El comisario de Consumo y Protección al Consumidor, John Dalli, ha indicado a los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) que «no hay riesgo» para la salud en los alimentos importados de Japón. No obstante, ha pedido que se refuercen los controles de estos productos por si se registraran niveles altos de radioactividad, indicaron fuentes comunitarias.
Dalli explicó a los ministros que no se han registrado «problemas específicos» en la entrada de alimentos o piensos procedentes de Japón e insistió en que son «muy pocas» las cantidades de este tipo de productos que llegan al mercado comunitario. El sistema de alerta rápida para alimentos y piensos (RASFF) lanzó el pasado martes una recomendación a todos los Estados miembros para que examinen si hay radioactividad en los productos que proceden del país asiático, asolado tras un terremoto y posterior tsunami y que ahora afronta una crisis nuclear por varios incidentes en los reactores de la central de Fukushima-1.
El comisario actualizó la información disponible a los ministros y subrayó que los contingentes de productos alimentarios japoneses importados a la UE son «muy, muy pocos», aunque solicitó a los Estados miembros que vigilen su entrada ante una «posible radioactividad». La UE importa principalmente piensos, productos pesqueros y moluscos de Japón. También compra frutas y verduras cultivadas en el norte de la isla, zona en la que se encuentra la central siniestrada, pero aún no es época de recogida de la cosecha, por lo que no preocupa la llegada de vegetales de esa región, explicaron fuentes comunitarias.
Las importaciones de alimentos japoneses al mercado comunitario apenas representan un volumen de 65 millones de euros y España no está entre los principales importadores, que son Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Bélgica y Francia.