Colorantes alimentarios e hiperactivad infantil

Un estudio británico sugiere que existe una relación entre el consumo de ciertas combinaciones de colorantes y la hiperactividad infantil
Por Maite Pelayo 21 de septiembre de 2007

Un estudio encargado por la Agencia de Seguridad Alimentaria Británica (FSA, en sus siglas inglesas) a la Universidad de Southampton sobre colorantes alimentarios ha encontrado una relación estadística entre ciertas combinaciones de estas sustancias, utilizadas frecuentemente en bebidas refrescantes y en otros productos consumidos por niños, y un incremento de la hiperactividad infantil. Se trata de algunas combinaciones de colorantes las que, junto al consumo de benzoato sódico (E211), un conservante antimicrobiano, provocarían supuestamente síntomas de hiperactividad en niños, especialmente entre los de menor edad.

El estudio, realizado a más de 300 niños de distintas edades, ha analizado las combinaciones del colorante amarillo anaranjado (E110), tartrazina (E102), camoisina (E122) y rojo cochinilla 4R (E124) por un lado y, por otro, el amarillo anaranjado (E110), amarillo quinoleina (E104), carmoisina (E122) y rojo allura (E129). Las conclusiones se han puesto en conocimiento de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que actualmente se encuentra en pleno proceso de revisión de la seguridad de los colorantes, cuyos datos toxicológicos son los más antiguos, en cumplimiento de los establecido en la legislación comunitaria.

Tanto la EFSA como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierten a los padres con hijos con hiperactividad, que afecta aproximadamente a un 3% de los niños menores de siete años, que sus síntomas podrían mejorar eliminando de su dieta los productos con los colorantes referidos. Aunque insisten en recordar que los trastornos de comportamiento ligados a la hiperactividad infantil están vinculados a diversos factores (genéticos, ambientales o educacionales), lo que indica que la eliminación de estos colorantes puede no producir ninguna mejora. La AESAN, por su lado, recuerda que es de obligado cumplimiento en la UE especificar en el etiquetado de los productos alimentarios la presencia de los aditivos que contiene, lo que permite identificar fácilmente los colorantes y, por tanto, admitir o rechazar el alimento.

Investigación abierta

La vía de investigación sobre la posible relación entre el consumo de ciertos aditivos e hiperactividad en niños aún queda abierta
La EFSA ya ha comunicado que tendrá en cuenta esta investigación en sus trabajos de evaluación y que publicará presumiblemente a finales de 2008 la revisión de los colorantes que están aprobados para su uso en la UE. Actualmente, todos estos aditivos están autorizados en la industria alimentaria para su uso en bebidas refrescantes, golosinas, helados y bollería, productos consumidos habitualmente por niños. La Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas (ANFABRA) asegura en un reciente comunicado que ninguna bebida refrescante comercializada en España contiene las mezclas de aditivos relacionadas con el aumento de hiperactividad en niños, y reconoce que el estudio tiene carácter estadístico, por lo que sus conclusiones deberán ser evaluadas en el futuro.

Y mientras concluyen los estudios y reevaluaciones que podrían confirmar (o no) esta relación estadística y, por lo tanto, la aplicación de las medidas restrictivas pertinentes, tanto nutricionistas como pediatras aprovechan para recordar a los padres la importancia de seguir una dieta equilibrada, completa y especialmente rica en alimentos frescos en la que los productos procesados con alto contenido en grasas, sales o azúcar sean restringidos. No en vano los expertos han debatido durante años, sin llegar a conclusiones definitivas, la posible relación entre el consumo de aditivos y la salud infantil, especialmente en lo relativo al comportamiento de los niños. Queda por tanto abierta una vía de investigación tanto para dilucidar la posible relación o no entre el consumo de estas combinaciones de aditivos y el aumento de síntomas asociados a la hiperactividad en niños, como de los mecanismos biológicos que pudieran explicar este vínculo en el caso de que existiera.

REEVALUACIÓN NECESARIA

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) tiene en marcha una reevaluación general de todos los colorantes autorizados prevista en la Directiva 94/36/CE. La Comisión Europea ha solicitado a este organismo que evalúe, de forma prioritaria, los colorantes alimentarios. Esta necesidad se debe a que fueron los primeros aditivos en estudiarse en el ámbito europeo y sus evaluaciones son, por lo tanto, más antiguas.

En líneas generales, los aditivos alimentarios se definen como aquellas sustancias que pueden ser añadidas a los alimentos y bebidas con varias finalidades: modificar sus caracteres, cambiar las técnicas de elaboración o conservación o para mejorar su adaptación al uso al que son destinados. En la Unión Europea y en España sólo se pueden utilizar los aditivos autorizados e incluidos en «listas positivas», donde se reúnen los aditivos que la ley permite expresamente y que van actualizándose a lo largo del tiempo en función de los nuevos conocimientos.

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