Un análisis realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha detectado un elevado nivel de bacterias en alimentos como el jamón cocido y el salmón ahumado. Según la organización, estos datos indican que estos productos deben consumirse de manera casi inmediata.
El análisis se ha desarrollado en varias fases. Una de ellas en la verificación de que el peso anunciado correspondía con el real. Otra, en la higiene del producto, si tiene una elevada carga bacteriana o no. También se han analizado los gérmenes patógenos susceptibles de provocar una intoxicación alimentaria y, en los productos envasados, se ha realizado un análisis en los días anteriores al término de la fecha de caducidad para valorar el estado al finalizar los que los fabricantes consideran lo que es la vida del producto.
Una de las conclusiones es que no existen diferencias significativas entre los productos a granel y envasados en el establecimiento. La OCU no ha detectado niveles preocupantes de patógenos, aunque según la organización esto no quiere decir que no pueda ocurrir. Así lo indica la presencia de enterobacterias en 4 jamones y 1 salmón, que puede provocar la aparición de otros patógenos.
Por este motivo la organización advierte que es necesario extremar el cuidado de los envases al vacío o en la atmósfera modificada: alarga la vida de los productos pero no tanto como se pretende en la fecha de caducidad. Si el producto ha sido manipulado, puede estar contaminado, y si las temperaturas de conservación no son adecuadas, las bacterias lo estropean antes de lo esperado.
Según Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU, «la clave para evitar contaminaciones y que el productos llegue en condiciones idóneas al consumidor está en una cuidad manipulación y una conservación a bajas temperaturas».