La presencia de residuos de plaguicidas en alimentos es poco probable que tenga un efecto perjudicial, a largo plazo, sobre la salud de los consumidores. Es lo que concluye la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en un informe reciente con datos de 2013. Según el estudio, elaborado a partir de unas 81.000 muestras de alimentos procedentes de 27 Estados miembros de la UE, Islandia y Noruega, “el 97% de las muestras analizadas contiene niveles de residuos dentro de los límites legales”. El artículo cita algunas de las conclusiones del informe, como que el riesgo de exposición a residuos de plaguicidas a través de la alimentación es bajo, y se explica el proceso de revisión que se aplica a estas sustancias.
La utilización de productos fitosanitarios es uno de los principales métodos para proteger plantas y cultivos de la presencia de organismos nocivos (sobre todo en la lucha contra plagas). Pero este uso requiere que se apliquen estrategias adecuadas que aseguren la eliminación de residuos en cultivos y en animales alimentados con estas plantas. El principal objetivo de toda medida de vigilancia que se implemente pasa por garantizar que los alimentos que llegan al consumidor estén exentos de cantidades elevadas de estas sustancias, que puedan poner en riesgo la salud de los consumidores. Dentro de estos controles, la EFSA evalúa de manera periódica la presencia de estas sustancias a partir de gravámenes científicos, que son los que permiten concluir si el empleo de una sustancia específica es seguro para la salud humana, el medio ambiente y la seguridad alimentaria.
Plaguicidas en alimento, bajo riesgo
En el último estudio de la EFSA sobre residuos de plaguicidas en alimentos se han analizado casi 81.000 muestras de una gran variedad de productos agrícolas crudos no elaborados y elaborados y un total de 685 pesticidas distintos. Entre los productos, unos 8.000 procedían de terceros países, que son los que han mostrado una mayor prevalencia de residuos que superan el límite máximo de residuos (el 5,7% frente al 1,4% de países de la UE). Según el informe, «el 97,4% de las muestras está dentro de los límites legales; el 54,6% está libre de residuos detectables; y el 1,5% supera los límites legales, teniendo en cuenta la incertidumbre de la medición». Por tanto, los expertos concluyen que la probabilidad de que la exposición a residuos de plaguicidas en los alimentos conlleve problemas es baja.
La probabilidad de que la exposición a residuos de plaguicidas en los alimentos conlleve problemas es baja
En la investigación, los expertos han evaluado la exposición a corto plazo de 12 productos alimenticios y han determinado que, para la mayoría de los plaguicidas, el riesgo es «insignificante» o se encuentra en un rango en el que es poco probable que plantee problemas para la salud de los consumidores. En cuanto al análisis de la exposición a largo plazo (crónica), la EFSA concluye que para todos los plaguicidas evaluados se halla por debajo de la ingesta diaria admisible (IDA). Este índice se usa para definir «la dosis de un producto que puede ser ingerida cada día por un individuo durante toda su vida sin riesgo para la salud». Este índice señala que no existe un riesgo importante cuando el producto químico se ingiere a niveles similares o inferiores a esa IDA.
En este nuevo estudio, la EFSA asegura que, «de acuerdo con los conocimientos científicos actuales, no es probable que (las sustancias analizadas) presenten un riesgo crónico». Lo es así excepto en un caso, cuando los expertos mencionan el pesticida diclorvos (utilizado como insecticida en el control de plagas), el único que ha superado ligeramente el umbral toxicológico. A pesar de todo, la EFSA afirma que la exposición alimentaria a los plaguicidas que se incluyen en el programa de control de la UE de 2013 no supone un riesgo para la salud a largo plazo.
Proceso de revisión de plaguicidas
Antes de que se utilice un producto fitosanitario, deben evaluarse las sustancias activas que contiene y determinar un umbral límite por encima del cual su concentración en productos alimenticios puede tener un riesgo para las personas o animales. La EFSA es la que se pronuncia sobre cada nuevo límite máximo de residuo y cada modificación o eliminación prevista. Una de sus tareas consiste en emitir dictámenes que incluyen el límite previsto para la combinación plaguicida/producto y una evaluación de los riesgos en caso de que se supere la dosis diaria admisible. Se establecen límites máximos de residuos (LMR) para ciertos alimentos con el fin de permitir solo la autorización de sustancias en niveles inferiores.
Los LMR hacen referencia a los niveles más altos de residuos de plaguicidas que están legalmente tolerados en alimentos y piensos. Se basan en buenas prácticas agrícolas, que es la cantidad mínima de plaguicidas necesaria para proteger los cultivos. Estos límites se establecen para una amplia gama de alimentos, como frutas y verduras, así como para productos de origen animal como la leche, y se aplican una vez que el producto está listo para consumir. Se revisan de forma periódica a fin de que, en el caso de que los nuevos datos indiquen un posible riesgo, se puedan bajar para reducir la exposición de los consumidores.