La depresión afecta a 121 millones de personas y causa 850.000 muertes anuales, muchas de ellas por suicidio. Actualmente, está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la cuarta causa de discapacidad en el mundo y se prevé que sea la segunda dentro de 10 años. El mayor número de afectados se da en los países más desarrollados y parece que las mujeres son mucho más vulnerables que los hombres. Recientes resultados de un estudio sugieren que la cafeína tiene un efecto protector frente a la enfermedad mental y los especialistas esperan evaluar su uso terapéutico como agente preventivo.
«Tomar un café cada mañana para empezar el día con energía y, además, prevenir la depresión». Esta afirmación podría ser una clave en prevención, a tenor de los resultados de un nuevo estudio realizado por expertos de las universidades de Harvard y Columbia (EE.UU.), que sitúa a la cafeína como candidata a ser un antidepresivo natural. Los resultados de la investigación muestran que las mujeres que beben 4 o más tazas de esta bebida al día tienen un 20% menos de probabilidad de sufrir un trastorno depresivo, en comparación con quienes apenas toman esta bebida.
La cafeína es el estimulante del sistema nervioso más utilizado en todo el mundo. No obstante, el número de estudios que analizan su consumo de forma regular y sus consecuencias a largo plazo en relación a esta enfermedad mental son escasos. Por este motivo, de acuerdo a un estudio anterior en el que se demostró que los hombres que bebían café en grandes cantidades tenían menos tendencias suicidas, los investigadores quisieron comprobar si tenía influencia a largo plazo en el riesgo de depresión.
El trabajo se ha publicado recientemente en la revista «Archives of Internal Medicine» y ha requerido la colaboración de 50.739 mujeres de 63 años de edad media. Al inicio del estudio, ninguna de ellas tenía síntomas depresivos, pero a lo largo de los 10 años de seguimiento que duró el trabajo, se identificaron 2.607 casos de depresión. Los resultados, obtenidos a partir de un cuestionario validado, mostraron que quienes tomaban café con cafeína 2 o 3 veces al día tenían un 15% menos de posibilidades de sufrir la enfermedad, comparado con quienes tomaban una taza o menos por semana.
Las mujeres que tomaban más de 4 cafés al día, tenían un 20% menos de riesgo de depresión
A mayor consumo, todavía menos trastorno, ya que quienes tomaban más de 4 tazas al día tenían un 20% menos de riesgo. El descafeinado no se asoció con esta mejoría. Los investigadores reconocen que todavía no están claras las razones de tal efecto protector, por lo que se necesitan nuevos estudios para poder conocer el mecanismo de actuación fisiológico de la cafeína en la depresión y evaluar su uso terapéutico como agente preventivo.
Mujeres y ricos, los más deprimidos
Una encuesta patrocinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y realizada a 89.000 personas de 18 países muestra una relación entre el nivel económico de un país y el número de habitantes deprimidos. En contra de lo que cabría esperar, la tasa es mayor en los países más ricos. Las personas que viven en Bélgica, Francia, Alemania, Italia, España, Holanda, Israel, EE.UU., Japón y Nueva Zelanda tienen un 15% de posibilidades de padecer una depresión, frente a un 11% en Brasil, Colombia, India, China, Líbano, México, Sudáfrica y Ucrania. El trabajo se ha publicado en la revista «BMC Medicine» y lo han coordinado 20 centros.
Las cifras referentes a los episodios depresivos severos registrados en el último año revelan que la incidencia más alta se registró en India (36%), seguido de Francia (30%), Holanda y EE.UU. Por el contrario, el menor número de casos se alcanzó en China, con un 12% de incidencia. En cuanto a España, se registró una de las tasas más elevadas referidas al grado de discapacidad causada por la depresión. Según el estudio, los españoles que tienen síntomas depresivos tienen hasta siete veces más riesgo de sufrir limitaciones en su vida diaria que las personas que no sufren la enfermedad.
Otro factor diferencial destacado es la edad en la que se registran los primeros síntomas. En los países con menos ingresos, se desarrollan una media de dos años antes, pero evolucionan de tal manera, que la incidencia de enfermedad disminuye con los años. Por el contrario, en los países más ricos se desarrollan más tarde, pero aumentan conforme pasan los años. En las zonas con mayores rentas, la edad media ronda los 26 años, aunque hay disparidades entre los distintos países. En España, el trastorno se detecta más tarde, alrededor de los 30 años, mientras que en EE.UU. los afectados son más jóvenes (22 años).
Entre los países con menor renta, China cuenta con pacientes más jóvenes (18 años) comparado con India, que congrega a los más mayores (32 años). El género también es un condicionante sorprendente: los resultados revelan que hay hasta el doble de mujeres con problemas de depresión y la causa más común es la pérdida de la pareja, ya sea por muerte, divorcio o separación.
Evelyn Bromet, una de las autoras del estudio, explica que «este es el primero que utiliza un método estándar para comparar la depresión y los episodios depresivos en varios países y culturas», un aspecto fundamental porque es el primer paso para «comprender los patrones y las causas de la enfermedad, pues puede ayudar en las iniciativas globales para reducir el impacto en las vidas de las personas y para reducir la carga social que conlleva», acentúa la experta.