La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas inglesas) y los Estados miembros empezarán a trabajar conjuntamente para recopilar datos y análisis científicos sobre la lengua azul, una enfermedad infecciosa no contagiosa de etiología viral que se transmite por picaduras de insectos del género Culicoides y que hasta ahora sólo se ha detectado en zonas de Europa meridional. En agosto de 2006 se confirmaban brotes en Europa central, concretamente en Bélgica, Alemania y Países Bajos. Los expertos tratan ahora de dilucidar cuál es la ruta a través de la cual se ha introducido el virus.
Según los expertos de la EFSA en salud animal y bienestar (AHAW, en sus siglas inglesas), la UE debe realizar un mayor acercamiento a esta enfermedad, ya que los criterios nacionales que se aplican hasta ahora para controlar la enfermedad no son suficientes. Por ejemplo, la ruta a través de la que se ha introducido ahora el virus no está clara. Un acercamiento multidisciplinar debería ayudar a identificar la fuente. Las medidas propuestas por la EFSA se concretan en realizar gravámenes de riesgo nacionales, especialmente en los países afectados por la enfermedad (Francia, Bélgica, Alemania y Países Bajos). La Autoridad recogerá y coordinará toda la información y desarrollará una red de cooperación entre los Estados miembros y las agencias nacionales con el fin de reunir toda la información científica europea e internacional sobre la enfermedad.
Para ello será necesario armonizar los sistemas de datos y procedimientos de muestreo epidemiológicos; desarrollar un método para el intercambio rápido de la información entre los Estados miembros e investigar el origen del serotipo 8 en la UE. La aparición de la lengua azul en zonas hasta ahora libres de la enfermedad podría deberse a varios factores, como la importación de rumiantes vivos infectados, la introducción de vectores infectados en animales vivos o la introducción del insecto a través de plantas. Mientras los expertos continúan trabajando para localizar el origen exacto de los nuevos brotes, la EFSA sostiene que uno de los pasos para conseguirlo reside en fortalecer la información sobre las condiciones que influyen en la extensión de la enfermedad y su persistencia, concretamente del vector Culicoides implicado en la extensión de la infección. También será necesario analizar dónde y cómo los vectores actúan en las distintas regiones de la UE. El que ahora se ha notificado en el norte de Europa pertenece al serotipo 8, notificado previamente en Sudáfrica y la India. Hasta ahora, la enfermedad se confinaba normalmente en las partes más meridionales de Europa, como las Islas Baleares, Sicilia y Córcega, así como algunas áreas de Italia, España, Francia y Portugal.
Nuevos brotes
Los nuevos casos de lengua azul en la UE podrían deberse a cambios ambientales o a una evolución del virus
La lengua azul es una enfermedad transfronteriza. La situación epidemiológica en un Estado miembro puede por lo tanto afectar a los países vecinos. La puesta en marcha de redes internacionales de la vigilancia permite realizar un análisis riguroso del riesgo de la lengua azul, en particular en asuntos epidemiológicos relacionados con la presencia y la abundancia de vectores competentes. En los últimos 15 años la UE ya había detectado varios brotes de lengua azul en zonas hasta ahora nunca afectadas, como el serotipo 8 presente en aves salvajes de Austria y Suiza.
Se trata, según la EFSA, de indicadores de amenazas que emergen en nuevas zonas y cuyo impacto en la salud animal y pública es, hasta ahora, difícil de determinar. Los nuevos brotes pueden representar importantes desafíos para los responsables sanitarios, que tendrán que valorar el grado del riesgo y poner medidas de control. Cuándo se ha introducido la enfermedad, cómo y en qué medida puede llegar a ser endémica en la UE son algunos de los interrogantes que deben despejar ahora los expertos.
En este sentido, conocer cómo actúa el vector es fundamental a la hora de comprender el comportamiento de la enfermedad y cómo podría llegar a establecer en la UE. Los expertos dudan de si la extensión de la enfermedad es el resultado de los cambios ambientales o de una evolución viral.
Control de la enfermedad
Mientras continúan las investigaciones, la UE ya ha empezado a tomar cartas en el asunto. A finales de agosto, el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria decidió extender hasta la frontera de Francia con los países del Benelux la zona de cuarentena para evitar que se propague el brote de lengua azul detectado en los Países Bajos y que ya ha llegado a Bélgica y Alemania.El área de vigilancia, de 150 kilómetros, abarca la mayoría del territorio de Bélgica y los Países Bajos, toda la superficie de Luxemburgo y los Estados alemanes de Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado, Saarland y Hessen, así como partes de Francia fronterizas con los países de Benelux. En esta zona en concreto se aplican medidas estrictas al movimiento de rumiantes y todos los animales deben ser identificados, y las autoridades nacionales tienen que someterlos a un test para verificar que no padecen la lengua azul. En los 20 kilómetros de las zonas de protección establecidas alrededor de las áreas donde se han detectado los brotes se mantiene la prohibición de trasladar a los animales, excepto si van directamente al matadero o a otras granjas que se hallen en la zona de vigilancia.
Mientras, en España, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación acaba de confirmar la detección de un bovino positivo del serotipo 8 de la lengua azul procedente de Bélgica. Tras el sacrificio del animal, se ha realizado la toma de muestras de todos los animales de la partida, así como la del resto de animales de la explotación y de los animales ubicadas en un radio de dos kilómetros alrededor de donde se encontraba el animal. Pese a que ya se ha descartado cualquier tipo de actividad del virus, se han ampliado las actuaciones de control en un radio de 20 kilómetros alrededor de la explotación afectada.
La Organización Internacional de Epizootias (OIE) califica la lengua azul como «enfermedad emergente» en las nuevas zonas donde se ha detectado el virus, teniendo en cuenta que el concepto se refiere a toda nueva infección «resultado de la evolución o modificación de un patógeno o parásito ya existente, lo que provoca cambios en el tipo de huéspedes afectados, el vector, el patrón de patogenicidad o las cepas del microorganismo». Algunos de los aspectos más implicados en la propagación de enfermedades infecciones son los cambios del clima y el aumento de la velocidad y volumen de los transportes internacionales, que favorecen la propagación de patógenos y la aparición de enfermedades.
La lengua azul es una enfermedad no contagiosa, transmitida por insectos, que afecta a rumiantes domésticos y salvajes. Actualmente se conocen un total de 24 serotipos del virus. El índice de virulencia y de mortalidad de las distintas variedades del virus varía considerablemente. Según datos de la EFSA, la lengua azul no afecta a los seres humanos, ni existe riesgo de contraer la enfermedad a través del consumo de carne o leche procedente de animales contaminados. Desde que se describió por primera vez en Sudáfrica, donde ha sido endémica en los rumiantes salvajes, la enfermedad se ha extendido en los países tropicales y subtropicales.