La Unión Europea acaba de presentar nuevas normas para la comercialización de juguetes. Además de incrementar la seguridad de estos productos proponiendo límites más bajos de determinadas sustancias que pueden ser tóxicas, como el plomo y el cadmio, las nuevas condiciones contemplan la posibilidad de que los consumidores puedan extraer los juguetes que ofrecen algunos productos alimenticios sin necesidad de abrir el envase del producto.
La UE ha presentado nuevas medidas para restringir las condiciones de venta de juguetes que van acompañados de algún tipo de producto alimenticio. Según las nuevas propuestas comunitarias, presentadas el pasado 25 de enero y que sustituirían la actual directiva de 1988, «cualquier juguete vinculado a un producto alimenticio será prohibido por el riesgo de que los menores se lo traguen», reconoce Günter Verheugen, comisario de Empresa e Industria. De la propuesta quedan exentos los huevos de chocolate que incluyen una sorpresa ya que el juguete se presenta envasado y puede abrirse sin tener que comerse necesariamente el chocolate.
¿Alimento o juguete?
Los productos alimentarios no podrán ir acompañados de juguetes como regalosLas condiciones de venta de los nuevos productos que aparecen en el mercado, que combinan alimento y juguete, establecen que este último vaya envuelto de manera que no se contemple el riesgo de que sea consumido, es decir, se prohibirán los juguetes que aparezcan envueltos por alimentos. Además, obligan a dotar el producto de etiquetado necesario para que el consumidor identifique de forma clara y correcta el contenido exacto. La propuesta comunitaria fortalece además las condiciones de venta para los juguetes, para los que prohíbe el uso de productos químicos potencialmente nocivos y establece normas más estrictas y advertencias obligatorias de la presencia de piezas pequeñas.
Desde la Asociación Europea de Consumidores (ANEC, en sus siglas inglesas), apoyan la necesidad de restringir los usos de «alimentos con juguetes», especialmente los que se venden en las bolsas de patatas fritas o de cereales. El envoltorio para los juguetes se hace imprescindible con el fin de evitar posibles contaminaciones en el alimento, y evitar casos como el detectado en Chile en 2004, cuando el Servicio de Salud (Sesma) retiraban del mercado cajas de cereales que contenían figuras de personajes de dibujos animados fabricados con tolueno, un producto prohibido por su toxicidad.
De lo que se trata es de establecer las diferencias entre lo que es puramente el alimento y el juguete, y restringir los usos de cada uno de ellos a lo que establece la legislación en cuestión, que para ANEC es «muy restrictiva» en el caso de los juguetes, aunque «más permisiva» para los alimentos. Desde la asociación instan a que el juguete no se encuentre mezclado con el alimento porque los menores pueden confundirlo.
Marca de garantía
La UE tiene previsto durante el primer semestre de 2008 presentar también una nueva propuesta sobre el etiquetado de los juguetes para evitar «falsificaciones», como el caso de los que se venden bajo la marca CE. Esta marca garantiza que el producto en cuestión cumple con los requisitos de fabricación, comercialización y etiquetado que exige la norma, pero que en algunos casos se usa de forma fraudulenta. El objetivo es que todas estas normas puedan entrar en vigor a principios de 2009, una vez recibido el visto bueno.Una investigación realizada por expertos del departamento de Agricultura estadounidense demuestra que el consumo de azúcar ha aumentado de forma considerable en los últimos 50 años. Dulces y bebidas azucaradas son algunos de los alimentos cuyo consumo incluye azúcares, un producto al que se le ha asociado un posible efecto adictivo. Sin embargo, si bien algunos estudios defienden este papel, otros mantienen que no hay evidencias concluyentes que lo demuestren.
Otro de los planteamientos que han surgido en los últimos meses incide en la creciente incidencia de sobrepeso y obesidad, que ha obligado a tomar medidas que orienten al consumidor a identificar el tipo de nutrientes que aportan los alimentos elaborados. En este sentido, un grupo de científicos del Centro de Investigación en Nutrición de Beltsville, en EE.UU., desarrollaban una «tabla de interés especial» destinada a conocer la cantidad exacta de azúcares añadidos a los alimentos durante el proceso de elaboración. ‘Database for added sugars content of selected foods’ incorpora por orden alfabético un total de 23 grupos alimenticios, como productos horneados, comidas rápidas y bocadillos, la mayoría de ellos de consumo habitual.