La superficie de cultivos transgénicos aumenta un 11% en 2005

Los cultivos transgénicos ocupan 90 millones de hectáreas en 21 países
Por Marta Chavarrías 19 de enero de 2006
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Desde que se empezaron a comercializar los transgénicos hace 10 años, la superficie dedicada a los cultivos biotecnológicos se ha multiplicado por más de cincuenta, y ha pasado de 1,7 millones de hectáreas cultivadas en 1996 a los 90 millones en 2005. De los últimos cuatro países que se han sumado a este tipo de cultivo, tres son europeos (Francia, Portugal y la República Checa). Precisamente en el seno de la UE se acaban de autorizar tres nuevos tipos de maíz transgénico.

En el año 2005, la cifra de países con cultivos biotecnológicos ha llegado a 21, frente a los 17 de 2004. Tres de estos nuevos países son europeos (Francia, Portugal y la República Checa) y el cuarto es Irán. Brasil ha sido el principal productor de transgénicos durante el año 2005, con 9,4 millones de hectáreas cultivadas de transgénicos, seguido por EEUU (2,2 millones de hectáreas), Argentina (0,9 millones) e India (0,8 millones), según un informe presentado por el Servicio Internacional para las Adquisiciones de Aplicaciones Agro-Biotecnológicas (ISAAA, en sus siglas inglesas).

De los 21 países con cultivos transgénicos en 2005, 11 son países en desarrollo y 10 países industrializados. Por orden de hectáreas, estos países son EEUU, Argentina, Brasil, Canadá, China, Paraguay, India, Sudáfrica, Uruguay, Australia, México, Rumania, Filipinas, España, Colombia, Irán, Honduras, Portugal, Alemania y República Checa. Los 14 primeros están considerados como «mega-productores», categoría a la que llegan los que llegan o superan las 50.000 hectáreas cultivadas, según indica Clive James, presidente y fundador del ISAAA.

Las previsiones para el periodo 2006-2015 indican que podría mantenerse la tendencia ascendente observada entre 1996 y 2005, y que el número de países que adopten los cuatro principales cultivos transgénicos también lo haga. A los alimentos tradicionales, forrajes y fibras, podrían sumárseles productos nuevos como farmacéuticos, químicos y vacunas orales. Uno de los puntos más débiles asociados al cultivo de transgénicos ha sido su convivencia con los cultivos convencionales, factor al que el informe reconoce que debe prestarse especial atención en los próximos diez años, especialmente en los países del Sur, donde se prevé que la actividad transgénica aumente y se conviertan así en los principales productores de estos cultivos.

«El crecimiento experimentado durante la primera década no sólo continuará, sino que será superado en la segunda década», ha manifestado James, que asegura que este aumento se verá plasmado sobre todo en «la cantidad de países y agricultores, especialmente en los países en desarrollo».

Principales cultivos

Francia y Portugal reanudan la siembra de maíz Bt después de una interrupción de cuatro y cinco años, respectivamente

Actualmente se comercializan en el mundo seis variedades transgénicas (soja, maíz, algodón, colza, calabaza y papaya). El arroz Bt, aprobado y adoptado en Irán en 2004, es uno de los que cuentan con mayor extensión de cultivo, con unas 4.000 hectáreas, localizadas sobre todo en Irán y China, considerados los países más avanzados en el cultivo de arroz transgénico. Según el informe presentado por el ISAAA, este producto constituye el principal alimento para 1,3 billones de personas en todo el mundo.

Sin embargo, otro informe presentado recientemente rebate esta idea. Según un trabajo realizado por el Centro Africano por la Biosfera y la sección nigeriana de la organización ecologista Amigos de la Tierra, los organismos modificados genéticamente (OMG) no han logrado reducir el hambre ni aumentar la calidad de los alimentos en África, uno de los principales argumentos esgrimidos por las industrias biotecnológicas para defender este tipo de cultivos.

Los ecologistas citan como ejemplo el de las patatas transgénicas cultivadas en Kenia. Según datos recogidos en enero de 2004, la cosecha de patatas «naturales» fue significativamente mayor que la de transgénicas. A pesar de todo, argumentos como este no han conseguido frenar la tendencia ascendente de estos cultivos en los últimos años. Lo demuestran los datos, según los cuales, durante los últimos 10 años la superficie global acumulada de cultivos transgénicos ha sido de 475 millones de hectáreas, casi la mitad del área total de EEUU.

La soja transgénica es otro de los cultivos con mayor actividad, ocupando una superficie de 54,4 millones de hectáreas en todo el mundo, lo que supone el 60% del área global de transgénicos. A la soja le sigue el maíz (21,2 millones de hectáreas), el algodón (9,8 millones) y la colza (4,6 millones). En total, la cifra de agricultores que se dedican a los transgénicos llega ya a los 8,5 millones. Irán, uno de los últimos países que ha empezado a introducir este tipo de cultivos, lo ha hecho con el arroz Bt, con el que se pretende defender del ataque de varios tipos de insectos.

TRANSGÉNICOS EN LA UE

Img cebada1Actualmente son cinco los países europeos con cultivos modificados genéticamente; España, Alemania, Portugal, Francia y la República Checa. Éste último ha sembrado por primera vez en 2005 maíz Bt, mientras que Portugal y Francia reanudaron este cultivo en el mismo año, tras una interrupción de 5 y 4 años respectivamente.

A finales del año 2005, la Comisión Europea aprobó 14 tipos de maíz modificado resistente a un insecto, el taladro. Esta nueva autorización elevaba a 25 las variedades de maíz Bt autorizadas en la UE, un producto que se empezó a cultivar en la República Checa.

La Comisión Europea aprobaba esta misma semana la comercialización de tres tipos de maíz transgénico en la UE. Estos nuevos productos son el GA21, resistente al herbicida Roundup Ready, el MON863, resistente a determinadas plagas, y el MON 863 x810, menos vulnerable a los gusanos que atacan el cereal. La autorización de nuevos maíces implica identificarlos como tal, siguiendo lo establecido por las normas comunitarias. La autorización estará en vigor durante diez años.

Por otro lado, Bruselas acaba de impedir a Grecia que mantenga la prohibición de comercializar semillas del maíz transgénico MON810 atendiendo a la falta de evidencias científicas que demuestren que existe algún riesgo para la salud humana o para el medio ambiente. El Ejecutivo comunitario, ante la falta de acuerdo por parte de los ministros de Agricultura de la UE, puede adoptar esta decisión.

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