer, hoy 4 de febrero, tiene por lema “Juntos somos más fuertes”, a iniciativa de la Unión Internacional contra el Cáncer, un eslogan que en España se traduce como “Contigo somos más fuertes”, de la Asociación Española contra el Cáncer. En nuestro país, cada año se diagnostican más de 200.000 nuevos casos de cáncer, aunque más de la mitad se curan cinco años después de su descubrimiento. Por eso, en este artículo se incide en que para salvar más vidas, la detección precoz es uno de los retos principales que tiene por delante la lucha contra el cáncer.
El Día Mundial contra el Cáncer se celebra hoy, 4 de febrero, bajo el lema «Together we are stronger», por iniciativa de la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), con la variante española de «Contigo somos más fuertes», de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Cada año en nuestro país se diagnostican más de 200.000 nuevos casos de cáncer y mueren alrededor de 100.000 afectados, según las cifras de incidencia de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
«Si nos fijamos en la evolución de la supervivencia, observamos que más del 50% de los casos estarán curados cinco años después de su diagnóstico, cuando antes el cáncer era sinónimo de muerte. Más del 80% de las mujeres con cáncer de mama estarán vivas después de cinco o diez años; y en la leucemia infantil, de producirse una mortalidad en más del 90% de los casos, se ha pasado a lo contrario, a que sobrevivan el 90% de los niños afectados. Claro que hay pacientes que van mal y no entran dentro de estas cifras, pero se ha avanzado mucho», apunta Ignacio Blanco, oncólogo y jefe de la Unidad de Consejo Genético del ICO L’Hospitalet y el ICO Badalona.
Por lo tanto, uno de los mitos referidos al cáncer que deben derribarse en los próximos años, según los oncólogos, es que este diagnóstico sea una sentencia de muerte. Derruir las falsas creencias respecto a esta enfermedad ha sido la propuesta del Instituto Catalán de Oncología (ICO) para celebrar este Día Mundial contra el Cáncer, puesto que hay numerosos mitos asentados y extendidos entre la población que no tienen ningún fundamento científico.
Falsos mitos sobre el cáncer
El término genérico «cáncer», que aún infunde tanto miedo en buena parte de la población, se refiere, en realidad, a más de 200 enfermedades distintas con una evolución y un pronóstico muy variables. Y, aunque el autor Siddharta Mukherjee denominara esta enfermedad como «El emperador de todos los males» en la obra con el mismo nombre con la que ganó el Premio Pulitzer, lo cierto es que hoy en día más de la mitad de los pacientes superan la dolencia. Se curan, gracias a la detección precoz de muchos tumores, que se encuentran en fases muy iniciales, y a la existencia de tratamientos cada vez más eficaces y con menos efectos secundarios, como informa el ICO.
Ningún estudio científico ha relacionado el uso de microondas o teléfonos móviles con el desarrollo de cáncer
Según esta institución, otras falsas ideas, que se han popularizado y que hay que contrarrestar, son: que si algún progenitor ha tenido cáncer, sus hijos también lo padecerán, ya que solo una pequeña parte de los tumores (entre un 5% y un 10%) tienen un componente hereditario; o que el destino determina si se sufrirá y no se puede hacer nada para evitarlo, puesto que es posible prevenirlo. Para ello, hay que seguir una alimentación sana y variada, practicar ejercicio físico cada día, vacunarse de algunos virus -como contra el virus del papiloma humano– que pueden provocar tumores, hacerse las pruebas indicadas para descubrir la enfermedad a tiempo, consultar al médico si se detecta alguna alteración en el cuerpo, evitar el tabaco, el alcohol y otras sustancias nocivas, así como el exceso de peso, y llevar cuidado al tomar el sol.
También hay personas que se sienten culpables de su dolencia y lo atribuyen a que siempre han sido débiles, cuando la personalidad proclive a la tristeza, depresión o melancolía no define un mayor riesgo de sufrir cáncer ni tampoco hará que esta enfermedad avance más deprisa. Otras piensan que si no son positivas, no se curarán, cuando lo importante es expresar las emociones. Además, tener sensación de miedo puede favorecer que el afectado, aun con cáncer, cuide más su salud. También hay quienes creen que si no reciben quimioterapia o esta no les produce efectos secundarios molestos, no saldrán adelante, lo que tampoco es cierto porque el tratamiento no es más efectivo por el hecho de provocar más efectos adversos. Además, los investigadores y los médicos trabajan para desarrollar terapias cada vez más eficaces y con los mínimos efectos secundarios posibles.
