No todos los ensayos clínicos persiguen demostrar las virtudes de determinados tratamientos médicos; algunos indagan en los efectos de hábitos que pueden beneficiar o perjudicar la salud. Tres investigaciones presentadas recientemente en la reunión de la American Heart Association en EE.UU. avalan el beneficio cardiovascular de escuchar música, reír y consumir té de hibisco, además de poner de manifiesto el gran perjuicio que la adicción al alcohol causa en mujeres.
La reunión anual de la American Heart Association (AHA), celebrada este año en Nueva Orleans (Luisiana), avaló el pasado mes el beneficio cardiovascular de un hábito, hoy tan extendido, de incorporar músicas favoritas y clips graciosos de video al móvil por su efecto vasodilatador sobre el organismo. Investigadores de la Universidad de Maryland (EE.UU.) demostraron por primera vez -a través de un ensayo clínico- que el endotelio, la capa activa interior de los vasos sanguíneos, se relaja de forma consistente y prolongada bajo el efecto de una música agradable o estimulante (no necesariamente tranquila) además de por efecto de la risa.
El quid de la cuestión
«La clave está en que el equilibrio cardiovascular depende en gran medida de una mediación cerebral; sabemos que las personas con colesterol elevado o hipertensión están en riesgo, pero hay muchas personas que padecen episodios cardiovasculares solamente por efecto de un estrés mental», explica Michael Miller, primer firmante del trabajo.
El té de hibisco, rico en antocianinas, flavonoides y compuestos fenólicos, permiten reducir la hipertensión arterial moderada
La música y los chistes, añade Miller, contrapesan la influencia del estrés cotidiano hasta el punto de anular su efecto deletéreo. El estudio tomó a 10 voluntarios (siete hombres y tres mujeres) no fumadores con una edad media de 36 años. Tras medir sus valores basales, se los sometió a 30 minutos de música libremente seleccionada, 30 minutos de música impuesta, 30 minutos de música relajante y 30 minutos de visionado de videos de humor (gags).
Los autores comprobaron que el flujo mediado por una relajación vascular aumentó de media en un 26% tras escuchar su música favorita, disminuyó en un 6% tras escuchar música no preferida, aumentó un 19% tras los vídeos de humor y aumentó también, aunque sólo un 11%, tras la música relajante.
Una infusión antihipertensiva
Diane L. McKay, de la Tufts University de Boston (Massachusetts, EE.UU.) presentó un ensayo llevado a cabo con individuos moderadamente hipertensos en el que demostró que el consumo diario de una infusión con té de hibisco durante seis semanas reduce la presión arterial sistólica (máxima) un promedio de 7 mmHg. Sin embargo, al ampliar dicho consumo seis semanas más, la reducción se doblaba (14 mmHg) y disminuían, asimismo, las presiones diastólica (mínima) y de pulso.
Según la autora del estudio, el té de hibisco es rico en antocianinas y otros flavonoides además de compuestos fenólicos, que permiten reducir la hipertensión arterial moderada a unos niveles capaces de alejar el fantasma de riesgos graves por ictus o arteriopatía coronaria. «El descenso conseguido con las infusiones se comparó, además, con el de un fármaco antihipertensivo (captopril) sin que se apuntaran diferencias estadísticamente significativas en lo que a disminución de la presión sanguínea se refiere».
El estudio se llevó a cabo con 65 pacientes de ambos sexos y una edad media de 50 años. Un saquito al día con 1,25 g de hibisco seco, infusionado en agua caliente por espacio de seis minutos, bastó para conseguir el inaudito efecto.
Bebedoras en riesgo
Otro estudio presentado en el evento, llevado a cabo por un médico suizo, David Conen, en la Universidad de Harvard en Boston (Massachusetts), señaló que las mujeres que consumen mucho alcohol no sólo tienen un riesgo de sufrir cirrosis en el hígado (muerte progresiva del tejido hepático), sino que pueden poner en jaque el corazón por medio de una fibrilación auricular (arritmia). Este trabajo, publicado en la última edición de la revista «Journal of the American Medical Association», parte de un misterioso incremento de arritmias con fibrilación auricular estadísticamente detectado durante periodos festivos o fines de semana en mujeres y por causa desconocida.
En el caso de los hombres, se conocía que el consumo abusivo de alcohol daña el ritmo cardiaco y puede causar fibrilación auricular, pero los cardiólogos no imaginaban que en mujeres dicho efecto pudiera ser incluso más acentuado. Los autores de este estudio tomaron a 653 mujeres con fibrilación auricular y demostraron que el riesgo de padecer esta arritmia se dispara a partir de un consumo medio de más de dos copas diarias de bebidas alcohólicas.
Tan pronto como en el año 2010, las estadísticas de mortalidad por enfermedad que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS) van a dar un giro más que significativo. Lo vaticinaba en Nueva Orleans el presidente de la American Heart Association, AHA, Tim Gardner, en el sentido de que las enfermedades cardiovasculares dejarán de ser las principales culpables de la mortalidad de población enferma, para ceder el primer puesto a los cánceres. “Sería una buena noticia para los cardiólogos, apuntaba Gardner, si no fuera por el hecho de que cada vez hay más pacientes cardiovasculares con un cáncer subsidiario“.
El especialista del corazón recordó que los cánceres de 1975 doblaron en número en el año 2000 y que se espera que vuelvan a doblar en el 2020 y se tripliquen en el 2030… . El informe de la OMS que citó Gardner recala en las nefastas consecuencias del tabaquismo en países en vías de desarrollo como India. “En aquel país se espera que en el año 2020 mueran más de un millón de personas de cáncer, estrictamente por consumo de tabaco“.
El tabaco, subrayó el presidente de la AHA, es el paradigma de un riesgo tanto oncológico como cardiovascular y recordó que en EE.UU., pese a la eficacia de las campañas antitabaco, siguen produciéndose cada año 440.000 muertes vinculadas a este hábito tóxico.