El pescado y marisco son alimentos de alta calidad, sano y seguro. Pero, en ocasiones, algunos mariscos pueden acumular contaminantes ambientales con impacto negativo sobre la salud humana. En algunos casos, existe poca información sobre determinados contaminantes, como biotoxinas que se generan en florecimientos de algas o la basura marina. Con el fin de aumentar la seguridad del marisco y reducir los riesgos para los consumidores, el proyecto ECsafeSEAFOOD evaluará, durante los próximos cuatro años, las principales cuestiones de seguridad relacionadas con los contaminantes no regulados y cuál es su impacto. En el artículo se detallan los principales contaminantes marinos y cómo conseguir un consumo seguro de pescado.
La contaminación marina y el cambio climático no solo afectan el estado del medio ambiente marino, sino que influye también en la seguridad de los mariscos y la salud de los consumidores. Según los expertos del proyecto ECsafeSEAFOOD (Contaminantes ambientales prioritarios en mariscos: evaluación, seguridad, impacto y percepción del público ), es necesario investigar más en el campo de los contaminantes marinos y su influencia en el marisco. Bajo la dirección del Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA), se pretende «explorar si hay relación entre contaminación del medio marino y la calidad de los mariscos que se consumen«, según sus responsables.
Contaminantes marinos
ECsafeFOOD pretende conseguir mayor información sobre la transferencia de contaminantes en pescados y mariscos
El proyecto ECsafeSEAFOOD cuenta con expertos en ecotoxicología, bioquímica, nutrición, evaluación de riesgos y calidad de productos del mar, y en él participan investigadores del IRTA (instituto de investigación de la Generalitat de Cataluña), que desarrollarán trabajos en el «seguimiento y control de contaminantes prioritarios en productos de la pesca y la acuicultura, así como el desarrollo de métodos de cribado rápidos y el estudio del impacto toxicológico de estos contaminantes en salud pública». También participa la Fundación AZTI, la Universitat Rovira i Virgili y el Instituto Catalán de Investigación del Agua, Fundación Privada (ICRA).
Los productos del mar pueden contener diversos tipos de contaminantes. Inorgánicos como arsénico, cadmio, plomo, mercurio, selenio, cobre, zinc; contaminantes orgánicos son los bifenilos policlorados, insecticidas de hidrocarburos o dioxinas. Deben tenerse en cuenta también los contaminantes procedentes de la industria acuícola, con considerables riesgos potenciales para los consumidores, como nitrosaminas, sulfitos y residuos de medicamentos. Uno de los objetivos del proyecto ECsafeSEAFOOD es conseguir mayor información sobre la transferencia de contaminantes del medio marino en pescados y mariscos, además de:
Controlar la presencia de contaminantes en el medio ambiente y mariscos y dar prioridad a los que son verdaderos riesgos para la salud humana.
Cuantificar la transferencia de contaminantes ambientales relevantes entre el medio ambiente y mariscos, teniendo en cuenta el efecto del cambio climático.
Optimizar los métodos para la detección y cuantificación de toxinas que salen de las floraciones de algas nocivas.
Estudiar el efecto de la cocción en los contaminantes en pescados y mariscos.
Investigar qué tipo de información se necesita y cómo debe esta llegar a los consumidores.
Evaluar y entender el impacto en salud pública de estos riesgos químicos a través de la caracterización toxicológica.
Desarrollar nuevas herramientas para evaluar la presencia de contaminantes ambientales en los productos del mar.
Establecer niveles máximos de contaminantes en mariscos para los que no existe legislación o la información es insuficiente.
Consumo seguro de pescado
En 2012, la Agencia Francesa para la Alimentación, Salud Ambiental y Ocupacional (ANSES) presentaba los resultados de un estudio sobre los riesgos y beneficios asociados al consumo de pescado. Entonces, determinó que la ingesta adecuada de marisco para adultos es de «181g / 213g / semana de pescado graso (espada, salmón fresco, sardina o conservas de caballa).» Para moluscos y crustáceos, la ingesta debería situarse entre 26 y 72 g/semana, cantidad suficiente para aportar los nutrientes necesarios pero sin sobrepasar la exposición a arsénico inorgánico, cadmio, dioxinas o PCB.
La presencia de contaminantes en el mar depende de numerosos y diversos factores, como la situación geográfica, la especie y el tamaño de los peces. También influye la alimentación que reciben y su solubilidad de los productos químicos y de qué manera persisten en el medio ambiente. Debe tenerse en cuenta que, en la mayoría de los casos, los niveles de contaminantes son bajos, como también lo es el riesgo para el consumidor. Este aumenta en el caso de que el consumo de pescado sea muy alto, sobre todo en grupos de población más vulnerables, como niños, personas mayores o mujeres embarazadas.