Por último, también hay ideas preconcebidas respecto a cómo se origina la enfermedad. Así, muchas mujeres piensan que tienen cáncer de mama porque con anterioridad se han dado un golpe en la zona, cuando «no hay ninguna evidencia científica de que golpearse el pecho produzca cáncer. Lo que ocurre es que, ante la dolencia, siempre se intenta buscar una explicación. Y tampoco hay, hasta la fecha, ningún estudio científico donde se hayan relacionado los microondas con el desarrollo de la enfermedad o los teléfonos móviles con el cáncer cerebral«, afirma este experto.
Detección precoz del cáncer, una asignatura pendiente
La AECC celebra este Día Mundial contra el Cáncer con la segunda edición de un foro de debate que, en esta ocasión, está dedicado a la detección precoz del cáncer, con el título «Detectarlo a tiempo puede salvarnos la vida». Se estima que, gracias a la implantación de los programas de cribado de algunos de los cánceres más prevalentes, como los de mama, cuello de útero y colon, se pueden salvar miles de vidas. En concreto, «se ha demostrado que el 90% de los tumores de colon son curables, si se aplica un programa de detección precoz, y que se podrían salvar más de 4.000 vidas al año a través del cribado poblacional«, explica Esther Díez, en representación de la AECC.
Sin embargo, el grado de establecimiento de estos programas es muy variable en el conjunto de España. En contraposición a los programas de mama y de cuello de útero que están bien consolidados, no sucede lo mismo con el de cáncer colorrectal. Ha empezado su implantación en siete comunidades autónomas, donde se encuentran en diferentes fases y con distintas coberturas: en La Rioja y Cantabria cubren al 100% de la población de riesgo; en el País Vasco tiene una cobertura del 72%; en Murcia y Valencia, del 30%; en Cataluña, del 17,7%; y en Canarias, del 15%, según datos de la AECC.
Uno de los factores de riesgo para padecer cáncer de colon es la edad, por lo que los programas para intentar detectarlo de la forma más precoz posible se dirigen a personas con edades comprendidas entre 50 y 70 años. Para ello, les invitan a la realización de un test de detección de sangre oculta en heces, una prueba no invasiva y muy barata (cuesta dos euros), tan eficaz como la colonoscopia. Esta última es invasiva, no está exenta de riesgos -como la perforación del intestino y las hemorragias-, es más cara para el sistema sanitario y su aplicación para hacer un programa de cribaje poblacional es inviable.
La razón por la que no se han implantado antes estos programas de cribado ha sido científica, ya que se desconocía si la prueba de detección de sangre oculta en las heces era igual de eficaz que la colonoscopia. Pero, en fechas recientes, ha quedado bien demostrado en diferentes estudios que ambas son igual de eficaces, lo que ha supuesto una luz verde para el impulso y expansión de estos programas, según el oncólogo Ignacio Blanco.
Las razones de que los programas de cribado de cáncer de mama y de cuello de útero estén tan bien implantados también han sido científicas.
Los primeros programas de detección del cáncer de mama datan de la década 90. Hoy en día, está muy arraigado en la población femenina que, a partir de los 50 años, se debe realizar una mamografía al menos cada dos años para detectar o descartar la presencia de un tumor mamario.
En cuanto al programa de cáncer de cuello de útero, los avances científicos han permitido averiguar que ya no es necesario realizar una citología cada año para detectarlo, porque este está relacionado con la infección por el virus del papiloma humano. Por ello, una mujer con pareja estable o con bajo riesgo de infectarse no necesita un control tan seguido. Esto ha permitido dilatar a un periodo de cada tres años la realización de la citología, “por un criterio científico y no por la crisis”, destaca el oncólogo Ignacio Blanco. Esta norma ya se aplica en Cataluña y se extiende a otras comunidades.
Así, gracias a los programas de cribaje y a una mejor caracterización de los tumores, se puede aplicar una medicina cada vez más personalizada, la clave para que más afectados sobrevivan. “Un cáncer de mama puede estar en los conductos o en los lóbulos, puede ser infiltrante o no y tener receptores hormonales. Los clasificamos mucho mejor y esto permite administrar el tratamiento más específico para cada tipo de tumor y menos agresivo. La medicina personalizada es el futuro de la oncología“, augura Blanco. Un futuro que, en parte, ya es presente.