El pasado 31 de mayo se celebró el Día Internacional sin Tabaco, una jornada que, este año, se ha centrado en el impacto que fumar tiene en la salud cardiovascular. Y es que, como remarca la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de tabaco es un factor de riesgo importante para el desarrollo de la enfermedad coronaria, el accidente cerebrovascular y la enfermedad vascular periférica. Estos riesgos cardiovasculares se suman al de padecer cáncer. En este artículo se cuenta toda la verdad sobre el tabaco y las distintas formas de consumirlo.
A continuación se habla claro sobre el tabaco, las principales formas en las que se consume y el efecto que puede llegar a tener en la salud. Ni mitos, ni cuentos chinos. La primera verdad es que no existe ninguna forma segura ni sana de fumar.
Tabaco: muchas formas de consumirlo, ninguna segura
El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Se sabe que mata hasta a la mitad de sus consumidores, llegando a acabar con la vida de más de siete millones de personas cada año. A día de hoy, se tiene muy aprendido el riesgo que supone consumir cigarrillos industriales de las marcas típicas, pero ¿y el tabaco de liar? ¿y el cigarrillo electrónico? ¿y las pipas de agua? Es hora de despejar algunas dudas sobre otras formas de consumo de tabaco.
- Tabaco de liar. Algunos piensan que el tabaco de liar es mejor que el cigarrillo industrial por generar la sensación de que es más natural, de que se fuma menos o de que contiene menos tóxicos. ¿Esto es verdad? No. Es falso. En realidad, el tabaco de liar es más adictivo y tóxico que el cigarrillo de tabaco industrial. Contiene más monóxido de carbono y nicotina, además de que se ha comprobado que fumando este tipo de cigarrillos existe mayor riesgo de llegar a tener cáncer de laringe, esófago, faringe y boca.
Cigarrillo electrónico. Las investigaciones y la evidencia científica sobre la seguridad de los cigarrillos electrónicos son bastante limitadas. Debido a la falta de regulación y de controles de calidad, existen muchos tipos de cigarros electrónicos que funcionan de manera distinta, lo que hace aún más complicado determinar con certeza que su utilización no supone riesgo para la salud. No hay suficientes estudios que muestren que pueden ser una ayuda efectiva a dejar de fumar y la mayoría de las afirmaciones que se hacen son inexactas, engañosas o están insuficientemente probadas.
Todavía se desconoce si el mecanismo mediante el cual la inhalación pulmonar de nicotina a través de estos cigarros puede ayudar a vencer la adicción o, por el contrario, puede ayudar a mantenerla o iniciarla entre los menores. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) se desaconseja el uso de estos productos, porque, además de lo explicado, se sabe que perpetúan la adicción desde el punto de vista psicológico. La Organización Mundial de la Salud termina su informe sobre el tema de la siguiente manera: «Hasta que no haya datos, certificados por un organismo regulador nacional competente, que demuestren que los cigarrillos electrónicos son productos seguros, eficaces y de calidad aceptable, se debería advertir seriamente a los consumidores que se abstengan de utilizarlos».
- Pipas de agua (narguilas). Las pipas de agua, narguila o shisha pueden suponer un riesgo para la salud aún mayor que fumar cigarrillos. Funcionan con un sistema de combustión a base de carbón, el cual produce monóxido de carbono, alquitrán, nicotina, metales y otras toxinas, aún después de estar en contacto con el agua, que no las filtra. Al mismo tiempo, fumando pipa de agua se inspiran y emiten mayores cantidades de humo que cuando se fuma un cigarrillo industrial.
Las pipas de agua, además de ser muy dañinas para quien fuma, son también tremendamente perjudiciales para la salud del que no fuma, pero está expuesto al humo. Asimismo, las investigaciones indican que fumar en pipa de agua crea adicción y que las diversas presentaciones con olores y sabores están haciendo que muchos jóvenes se inicien en el consumo de tabaco a través de este sistema, incrementando así la cantidad de fumadores y disminuyendo la edad de inicio del consumo.
- Puros. Se puede pensar a veces que fumar puros es menos dañino que los cigarros, sin embargo, tan solo un puro puede contener la cantidad de tabaco que posee una cajetilla completa de cigarrillos. Por otro lado, el tabaco de los puros en su mayoría es añejado, fermentado, secado y sujeto a otros procesos, lo que al final hace un humo muy irritante para las vías respiratorias superiores, aunque no se inspire.
¡Ojo con la publicidad engañosa!
Diversas empresas de la industria del tabaco están llevando a cabo enormes campañas de publicidad para intentar hacer pensar que las nuevas formas de consumir el tabaco no son perjudiciales para la salud, generando nuevas marcas que transmitan otra imagen. Estas campañas no son más que un intento por «lavarle la cara» al tabaco. Los primeros estudios sobre los cigarrillos sin combustión, esos que «calientan pero no queman» el tabaco, revelan que disminuye muy poco la presencia de nicotina y que muchos otros componentes nocivos para la salud siguen estando presentes en el humo generado al fumar con estos dispositivos.
‘El último casting’, una campaña para dejar de fumar
Los fumadores no se sienten identificados con los datos mortales que supone el consumo de tabaco, y tampoco con las imágenes alarmistas de las cajetillas. Para concienciarles de la realidad del tabaco, la AECC ha lanzado una campaña para mostrar la realidad de los efectos del tabaco que, siguiendo su «manual de instrucciones», demuestra que mata. Se ha convocado un casting real para buscar «la imagen de una nueva marca de tabaco». El único requisito, que fueran fumadores. Estos fueron los resultados:
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Para realizar este artículo se han utilizado algunos segmentos del informe sobre cigarrillos electrónicos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. También se ha empleado información de la hoja informativa ‘La Salud y el Consumo de Tabaco en Pipa de Agua’, de la Organización Mundial de la Salud.