El Gobierno de Estados Unidos parece imparable en su lucha para que los consumidores estadounidenses adopten modelos de alimentación más equilibrados. La lucha contra la obesidad es de nuevo uno de los objetivos de la presentación de MyPyramid, un novedoso símbolo y sistema interactivo de orientación alimentaria.
El principal mensaje de MyPyramid, presentada el pasado mes de abril por el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, en sus siglas inglesas), lo resume la frase «Pasos hacia una mejor salud». El nuevo modelo reemplaza la Guía Pirámide de Alimentos, creada en 1992 como parte de un sistema general de orientación alimentaria en la que se pone énfasis a la necesidad de desarrollar un método más individualizado para mejorar la dieta y el estilo de vida.
En palabras de Mike Johanns, secretario de Agricultura de Estados Unidos, de lo que se trata ahora es de poner a prueba la «habilidad de los consumidores a la hora de usar un método personalizado para elegir un estilo de vida más sano que equilibre la nutrición y el ejercicio». En la nueva pirámide alimentaria se integran las recomendaciones de la edición de 2005 de las Guías Alimentarias para los Norteamericanos, publicadas el pasado mes de enero por el USDA y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en sus siglas inglesas).
Novedad alimentaria individualizada
Individualizar las necesidades nutricionales de cada persona es una de las principales novedades del nuevo modelo de alimentación estadounidense
Las Guías Alimentarias proporcionan consejos sobre la influencia que tienen los buenos hábitos alimentarios en una buena salud y en la reducción del riesgo de sufrir enfermedades crónicas graves. Ahora, los responsables del nuevo modelo alimentario intentan transmitir los mensajes de las guías, que se concretan en empezar a aplicar pequeños cambios en la dieta y en aumentar la actividad física.
La nueva pirámide hace especial hincapié en llevar una dieta a base de consumir alimentos de todo tipo, variedad que queda simbolizada por seis franjas de colores que representan los cinco grupos de alimentos y los aceites. La tecnología también está presente en el nuevo sistema de orientación ya que utiliza una técnica interactiva con actividades que facilitan a las personas realizar consultas que les aporten recomendaciones más personalizadas sobre sus niveles diarios de calorías que pueden ingerir.
Individualizar las necesidades de cada persona es lo que busca el nuevo modelo de alimentación, lo que lleva a los expertos a animar a los consumidores a conocer cuáles son los alimentos que necesitan consumir cada día y el nivel de actividad física que deben realizar. En opinión de los expertos, en el gráfico original de la Guía de Alimentos de 1992 no era posible incorporar todas las guías de nutrición en un solo gráfico. Ahora, la demanda de educadores en nutrición, consumidores y grupos industriales obliga a incorporar más conceptos, como el de las grasas trans, el agua, la actividad física o la densidad del nutriente.
Antecedentes alimentarios
La revisión de la Guía de Alimentos, publicada en 1992, responde a la necesidad de mejorar su efectividad y asegurar que el modelo impulsado por el USDA refleja la ciencia nutricional más reciente. Hasta la publicación de la nueva pirámide, la Guía constituía la única guía de nutrición para los consumidores. Desde la publicación de esta guía, el Instituto de Medicina de las Academias Nacionales de Ciencias publicó nuevas normas nutricionales que reemplazaron las anteriores Dosis de Dieta Recomendada (RDA, en sus siglas inglesas).
Tras la publicación, en septiembre de 2003, de nuevos patrones alimentarios, el Comité Asesor de las Guías Alimentarias de 2005 incorporó nuevas recomendaciones cuya versión final se publicó en las guías. Estos patrones de consumo son los que forman la base técnica para el nuevo sistema que reemplaza la pirámide original. La historia nutricional de Estados Unidos se remonta al año 1980, cuando se publican por primera vez las Guías Alimentarias para los Norteamericanos. Estas guías se revisaron en 1985, 1990, 1995 y 2000. La última revisión es la de enero de 2005, cuando se concretan ya algunas de las bases de la nueva pirámide.
Desde el inicio de las primeras guías alimentarias el objetivo de los expertos ha sido siempre fomentar un cambio de comportamiento alimentario. Este objetivo se enfatiza aún más ahora, cuando se ha llegado a la conclusión de que la dieta norteamericana no es equilibrada. En promedio, los norteamericanos no ingieren la cantidad suficiente de verduras ni frutas aunque sí consumen grasas y azúcares en gran cantidad. Para equilibrar esta oscilación, MyPyramid recomienda reducir el consumo de grasas sólidas, azúcares agregados y edulcorantes calóricos.
Un problema cada vez más creciente
Desde hace tiempo las cifras sobre los casos de obesidad son cada vez más altas. Las causas, según los expertos, están directamente relacionadas con la práctica de hábitos de alimentación inadecuados. Según un estudio realizado por la Michigan State University, sólo un 3% de los adultos estadounidenses mantiene unos hábitos de vida saludables. Del total de personas analizadas (más de 150.000), sólo una ínfima minoría sigue una dieta sana, practica ejercicio regularmente y mantiene un peso adecuado.
La obesidad se ha asociado también con un mayor riesgo de sufrir determinadas enfermedades. En este sentido, un estudio publicado recientemente en el British Medical Journal demostraba que la obesidad a mediana edad podría asociarse a un futuro riesgo incrementado de demencia. Tras 27 años de seguimiento a más de 10.000 personas, los expertos han demostrado que el 7% había desarrollado demencia. Según estos resultados, las personas que a mediana edad eran obesas, se enfrentan a un riesgo de demencia un 74% más elevado que las personas con un peso normal. En el caso del sobrepeso, el riesgo se eleva un 35%, según el estudio.
La lucha contra la obesidad se ha extendido a la Unión Europea, donde el comisario europeo de Sanidad y Protección de los Consumidores, Markos Kyprianou, se ha comprometido hace unos días a actuar en estrecha colaboración con la industria alimentaria y los grupos de consumidores, así como con expertos sanitarios y líderes políticos para hacer frente a lo que muchos expertos califican ya como «epidemia de la obesidad».
Las cifras de casos de obesidad entre la población infantil ha hecho reaccionar a los responsables comunitarios. Los datos del grupo de trabajo International Obesity Task Force (IOTF) reflejan una posible subestimación del problema de la obesidad en Europa, ya que algunos países han declarado cifras inferiores a las reales. Que la obesidad aumenta con rapidez es un hecho que en las últimas semanas va ganando mayor credibilidad.
En palabras de Kyprianou, «la Unión Europea tiene que hacer frente a una epidemia de obesidad tan grave como la que aqueja América del Norte». Para evitar que esta tendencia se mantenga, la Comisión Europea ha creado una Plataforma que tomará en consideración medidas voluntarias en los ámbitos de la «información a los consumidores y la educación, la mercadotecnia y la publicidad, la promoción de la actividad física, la composición de los alimentos y las dimensiones de las porciones».
Kyprianou espera que las primeras «iniciativas sean adoptadas en 2006». Para ello, cuenta con la Plataforma Europea de acción sobre la dieta y la actividad física, que reúne a los principales representantes de las industrias de alimentación, el comercio minorista, el sector de la restauración y la publicidad a escala europea, a las organizaciones de consumidores y a las ONG que trabajan en el terreno de la salud.
Los miembros que forman parte de esta Plataforma tienen previsto presentar, en los próximos meses, planes de acción detallados sobre las actividades que van a emprender para promover dietas más sanas o alentar la práctica de ejercicio físico.