Conciliar la tecnología con la productividad ganadera constituye uno de los objetivos del Código-EFABAR, destinado a mejorar la cría y la reproducción de los animales de granja. La plataforma comunitaria, presentada hace unos días, define cuáles son las acciones que deben aplicarse en el inicio de la cadena alimentaria para aumentar la calidad del producto final, y cuál es el papel que desempeña el «ganadero de selección» en esta calidad.
El sector europeo de la mejora genética ganadera acaba de estrenar en la Unión Europea una nueva herramienta para la que no sólo prima la reproducción animal como factor determinante en la seguridad alimentaria y la calidad de los alimentos, sino también el bienestar de los animales y la «selección sostenible». El Código-EFABAR (Plataforma tecnológica para la cría y la reproducción sostenibles de los animales de granja), desarrollado con el apoyo del Programa Marco Europeo de Investigación, pretende ser un punto de apoyo a los ganaderos para asegurar las máximas garantías en las prácticas de selección y reproducción de animales destinados a la producción. De aplicación voluntaria por parte de las empresas, la esencia del código está en que ofrece la posibilidad de producir alimentos de calidad a través de sistemas de producción sostenibles de sanidad y bienestar animal.
La idea nace de dos proyectos previos, Mejora genética de los animales de producción, por un lado, y SEFABAR (Sustainable European Farm Animal Breeding and Reproduction), por otro lado. Partiendo de estas premisas, uno de los objetivos de la nueva plataforma es dar respuesta a las principales demandas de los consumidores, que van de la seguridad alimentaria y la salud pública, hasta la calidad de los productos, la diversidad genética, la salud y el bienestar animal y el respeto al medio ambiente. El informe del código, presentado el pasado 2 de marzo en París, expone al sector europeo de cría de animales de granja los retos a los que debe hacer frente, entre ellos garantizar una producción sostenible con leve impacto medioambiental y ofrecer una fuente alimentaria rentable.
Selección genética
La selección ganadera permite obtener animales más resistentes a enfermedadesDesde hace tiempo los ganaderos han utilizado técnicas de alimentación selectiva para mejorar la calidad de sus animales de cría. La selección genética se utiliza, por ejemplo, para criar vacas que produzcan más leche, cerdos con mayor y mejor calidad de carne, y gallinas con alta productividad de huevos. Alcanzar todas estas mejoras debe ir de la mano de unas prácticas que respeten el bienestar de los animales. Para ello, los ganaderos deben partir de un esquema común, que se inicia con la definición de los objetivos de selección seguido de la identificación de los animales o grupos de animales con un nivel genético deseado, el uso de animales seleccionados para la reproducción y la selección, y la evaluación de los resultados obtenidos para definir los objetivos.
Uno de los ejes centrales de lo que algunos denominan «revolución ganadera» es mejorar la capacidad genética de los animales de granja e incrementar así el grado de resistencia a ciertas enfermedades. Las Organizaciones de Selección y Reproducción ganaderas (OSR), conscientes de los riesgos de transmisión de enfermedades de una generación a otra de animales, podrán tratar de mejorar la resistencia natural de los animales a las enfermedades de manera que se reduzca la necesidad de utilizar medicación y se reduzca la aparición de zoonosis. En España, por ejemplo, se aprobaba hace unos meses el programa nacional de selección genética para la resistencia a las encefalopatías espongiformes transmisibles (ETT) en ovinos, aplicable a todas las explotaciones de ganado ovino con rebaños de alto valor genético.
Exigencias éticas
Las empresas que decidan acogerse a este código deberán aplicar, durante el año 2006 y hasta el 2007, unos criterios comunes para la gestión de los criaderos europeos. A partir de entonces, se revisarán para iniciar otro periodo. En esta revisión participarán criadores, especialistas en el sector de la ganadería, la biotecnología, expertos en bienestar animal, expertos jurídicos, sociólogos, economistas, científicos, ONG y asociaciones de consumidores. Bruselas prevé que se adhieran a este código unas 10 organizaciones, que no sólo deberán aplicar las últimas tecnologías en el ámbito de la genética y la reproducción, sino que deberán tener en cuenta las exigencias éticas y la aceptación social de estos avances.Conjugar de forma equilibrada los dos aspectos incide directamente en la calidad de los productos, como han demostrado varias investigaciones. Hace tan sólo unas semanas, la Comisión Europea concretaba, para los próximos cinco años, los trabajos de creación de un Centro Europeo para la protección animal, cuya base fundamental es asegurar un correcto tratamiento de los animales destinados al consumo humano, aspecto que implica una mayor calidad del producto final. La idea es que «calidad alimentaria» implica «calidad ética», tal y como demuestran estudios que reflejan que el estrés o el sufrimiento excesivo de los animales repercute directamente en la calidad de la carne.
Las empresas cuentan ahora con todo un manual con recomendaciones sobre la manera más adecuada de seleccionar a los animales, las formas más correctas de identificación y registro y crías, y el análisis de aspectos tecnológicos como la inseminación artificial, la transferencia embrionaria o la clonación, algunas de las técnicas que, más allá de trascender el ámbito de la producción animal, pretenden mejorar la rentabilidad de las granjas.
Un ejemplo de la mejora de esta rentabilidad lo constituye el logro presentado hace sólo unas semanas por el Centro de Investigación y Tecnología Animal (CITA), que ha obtenido embriones clónicos de cerdo hasta el estado de 4-5 células, un paso más hacia la clonación somática en porcino que podría ayudar a conseguir cerdos resistentes a enfermedades. El centro está a la espera de los resultados in vitro que se consigan a lo largo de este año. Los embriones se han obtenido a partir de óvulos procedentes de ovarios de matadero. Hasta ahora, ya se han logrado embriones en estadio de blastocitos.
A través de la manipulación genética, científicos alemanes proponían, a finales de 2005, crear reses inmunes a la encefalopatía espongiforme bovina (EEB). Para ello, expertos de la Universidad Clínica de Munich han implantado en el útero de algunos ejemplares embriones desprovistos de priones, las proteínas causantes de la enfermedad. Los científicos insisten, sin embargo, que se trata de una investigación embrionaria, y que «todavía pueden pasar muchas cosas, aunque la situación es prometedora», admitía Stefan Weiss, director de la investigación.