El estudio EnKid sobre nutrición de la población española de entre 2 y 24 años, publicado en el año 2000, identificaba Canarias como una de las comunidades con más niños y niñas obesos (el 18%) o con sobrepeso (32,8%). A la vista de estos datos, la catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna, Ángeles Arias, decidió iniciar un estudio con niños de cuarto de primaria de Tenerife, un estudio que además de dar a conocer en detalle la situación incluyera una parte importante de educación nutricional. El trabajo realizado por Ángeles Arias, financiado por la Fundación Canaria de Investigación y Salud y realizado con la colaboración de los departamentos de Pediatría y Estadística de la Universidad de La Laguna, se ha basado en una muestra de 563 escolares de catorce colegios de distintas zonas de la isla y, por tanto, con un entorno sociocultural variado. La toma de datos acabó a finales del año pasado, y los investigadores no tienen aún resultados finales. Pero los preliminares confirman los datos anteriores. Arias repite el mensaje que no se cansan de lanzar los expertos. “Si no se previene la obesidad infantil, la incidencia de cáncer y enfermedades cardiovasculares aumentará”.
Algunos sí. Hemos hallado que hay un 11,4% de niñas obesas y un 11.3% de niños. Y el porcentaje de sobrepeso es de 13,6% en chicas y 15,1% en chicos. También sabemos que en ambos sexos predomina la obesidad de tipo central, que es la que más se relaciona con enfermedades cardiovasculares.
Es que nuestro estudio se centra en una franja muy concreta de edad. No contradice al estudio EnKid.
En cuanto a las medidas, también medimos los pliegues cutáneos para hallar la distribución de la grasa. Pero el trabajo incluía además una encuesta bastante amplia para conocer los hábitos alimentarios y la actividad durante el ocio -como si hacían o no ejercicio físico. También impartimos en cada colegio ocho charlas de media hora sobre educación nutricional, e hicimos una encuesta posterior para ver si efectivamente habían funcionado. En realidad, lo que se busca es una ‘educación transversal’, que todas las asignaturas consideren incluir este tipo de conceptos en sus materias.
A los nueve o diez años es cuando mejor se pueden corregir los hábitos, en adolescentes ya es complicado.
“No hay alimentos buenos ni malos, todos son buenos dentro de una alimentación equilibrada”
Dividimos a los niños en cuatro grupos: de bajo peso; peso normal; sobrepeso; y obesidad. Vimos que las niñas con bajo peso y con obesidad y los niños con sobrepeso y obesidad tenían un nivel nutricional bajo. Los demás tenían un nivel medio, ninguno alto. Por ejemplo, hay un porcentaje elevado que come bollería en el desayuno.
En todos los estudios se ve que es una de las comidas más importantes. Y nosotros vemos que hay un porcentaje elevado de niños y niñas obesos que no desayunan.
Y hemos comprobado que la mayoría de los escolares hace poco ejercicio, y que es un dato muy relacionado con la cantidad de horas que ven la tele. La mayor parte la ve entre una y tres horas diarias.
La verdad es que nos dimos cuenta de que a pesar que en los colegios se les insiste, no tenían ni idea. Realmente a esa edad no son conscientes. Por ejemplo, saben que deben comer fruta, pero no el porqué. Y tampoco lo hacen.
Muchos comen hamburguesas una o más veces a la semana. Lo que menos les gusta son las legumbres y el pescado. Comen una fruta al día, cuando deberían comer tres, por ejemplo a media mañana, en el desayuno y en la merienda. Y les encantan los refrescos y los zumos y envasados.
Depende, porque muchas veces son bastante azucarados, y además hay que fijarse en el porcentaje en fruta, que no siempre es alto. Y también llevan conservantes… Sería mucho más sano tomar la fruta entera. Pero lo importante es transmitir que no hay alimentos buenos ni malos, todos son buenos dentro de una alimentación equilibrada.
Son muchos factores. Por un lado, los hábitos de ocio son cada vez más sedentarios. Y muchos colegios ahora tienen jornada continua, con lo que los niños tienen más tiempo libre que llenan con muchas horas de videojuegos. Debería haber más instalaciones deportivas, y los colegios ofertar actividades por las tardes.
Y por otro lado, es más fácil dar para merendar galletas y zumo que bocadillo y fruta. Y es más rápido usar comida preparada que hacer un potaje de verduras o de legumbres. Además hoy en día hay mucha oferta. A los niños se les premia con pizzas o yendo al McDonalds, y todos los colegios tienen cerca puestos donde comprar chucherías. Muchas veces los padres dan a los niños dinero para que se compren lo que ellos quieran, su desayuno, en el recreo. Ese es un tema que habría que estudiar.
Es algo que se ve en todas las comunidades y a todas las edades. En Canarias más, pero las diferencias no son excesivas.
Todavía no, pero es esperable que ocurra. Si esto no se ataja, en el futuro podrían aumentar de forma importante las enfermedades cardiovasculares y el cáncer en Canarias.
En el estudio EnKid, las zonas geográficas con más obesidad infantil son Canarias y Andalucía. En Europa también el Sur es, en general, más obeso: España, Italia y Grecia. Pero no es cuestión de latitudes, porque también en Galicia hay un alto porcentaje de obesos. Los expertos lo relacionan con un entorno social, cultural y económico más deprimido, donde hay menos información y menos recursos para combatir una epidemia mundial.
En el trabajo dirigido por Ángeles Arias, de la Universidad de La Laguna, también se estudió este parámetro, y otros: si el niño comía o no en el comedor escolar; quién se ocupa de su alimentación; o cuántas comidas hace al día. Pero los datos aún están en proceso. Se presentarán en el I World Congress of Public Health Nutrition, que se celebrará del 26 al 30 de septiembre en Barcelona.