El uso de hormonas en aves es ilegal y, para asegurar que no haya ningún resto de estas sustancias, existen distintos controles muy estrictos, tanto para evitar su presencia como de otros compuestos similares. Las hormonas, sustancias secretadas por las glándulas endocrinas, ejercen un efecto fisiológico en el organismo. Existe una gran diversidad, pero en el caso de las aves, la sospecha recae en la llamada somatotrofina, conocida como hormona del crecimiento. Su función es aumentar el desarrollo de los tejidos del organismo, del volumen de las células y de favorecer su reproducción. Pero está demostrado que las hormonas no son efectivas para el engorde de las aves, sino que actúan otros factores como la genética, la alimentación, la sanidad y el manejo de animales, como se explica en este artículo.
La actual demanda de carne de pollo precisa una cría de aves rápida y eficaz y un engorde de los animales en poco tiempo para poder comercializar su carne de manera dinámica. Sin embargo, el veloz desarrollo de los pollos no responde a la inyección de hormonas de crecimiento, sino a unas mejoras genéticas, nutricionales y de control de enfermedades llevadas a cabo a lo largo de las últimas décadas.
Los expertos afirman que las hormonas no son efectivas en cuanto al crecimiento de las aves, no hay una relación directa entre administrar estas sustancias y el engorde del pollo, sino que influyen otros muchos factores. Además, la aplicación de hormonas en el pollo es muy dificultosa, ya que tienen que introducirse por vía intravenosa y de manera muy frecuente, con lo que resulta imposible llevarlo a cabo en un criadero de aves.
Cuatro pilares del engorde animal
La explicación a todo esto recae en las mejoras llevadas a cabo en cuanto a alimentación de los animales, a su trato y manejo y, en gran medida, a los avances genéticos de los últimos años. Si bien antes había hembras destinadas para la puesta de huevos y machos para la elaboración de carne, las cosas han cambiado.
Hoy en día existen animales híbridos, nuevas razas fruto del cruce de los dos primeros ejemplares. La finalidad es cruzar las dos razas puras con el fin de obtener una mejor; un juego genético del que se pueden obtener animales con un desarrollo ligero de su tejido y de su carne. Aquí nace el actual pollo de engorde, con capacidad de crecimiento rápido, ya sea macho o hembra.
Genética, alimentación, sanidad y manejo de animales son los cuatro pilares de la producción animal
La producción animal actual se basa en cuatro pilares fundamentales: la genética, la alimentación, la sanidad y el manejo de los ejemplares. Se han dejado atrás unos sistemas de explotación intensivos o semiintensivos, en los que los animales sufrían y, por tanto, se veía afectado su rendimiento productivo. Este hecho obligó a la búsqueda de medidas y a la mejora de las técnicas de cría y engorde y, por eso, ahora los animales gozan de un confort y unas condiciones ambientales adecuadas.
Este progreso lleva implícito mejoras sanitarias y medidas de bioseguridad y profilaxis que, al lado de las condiciones del hábitat de los ejemplares, han permitido una prevención exitosa de un gran número de enfermedades.
Se añade también la nutrición de los animales, se inician las dietas balanceadas, con previo estudio de los requerimientos de cada especie, se elaboran piensos con la energía, las proteínas, las vitaminas y los minerales necesarios para su correcto crecimiento durante cada etapa de la vida del animal, de acuerdo con cada franja de edad.
Todo ello ha ayudado a lograr todo el potencial genético de los ejemplares con lo que, de manera natural y según los expertos, se puede trabajar con los genes de los animales y cruzar ejemplares para mejorar la especie.
Inyección de hormonas poco viable
En este escenario, el uso de hormonas representa una inversión económica alta, ya que adquirir estas sustancias y administrarlas supone un importe mayor que el coste mismo del animal. Con solo un miligramo de hormonas por cada pollo, el gasto superaría lo que vale el pollo entero.
Por otra parte, las aves actuales han sido seleccionadas genéticamente para que su crecimiento sea más veloz de lo que era; es decir, crecen de manera rápida ya por naturaleza. Con esto también se han mejorado las características fisiológicas de los animales y rara vez aparecen limitaciones.
Aun así, es recomendable controlar muy de cerca la alimentación de las aves, ya que su metabolismo funciona al máximo de manera natural y, en ocasiones, puede llevar problemas en las articulaciones, dificultades cardíacas o ascitis. Con el fin de reducir la tasa de crecimiento, es aconsejable, en ocasiones, restringir la alimentación.
La carne de pollo goza de distintos tipos de calidad que se catalogan con letras. Se estima que el 80% del pollo que se vende se presenta fileteado y eviscerado y de calidad A, B y C.
Calidad A. Es la carne de mayor calidad. Sin restos de plumas, la piel es brillante y cubre todo el pollo sin desgarros. El color puede ser desde blanco a amarillo y sin manchas. Las puntas de las alas no deben ser oscuras ni ser pegajosas. Además, no deben presentar hematomas ni tener ningún hueso roto.
Calidad B y C. Son aptos para el consumo pero tienen algunas alteraciones. Su valor comercial es menor, pero es apto.