Un análisis del riesgo alimentario, la implantación del sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPC), de los estándares para subproductos animales y del bienestar animal son algunas de las acciones que forman parte de la iniciativa comunitaria Better training for safer food. Inaugurada en 2006, ahora esta iniciativa pretende ir más allá y fortalecer aún más los lazos entre seguridad y alimentación. A las acciones que ya están en marcha se suma el control de las zoonosis, de los materiales en contacto con alimentos y la evaluación de productos utilizados en cultivos. La esencia del enfoque comunitario es adoptar medidas coherentes «de la granja a la mesa».
En septiembre de 2006 la Comisión Europea iniciaba una tarea destinada a fortalecer la formación en seguridad alimentaria y desarrollar, en un futuro, nuevas estrategias de acción en este ámbito. La finalidad es garantizar un nivel elevado de seguridad alimentaria, salud animal, bienestar animal y fitosanidad dentro de la UE. Para ello no sólo es necesario actuar sobre la legislación en esta materia, sino también sobre los sistemas de control que acreditan que se cumplen estas condiciones normativas. Según concluye el primer informe anual publicado hace unos días por la Comisión Europea, durante el año 2007 está previsto que se llegue a ampliar en 12 los ámbitos de actuación, frente a los cinco de 2006, y se trabajará para otorgar a las autoridades de control el conocimiento necesario de la normativa comunitaria sobre seguridad alimentaria.
El punto clave del programa Mayor formación para una alimentación más segura reside en facilitar un conocimiento pleno de la normativa comunitaria de manera que los alimentos, tanto los destinados a personas como animales, puedan dar respuesta a lo que dispone. Entre los programas iniciados ya destacan los destinados a terceros países sobre los estándares de importación a la UE para pescados y fruta y el control del virus de la gripe aviar altamente patógeno. Tres de los cinco programas iniciados en 2006 cubren el control de las zoonosis, de los materiales en contacto con alimentos y la evaluación de los productos utilizados en cultivos. Para Markos Kyprianou, comisario de Salud, el informe arroja información positiva para los próximos años, en los que está previsto obtener «buenos resultados en términos de seguridad alimentaria».
Instrumentos eficaces
Los esfuerzos comunitarios iniciados en 2006 por fortalecer los lazos entre seguridad y alimentación se acaban de estrechar en 2007Una de las apuestas más fuertes del programa europeo es el sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPC), considerado uno de los instrumentos más eficaces en seguridad alimentaria. Mediante este sistema, cuya implantación en la UE está muy generalizada, se analizan los peligros y se identifican los puntos en los que es más necesario prevenir, eliminar o reducir riesgos. Así, se establecen los límites críticos en los que los peligros llegan a ser inaceptables y se supervisan los puntos de control críticos. Pero este sistema no es eficaz sin la capacitación necesaria, según reconoce también la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Y esta preparación pasa por saber interpretar la terminología y los criterios de aplicación del sistema; todo ello permitirá, según los expertos, dar un enfoque armonizado de la inocuidad de los alimentos.
En el apartado de las zoonosis, las enfermedades que se pueden transmitir de animales a personas, la formación pasa por capacitar a los Estados miembros a supervisar los principales agentes zoonóticos y verificar los criterios microbiológicos en alimentos. El trabajo en este ámbito se centra sobre todo en patógenos como Salmonella y Listeria, dos de los patógenos con más incidencia en la UE. También se incluye un apartado para la importación de alimentos pesqueros y de acuicultura procedentes de terceros países. Una de las condiciones que impone la normativa comunitaria es que cualquier producto, aunque provenga de un país en vías de desarrollo, debe cumplir con las exigencias comunitarias. Para ello, es imprescindible aplicar controles adecuados.
Para que la formación en seguridad alimentaria sea la más adecuada debe tenerse en cuenta lo que expone la normativa en cuanto a alimentación, piensos, salud animal, bienestar de los animales y los requisitos fitosanitarios. Así, lo que establece la ley sigue los criterios internacionales que adoptan organismos como la Organización Mundial de Seguridad Alimentaria (OIE), el Codex Alimentarius y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Tanto empresas de producción, transformación, conservación o distribución, así como importadores y empresas instaladas en terceros países deben tener los conocimientos técnicos adecuados para realizar los controles más eficaces, teniendo en cuenta siempre lo que establece la normativa comunitaria.
Con todo ello no sólo es posible una mayor uniformidad de los procesos de control, según los responsables de la iniciativa, sino también «aumentar la eficacia de estos controles» y, por tanto, la seguridad de los alimentos. El sistema de formación comunitaria va enfocado sobre todo a definir prioridades y a elaborar un programa de formación. En el Reino Unido, por ejemplo, la Agencia de Normas Alimentarias (FSA, en sus siglas inglesas) acaba de presentar nuevas pautas que ayudan a los productores a aplicar las condiciones legislativas en materia de seguridad alimentaira. «Compartir experiencia y promover buenas prácticas de producción ayuda a reducir el número de incidentes por contaminación», asegura los expertos. De nuevo aquí se hace especial énfasis en el sistema ACCP. Las recientes estrenadas pautas irán actualizándose para adaptarse a las nuevas necesidades del sector.