Las impresoras 3D crean objetos a través de un proceso conocido como fabricación por adición, lo que significa que solo usan la materia necesaria en forma de líquido, polvo o filamentos que funden o solidifican y le dan la forma final. La aplicación de esta tecnología en el sector de la alimentación permitiría crear recetas digitales en platos reales, algo que los expertos confían en que pueda empezar a hacerse realidad en los próximos 20-30 años. Aunque todavía queda mucho por hacer y muchos retos que superar. El artículo explica cómo se imprime la comida y qué aspectos influyen en su seguridad.
¿Qué se comerá en el futuro? Desde hace años, se han estado inventando nuevas formas de preparar alimentos y objetos que hacen que la pregunta sea difícil de contestar. Ahora puede parecer algo raro, pero la impresión 3D de alimentos, todavía un campo nuevo pero en el que se han realizado avances importantes, podría traer grandes cambios. Las expectativas son muy altas y el camino recorrido importante. El objetivo, para muchos, es automatizar procesos e imaginar una nueva manera de consumir alimentos. Y es que la combinación de alimentos y tecnología está dando forma a la industria alimentaria, desde los métodos de envasado, al uso de conservante o técnicas de vanguardia como la textura, un aspecto que los expertos esperan poder perfeccionar en un futuro.
Desde entonces, han seguido el mismo camino otras tantas iniciativas. Aunque el sabor no es uno de los puntos fuertes de este tipo de producción de alimentos, la ventaja principal es la posibilidad de crear sinergias entre el diseño y la comida. Por ejemplo, la impresión 3D de chocolate ha aumentado en los últimos años. Y aunque aún está lejos, esta forma de preparar alimentos tiene el potencial de revolucionar buena parte de los aspectos de la industria de la alimentación, desde el origen de los ingredientes, a su valor nutricional y la manera en la que se cocinarán.
¿Y la seguridad de los alimentos?
La impresión 3D comenzó como una forma distinta de imprimir objetos como juguetes u otros aparatos. A medida que ha avanzado la tecnología, ha empezado a aplicarse a otros sectores como el sanitario y el alimentario. Por tanto, la gran mayoría de impresoras 3D se han diseñado para usos distintos al alimentario.
En la impresión 3D en alimentos, una de las preguntas que surgen es si estos son seguros. La seguridad, según los expertos, está en el dispositivo que se emplea. Este debe ser específico para alimentos, por tanto, se debe poder limpiar con facilidad. Si no es así, el riesgo de contaminación por bacterias es alto.
Como otros sistemas de producción, uno de los problemas que pueden aparecer es la acumulación de bacterias en el sistema; se considera que incluso las impresoras mejor diseñadas pueden tener pequeños espacios donde los alimentos pueden llegar a aglutinarse y, por tanto, pueden desarrollarse bacterias. La limpieza es fundamental en este aspecto, puesto que de ella dependerá que no se formen restos de comida. Además, los ingredientes que se usen deben tener una consistencia que permita que se eliminen en su totalidad por el sistema.
Otro aspecto fundamental es el material con el que están hechas las máquinas. En la mayoría de ellas se utiliza ácido poliláctico (PLA), un plástico que la Agencia de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) califica como «seguro». Este material es termoplástico, lo que significa que se ablanda y moldea cuando se calienta y vuelve a sólido cuando se enfría. Se obtiene a partir de recursos renovables como el maíz, el trigo o la caña de azúcar.
La agencia aeroespacial estadounidense, la NASA, está trabajando desde hace años en la creación de impresoras 3D destinadas a alimentar a sus astronautas durante las misiones espaciales. Uno de los principales aspectos positivos que destacan de esta tecnología es la capacidad de que se disponga de una variedad importante de alimentos durante misiones de larga duración. Esta estrategia se enmarca dentro del programa para desarrollar métodos que proporcionen alimentos para satisfacer la seguridad, aceptabilidad y variedad nutricional para las misiones largas con menos residuos. El Programa Avanzado de Tecnología de los Alimentos de la NASA está interesado en desarrollar métodos que proporcionen alimentos que satisfagan la seguridad, la aceptabilidad, la variedad y los requisitos nutricionales de los astronautas en misiones espaciales largas.