Quistes falsos y gigantes, ¿cómo se tratan?

Tener problemas de digestión, el abdomen distendido y doloroso e, incluso, molestias en la espalda son algunos síntomas que indican el desarrollo de falsos quistes
Por Clara Bassi 26 de agosto de 2011
Img cistitis
Imagen: Robert McDonald

La inflamación del páncreas o pancreatitis puede favorecer la formación de un pseudoquiste (o falso quiste), debido a la acumulación de líquido del páncreas y restos de tejido. En ocasiones, llegan a alcanzar un tamaño considerable e, incluso, a ocupar todo el abdomen. En este caso, se les denomina pseudoquistes gigantes y deben drenarse. En la actualidad, se aplica un nuevo procedimiento que permite eliminarlos con éxito.

Un quiste es una bolsa con su propia membrana cerrada, por lo general, de origen congénito, que puede desarrollarse en distintas partes del cuerpo. En cambio, un pseudoquiste o falso quiste se adquiere y se forma a partir de una colección de líquidos, que no están encerrados por su propia bolsa o membrana. Si son de origen pancreático, la colección de líquidos se registra por diferentes causas, como un traumatismo en el abdomen o la inflamación del páncreas que, a su vez, puede manifestarse de forma repentina (pancreatitis aguda) o persistente (pancreatitis crónica).

Tienen un periodo de maduración de entre cuatro y seis semanas, durante el cual se forma su pared gruesa. Su tamaño es variable, es habitual que midan de 4 a 6 centímetros-, aunque pueden ser mayores. «Este año se ha intervenido en Barcelona un pseudoquiste crónico gigante de 12 cm después de una pancreatitis aguda, puesto que pueden aumentar de tamaño y ocupar todo el abdomen (gigantes)», detalla Modesto J. Varas Lorenzo, especialista en Aparato Digestivo de ECOEND, del Centro Médico Teknon, y del Hospital Universitario del Valle de Hebrón, ambos de Barcelona.

A pesar de que el médico puede descubrirlos mediante palpación abdominal, el diagnóstico se realiza con técnicas de imagen

A diferencia de muchas enfermedades para las cuales hay medidas de prevención, en este caso, la consigna «más vale prevenir» no sirve. Cerca del 5% de las pancreatitis agudas y entre el 10% y el 20% de las crónicas evolucionan hacia la formación de un pseudoquiste, según datos de Varas, quien asegura que, «además, pueden tener complicaciones (20%) a lo largo de su evolución, como hemorragias (6%), ruptura, infección (la más frecuente), formación de fístulas y compresión». No obstante, la buena noticia es que «no malignizan nunca», destaca este especialista.

Del diagnóstico al drenaje

Algunos síntomas que pueden indicar que una persona ha desarrollado un falso quiste son: tener el abdomen distendido, problemas de digestión y sentir dolor abdominal, que también se puede desplazar a la espalda. No solo los adultos pueden desarrollar uno, también puede haber niños afectados. A pesar de que el médico puede notarlos a través de la palpación del abdomen, el diagnóstico se realiza mediante diferentes técnicas de imagen.

Cuando alcanzan un tamaño considerable, superior a 5 centímetros, hay que eliminarlos para evitar que deriven en las complicaciones mencionadas. El tratamiento para conseguirlo consiste en drenarlos (drenaje) o extirparlos (resección). Pero ambos tratamientos quirúrgicos tienen una tasa de «morbilidad y mortalidad nada despreciables», puntualiza Varas. Además, su extirpación no evita por completo que no vuelva a reproducirse: siempre pueden volver a desarrollarse, una situación que en la jerga médica se denomina recidiva.

UNA NUEVA PRÓTESIS COMO TRATAMIENTO

Este año se han llevado a cabo en España las primeras intervenciones para eliminar los pseudoquistes, con un sistema desarrollado por K. Binmoeller, del California Pacific Medical Center, y la empresa americana Xlumena, de Mountain View (California). Se han intervenido dos casos, que han consistido en la colocación de un stent Axios, una prótesis en forma de diábolo, de nitinol y recubierto de silicona, que se deja colocado por ecoendoscopia durante días entre el estómago o duodeno y el pseudoquiste, de forma que se establece una comunicación para drenarlo de manera lenta. Cuando desaparece por completo, se retira mediante endoscopia.

Las dos primeras operaciones de este tipo realizadas en España se llevaron a cabo el 27 de mayo, a cargo de Joan Gornals Soler, del Hospital Universitario de Bellvitge de L’Hospitalet de Llobregat, y ECOEND, del Centro Médico Teknon, ambos en Barcelona. El equipo de este especialista en endoescopia insertó las dos primeras prótesis, bajo sedación, en 19 y 27 minutos. Los dos pacientes intervenidos recibieron el alta médica a las 24 y 48 horas tras la operación, sin incidencias.

Las principales ventajas de estas prótesis son, “sobre todo, la rapidez del procedimiento, ya que se disminuye el tiempo de colocación, que es menor de 30 minutos, la menor tasa de migración del pseudoquiste hacia otra zona, menos efectos secundarios y menos reintervenciones”, explica Gornals. Aunque no tiene contraindicaciones absolutas, sí algunas relativas, ya que en ocasiones, según el tipo de pseudoquiste o de su localización, es posible que no se pueda aplicar esta nueva técnica.

Respecto al futuro que se vislumbra de este nuevo procedimiento quirúrgico, los expertos piensan que “estas prótesis abren un nuevo y apasionante campo”, ya que se podrán aplicar a distintas técnicas, como las de cirugía endoscópica transluminal, a través de los orificios naturales (NOTES), y en diferentes indicaciones médicas, como el tratamiento de problemas de vesícula u obstrucciones intestinales.

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