Hoy en día, la mayoría de las frutas vienen marcadas por pequeñas pegatinas a través de las cuales se informa al consumidor sobre las características del producto. Pero este sistema de trazabilidad cuenta con otro método de marcado, sobre todo en los cítricos, que graba en la piel de la fruta la información. Este marcado se realiza mediante un láser que usa sustancias que ayudan a distinguir ciertas partes de la fruta del resto de la superficie. La Unión Europea aprobaba en 2013 un reglamento que permitía este marcado y EE.UU. lo acaba de hacer de forma definitiva en cítricos. El artículo explica en qué consiste este marcado de la fruta y la última decisión estadounidense aprobando la técnica en cítricos.
En 2013, la Unión Europea aprobaba un reglamento que permitía el uso de «tatuajes» hechos con láser para marcar la piel de ciertas frutas como cítricos, melones o granadas. Con esta nueva medida, se añadía una nueva clase de aditivos, los denominados «potenciadores del contraste», y se daba el visto bueno al uso de óxidos e hidróxidos de hierro (E 172) para aplicar en la superficie de frutas o verduras tras la despigmentación de ciertas partes y mejorar el contraste con el resto de la superficie. Se aprobaba también el empleo de hidroxipropil-metil-celulosa (E 464) como agente de recubrimiento para marcar frutas y de polisorbatos (E432-436) como emulgente y para mejorar el contraste.
Esta nueva forma de etiquetar la fruta representa una alternativa a las etiquetas autoadhesivas de papel. La técnica la ha desarrollado la empresa valenciana Laserfood, coordinadora del proyecto europeo Lasermark, que acaba de ser considerado el mejor proyecto europeo 2013 a la innovación por parte de la Comisión Europea.
Marcar la fruta
Con el nuevo sistema de marcado, se podría eliminar la pequeña pegatina tradicional por una especie de tatuaje en la superficie de la piel donde quedaría grabada toda la misma información. En la piel pueden aparecer así el logotipo, la procedencia, la fecha de caducidad o los códigos de barra, sin necesidad de utilizar papel o tinta. El uso de óxidos e hidróxidos de hierro, así como hidroxipropil-metil-celulosa, se aplica en pequeñas cantidades en la superficie de la piel, de manera que solo afecta a la parte externa de la fruta, no a la interna. La información es individual para cada una de ellas sin que se ponga en riesgo la vida útil de la pieza y aumentando la trazabilidad alimentaria.
El nuevo sistema de marcado permitiría eliminar la pegatina tradicional de las frutas
A diferencia de otros sistemas, el láser no quema la superficie de la fruta, sino que decolora una parte, de forma que no se dañan las células de la piel. Mediante el empleo de una sustancia de contraste comestible (las citadas antes), se consigue cambiar el color de la piel a través de un láser y un contraste que se aplica con un vaporizador sobre la superficie. Cuando entran en contacto el láser y la sustancia de contraste, esta reacciona y se produce la marca.
Algunos de los objetivos son reducir los costes de etiquetado y garantizar la trazabilidad. Esta tecnología se aplica en países extranjeros, sobre todo de la Unión Europea.
A diferencia de las pegatinas, la marca realizada con láser no puede despegarse ni se elimina con el lavado (solo si se pela la pieza). Además, el «tatuaje» permanente en la piel no aumenta la pérdida de agua o la entrada de patógenos. Este sistema simplifica el rastreo de la pieza a lo largo de la cadena alimentaria.
EE.UU. aprueba el etiquetado con láser
La Agencia de Medicamentos y Alimentos estadounidense (FDA) acaba de aprobar el etiquetado mediante el marcado con láser en los cítricos. Se trata de un paso importante en el país, después de cinco años de evaluación de la nueva tecnología y sus beneficios en el campo de la trazabilidad de la fruta.
En el caso estadounidense, el marcado con láser tampoco degrada el producto ni penetra en la piel, sino que elimina el pigmento de la superficie. Según los expertos, no se produce un aumento de las posibilidades de que posibles bacterias penetren en el interior. Se incluye información como la fecha de recogida, el país de procedencia, la variedad o la categoría.
Se espera que en un plazo de seis a doce meses esta tecnología pueda aplicarse en EE.UU. a otras frutas como plátanos, melones o mangos.