Desde hace unos meses, las autoridades sanitarias españolas llevan impulsando distintos proyectos dirigidos a fomentar una dieta saludable y unos hábitos de alimentación correctos. El pasado 28 de mayo, el Día Nacional de la Nutrición, impulsado por la Federación de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), ponía especial énfasis en la alimentación infantil, uno de los sectores más sensibles a las consecuencias de una mala alimentación. La edición de este año ha pretendido concienciar a educadores, niños y padres de la importancia de la alimentación en la infancia y su influencia en la edad adulta.
Estudios recientes han ido confirmando, a lo largo de los últimos meses, una clara tendencia de cambios en los hábitos alimentarios que, lejos de constituir una opción válida de alimentación, se están convirtiendo en una de las principales amenazas de salud.
Los casos de obesidad y sobrepeso representan un problema en fase de crecimiento que, de no ponerse manos a la obra, puede llegar a cifras alarmantes. En España, las cifras recientes de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil (de 2 a 24 años) reflejan que el 13,9% de esta población es obesa y el 26,3% tiene sobrepeso.
Con el fin de aliviar esta tendencia, FESNAD promueve algunos hábitos básicos de nutrición, como la lactancia materna durante los seis primeros meses de vida, elaborar menús variados, elegir raciones adecuadas a la edad de los niños, animarlos a probar nuevos sabores y hacerles partícipes de la preparación de las comidas. Bajo el lema Ejercicio y buena alimentación para un futuro mejor, los responsables de FESNAD han destacado la importancia de llevar una dieta adecuada y unos hábitos de ejercicio determinados.
Desde finales de 2004, la nutrición durante la infancia y la adolescencia protagoniza un papel destacado de la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y prevenció de la Obesidad (NAOS) impulsada por el Ministerio de Sanidad y Consumo. Dentro de esta estrategia, el manual La alimentación de tus niños es un elemento esencial, dada la importancia que una alimentación sana tiene durante este periodo de vida. Los expertos destacan que es en esta etapa cuando empiezan a establecerse los hábitos alimentarios que, a partir de la adolescencia, se hacen más resistentes al cambio.
Iniciativas nutricionales
Los cambios en los hábitos alimentarios y la falta de ejercicio físico influyen en el aumento de la obesidadNumerosas campañas y proyectos ocupan un lugar preferente en el sector de la nutrición. En el ámbito nacional, no cesan las propuestas para fomentar hábitos de vida saludables para la prevención de la obesidad. Una de estas propuestas se presentaba hace unas semanas bajo el título Muévete contra la obesidad infantil, cuando el Ministerio de Sanidad y la ACB firmaban un convenio de colaboración, enmarcado en la Estrategia NAOS.
Combatir la obesidad y reducir la tendencia creciente al sedentarismo son dos de los objetivos de este acuerdo, que se prolongará a lo largo de 2005. Y es que, según la última Encuesta Nacional de Salud, casi el 55% de los españoles manifiesta que no realiza ningún tipo de ejercicio físico. Los mismos datos reflejan que los jóvenes pueden llegar a pasar una media de 2 horas y 30 minutos al día frente al televisor, además de media hora jugando con videojuegos o con el ordenador.
Con anterioridad a este convenio, Sanidad firmaba otro con la Fundación Coca-Cola, con una duración inicial de tres años (válido hasta 2008). Enmarcado también en la Estrategia NAOS, el proyecto analiza el sobrepeso y la obesidad, una de las mayores «amenazas para la salud de la población española», según reconocía Elena Salgado, ministra de Sanidad. En el ámbito comunitario han ido apareciendo también otras iniciativas similares. En el caso de Cataluña, por ejemplo, las consejerías de Salud y de Educación presentaban hace unos días la guía La alimentación saludable en la etapa escolar.
Facilitar a los centros educativos y a las familias herramientas para revisar las planificaciones alimentarias ha sido uno de los principales objetivos contenidos en esta guía, que ofrece recursos en relación al equilibrio y la calidad nutricionales así como en relación a los valores de convivencia y sociabilidad propios del acto de comer. En opinión de Marina Geli, consejera de Salud de Cataluña, «la educación alimentaria y nutricional es un proceso básico ligado a la promoción de la salud y a la prevención de determinadas enfermedades como la obesidad, que últimamente ha experimentado un incremento importante».
Según los resultados de una encuesta de alimentación y nutrición 2002-2003, realizada por el Departamento de Salud de Cataluña, la población de esta comunidad mantiene un patrón de consumo de alimentos característico de los países mediterráneos, valorado positivamente por los expertos. Sin embargo, y respeto a la última encuesta 1992-1993, se observa una disminución en el consumo de frutas, hortalizas y pescado, y un incremento del consumo de bollos. La necesidad de un cambio de esta tendencia es esencial ahora para garantizar una correcta salud nutricional.
Si un sector ha cobrado especial importancia a la hora de establecer parámetros correctos de alimentación, éste es el de los comedores escolares. En este sentido, la importancia de estos centros debe valorarse teniendo en cuenta que un 20% de los niños y niñas realiza, durante cinco días a la semana, su comida principal en el centro de enseñanza, porcentaje que aumenta hasta el 32% en el grupo de edad de 2 a 5 años.
En febrero de 2005, el Ministerio de Sanidad ponía en marcha un Proyecto de Real Decreto para ofrecer un servicio de comidas preparadas seguras y de acuerdo con las características de una dieta saludable.
La existencia del comedor escolar viene recogido en el artículo 65 de la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo, como un servicio que presta la Administración educativa y que contribuye a una mejora de la calidad de la enseñanza. Uno de los aspectos que deben fortalecer en este sector es el de la nutrición, dirigida especialmente a la educación en estilos de vida y alimentación saludables, teniendo en cuenta que los comedores escolares se encuentran bajo el ámbito de aplicación de distintas disposiciones generales de índole sanitaria.
El papel de profesionales, diplomados o licenciados es esencial para la elaboración de los menús, ya que éstos deben constituir la base de una dieta saludable, equilibrada y adecuada a las necesidades nutricionales (aportes calóricos, características gastronómicas de la zona o distintos procedimientos de preparación de las comidas).
A pesar de la importancia que tienen los comedores escolares a la hora de ofrecer una alimentación saludable, los responsables sanitarios advierten que no sería justo «cargar todos los problemas de trastornos alimentarios a la escuela». Para que los jóvenes adquieran hábitos alimentarios saludables, es necesaria la implicación y la responsabilidad de todos, incluyendo las familias.
