Seis departamentos de cuatro universidades (Universitat Autònoma de Barcelona, Universidad Complutense de Madrid, Universitat de Lleida y Universidad Rovira i Virgili), el Instituto de Investigación y Tecnologías Alimentarias de Cataluña (IRTA, en sus siglas inglesas) y un total de ocho empresas participan en un proyecto de investigación para el diseño de alimentos funcionales para la prevención y el tratamiento de Alzheimer i las enfermedades cardiovasculares.
El objetivo de este proyecto, en el que participan más de expertos, es generar alimentos que reduzcan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y Alzheimer, así como mejorar la calidad de vida tanto de las personas afectadas como de sus familiares. Se trata de una iniciativa que incluye tanto investigación básica como aplicada, que generará nuevas metodologías productivas y que permitirá la aparición de nuevos productos de consumo que aumentarán la seguridad alimentaria.
El papel de las universidades en este proyecto es desarrollar las investigaciones relacionadas con la salud. El estudio es uno de los 16 que se enmarcan dentro del programa CENIT, del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), órgano dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que está destinado a fomentar la cooperación en I+D+I entre el sector público y el privado.
Alimentos funcionales
Los alimentos funcionales contienen componentes biológicamente activos que ofrecen beneficios para la salud y reducen el riesgo de sufrir enfermedades, aseguran los expertos. Se trata de alimentos que contienen determinados minerales, vitaminas, ácidos grasos o fibra alimentaria. Puede tratarse tanto de un alimento natural como de un alimento manipulado con el fin de ofrecer o eliminar un determinado componente.
Actualmente existe una gran variedad de alimentos funcionales a disposición de los consumidores. Los expertos admiten que es necesario identificar cuáles son los alimentos funcionales que pueden mejorar la salud y el bienestar de las personas, es decir, debe profundizarse en un marco regulador que proteja a los consumidores de las atribuciones de propiedades falsas o confusas.
En la Unión Europea se ha creado la Comisión Europea de Acción Concertada sobre Bromatología Funcional (FUFOSE, en sus siglas inglesas), que tiene como finalidad desarrollar y establecer un enfoque científico sobre las pruebas necesarias para dar apoyo al desarrollo de productos alimentarios que puedan tener un efecto beneficioso para la salud.